Amada mía, mi espíritu haces volver
mi amor se pierde en la nada y
no deja de enloquecer
si de mis sienes, no eres la almohada.
Comprendo que tus besos
son como panal en los labios míos
son como suspiros y ternura en progreso
que te adoro tanto sin desvíos.

Amado mío y trozo de mi vida
decirte quiero con mucha pasión
que mi alma no se olvida
que eres el amor de mi corazón.
Eres, pues, mi santuario
el velo de mi altar
el suave campanario y
la puerta de mi hogar.

Nada existe entre los dos
ni la belleza de las flores
que solamente sea Dios
Que bendiga, el amor de mis amores.

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