¡Hola estimados amigos de esta gran comunidad!

  Hoy les quiero contar un suceso que puso en riesgo la vida de mi familia, siendo víctimas de la inseguridad que se vive en mi país, magnificada en los últimos 20 años. A pesar de ello sucedió algo extraordinario ese día, tal como les relato enseguida.

_{Mi familia. Imágenes propias. Diseñado en Canva por @casv}



  Hace tres años la empresa constructora, donde trabajé por 21 años, decidió cerrar debido a la disminución drástica de la construcción en mi país, por lo que ya no tenía sentido mantener un personal inactivo. Esa situación me afectó emocional y económicamente, ya que soy el sustento de mi esposa y mis dos hijas estudiantes.

  En fin, la situación no era buena pero aún tenía la fe de que todo mejoraría. Recuerdo que aquella mañana salí a comprar en el mercado popular de la plaza, junto a mi esposa y mi hija mayor. Mi hija menor se había quedado sola en casa, pues no tardaríamos mucho en regresar.

_{Mi hija mayor y la menor. Imágenes propias. Diseñado en Canva por @casv}
  Mi vehículo estaba averiado, así que decidimos salir caminando los tres, pues la plaza se encontraba relativamente cerca de nuestra residencia. El dinero era escaso y sólo alcanzó para comprar unos vegetales que mi esposa cargó en su bolso, también mi hija compró un pequeño cofre de mimbre que necesitaba y cargaba en sus manos.

  Comenzamos el retorno a casa, en medio de un ardiente sol cerca de las 11 a.m., tomando el mismo camino que habíamos usado al salir. Había otro camino más corto entre dos edificios que formaban un callejón, pero fuimos precavidos y no tomamos ese atajo, porque sabíamos que algunos vecinos habían sido asaltados allí, hacía mucho tiempo.

  Siempre precavidos, fuimos vestidos de manera muy sencilla para no llamar mucho la atención. Dios dice “cuídate que yo te cuidaré”. Una vez que atravesamos la avenida principal llegamos al último tramo del camino que nos llevaba a casa.

  Era una vía con doble sentido, se encontraba solitaria a esa hora, no había notado que un vehículo taxi que se aproximaba, se quedaba observándonos mientras continuaba su marcha en sentido contrario al nuestro.

  El vehículo taxi se había devuelto justo en el cruce para alcanzar la avenida que habíamos dejado atrás. Así que nos alcanzó rápidamente, estaba de espalda y cuando se detuvo a un lado me percaté que se trataba de un asalto. Tres hombres de mediana edad estaban en el vehículo, uno era el chofer y los otros dos armados con revólveres.

  Ninguno me apuntaba, sin embargo el hombre, sentado en el puesto delantero del vehículo, apuntaba directamente a la cabeza de mi hija, mientras que el otro bajaba apuntando a mi esposa en su abdomen. Todo ocurrió en unos segundos, en los cuales me sentí totalmente anulado, si ofrecía alguna resistencia podría haber costado la vida de alguno de nosotros.

  Nunca en mi vida había estado en una situación tan real de riesgo y la impotencia que sentía al no poder hacer nada, me invadía hasta los huesos. Sólo si cedíamos a darles nuestras pocas pertenencias, tal vez salvaríamos nuestras vidas.

  Temía mucho por la reacción de mi esposa, pues es sumamente nerviosa, pero algo sucedió que ella que se mantuvo fría y tranquila, a pesar que el arma le apuntaba directamente. Enseguida ella les habló, abrió el bolso y mostró los vegetales que había comprado aquel día, era todo lo que tenía. Mi hija le entregó su pequeño cofre y su billetera pues dinero no tenía.

  Del bolsillo de mi pantalón saqué aquel viejo celular Blackberry que ya nadie vendía. Entonces, me atreví a decirles que el celular que se llevaba era todo lo que tenía y que en el mercado eso no valía. Mi esposa remató diciéndoles que observarán mi cara, que estaba muy delgado. Los vegetales que llevábamos era todo lo que íbamos a almorzar ese día.

  Algo sucedió en aquel hombre que apuntaba desde el vehículo, pues ordenó a su compañero devolver todas nuestras pertenencias, nos dijo que nos fuéramos tranquilos a casa. Así que continuábamos nuestro camino sin mirar un sólo instante atrás.

  Antes de llegar a la entrada de la residencia mi hija estallaba en llanto, todos estábamos en shock por lo sucedido. Aún conservo aquel viejo celular y mi hija su pequeño cofre, que nos hacen recordar lo afortunado que fuimos.

_{El cofrecito y el viejo celular. Imágenes propias. Diseñado en Canva.com por @casv}
  Dios estaba con nosotros en aquel camino, por muy extraño que nos parezca lo sucedido, mi familia fue bendecida aquel día.

[ English version ]

One day God saved my family / by @casv

Hello dear friends of this great community!

  Today I want to tell you about an event that put my family's life at risk, being victims of the insecurity in my country, magnified in the last 20 years. In spite of this, something extraordinary happened that day, as I will tell you next.

_{My family. Photographs and design on Canva.com by @casv}



  Three years ago the construction company, where I worked for 21 years, decided to close due to the drastic decrease in construction in my country, so it no longer made sense to keep an inactive staff. That situation affected me emotionally and economically, as I am the support of my wife and my two daughters who are students.

  Anyway, the situation was not good but I still had faith that everything would get better. I remember that morning I went out to shop at the popular market in the plaza, together with my wife and my older daughter. My youngest daughter had stayed home alone, as it would not be long before we would be back.

_{My oldest and youngest daughter. Photographs and design on Canva.com by @casv}
  My vehicle was broken down, so the three of us decided to walk out, since the plaza was relatively close to our residence. Money was scarce and was only enough to buy some vegetables that my wife carried in her purse, also my daughter bought a small rattan coffer that she needed and carried in her hands.

  We started our return home in the hot sun at about 11 a.m., taking the same road we had used on our way out. There was another shorter way between two buildings that formed an alley, but we were cautious and did not take that shortcut, because we knew that some neighbors had been robbed there, long ago.

  Always cautious, we were dressed very simply so as not to attract too much attention. God says "take care of yourself and I will take care of you". Once we crossed the main avenue we reached the last stretch of road that would take us home.

  It was a two-way road, it was lonely at that hour, I had not noticed that an approaching taxi-car was watching us as it continued its march in the opposite direction to ours.

  The taxi-car had turned back just at the intersection to reach the avenue we had left behind. So it caught up with us quickly, its back was turned and when it stopped to the side I realized that this was a robbery. Three middle-aged men were in the vehicle, one was the driver and the other two were armed with revolvers.

  None of them was aiming at me, however the man, sitting in the front seat of the vehicle, was aiming directly at my daughter's head, while the other one went down aiming at my wife's abdomen. Everything happened in a few seconds, in which I felt totally annulled, if I offered any resistance it could have cost the life of one of us.

  I had never in my life been in such a real situation of risk and the helplessness I felt at not being able to do anything, invaded me to the bone. Only if we gave in to give them our few belongings would we perhaps save our lives.

  I was very afraid of my wife's reaction, because she is extremely nervous, but something happened and she remained cool and calm, even though the gun was pointed directly at her. She immediately spoke to them, opened her purse and showed the vegetables she had bought that day, that was all she had. My daughter handed over her small chest and her wallet because she didn't have any money.

  From my pants pocket I took out that old Blackberry cell phone that no one was selling anymore. Then, I dared to tell them that the cell phone was all I had and that it wasn't worth anything in the market. My wife finished off by telling them to watch my face, that I was too thin. The vegetables we were carrying were all we were going to have for lunch that day.

  Something happened in that man who was pointing from the vehicle, because he ordered his companion to return all our possessions, he told us to go home quietly. So we continued on our way without looking back for a moment.

  Before arriving at the entrance of the residence my daughter burst into tears, we were all in shock because of what had happened. I still have that old cell phone and my daughter her little coffer, which remind us of how lucky we were.

_{The little coffer and the old cell phone. Photographs and design on Canva.com by @casv}
  God was with us on that road, as strange as it may seem to us, my family was blessed that day.



Los separadores e imágenes son de mi autoria. / The separators and images are of my authorship.

Invito a participar a: / I invite to participate: @gabylazarde, @carlaisl, @alessgsl, @marito74, @romanie

Información en el siguiente enlace: / Information in the following link: https://steemit.com/hive-173434/@hive-173434/contest-or-writing-invitation-writing-is-an-art-or-phase-5-or-or-write-anything-from-your-own-life

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