Conociendo a Manchas

Fui a conocer a Manchas, un caballo lleno de canas, amante de las zanahorias (como yo) y con ternura exagerada (por eso mis sonrisas exageradas).

En Colombia, es común encontrar caballos usados como carruajes de carga (vehículos de tracción animal), una práctica irresponsable, porque aunque los caballos son considerados animales de trabajo, muchas veces son obligados a llevar cargas que superan el peso que pueden acarrear; todo esto, genera lesiones que irremediablemente terminan con la vida del animal, eso sin hablar de los accidentes de tránsito, donde siempre el más perjudicado es el equino. Muchas organizaciones que defienden los derechos de los animales, han trabajado en conjunto con el estado, para sustituir los vehículos de tracción animal y jubilar los equinos.

Hace más de un año, San Juan de Pasto inicio este proceso, para permitir que aproximadamente 350 caballos, fueran jubilados y dados en adopción, entregando a los propietarios de los animales, un vehículo nuevo para que continúen con su trabajo.

Manchas, es uno de ellos y fue adoptado por Maritza, una amiga de esas que uno dice que es como una hermana. Maritza no tenía pensado adoptar, pero, este amigo tiene 30 años aproximadamente, por lo que la posibilidad de ser adoptado era muy baja, así que ella sin pensarlo, le dio un hogar, un lugar donde pasar sus últimos días, sin seguir horarios de trabajo, sin cargar nada, sin obedecer a nadie.

Ahora Manchas come zanahorias, pisa las plantas, tiene visita del veterinario, a veces se acerca, otras veces se aleja; se sienta a ver la lluvia, el sol, las estrellas fugaces y de vez en cuando abraza el viento.