Prueba de amor - 2/2

Saludos, amigos todos de la comunidad de Steemit.

Prueba de amor. 2/2

A las afueras del pueblo en una hacienda de café, vivía una niña como de quince años, de temperamento fuerte y voluntarioso, le gustaba mucho andar a caballo, hizo amistad con un vecino, casi de la misma edad, y desde pequeños se enamoraron. Eran largos los paseos a caballo, todos veían a la inocente pareja con buenos ojos. Un día el padre de la muchacha, murió de repente, y ella se hizo cargo de la hacienda junto a su madre. Al cumplir la mayoría de edad, el joven se fue a estudiar a Europa y desde allá escribió su decisión de romper el compromiso. No había hombre en la familia que reclamara. Ningún otro joven de familia procuró un noviazgo con ella. Los paseos a caballo calmaban su melancolía. Al poco tiempo, llegó al pueblo un francés entrado en años, vestido siempre de blanco y de sombrero panameño, calado hasta los ojos para protegerse del trópico y disimular la madurez del rostro; se residenció en un fundo vecino, demostró poder mantener una esposa y decidió buscar una joven para casarse. Los vecinos comenzaron a invitarlo. Esta agraciada y vital muchacha, casadera, llamó su atención; solicitó ser invitado a la casa de ella y el galo pidió la mano de la joven en matrimonio. Se casaron sin muchas fiestas por la muerte de un pariente cercano. Para pasar la luna de miel, les fue prestada una pequeña pero acogedora cabaña situada en una hacienda vecina. Estaba la cama matrimonial, un catre y una hamaca, además de las otras comodidades para pasar unos días sin ser molestados. La joven sabía que se estaba jugando el futuro. Ella, por su misma juventud, muy temerosa de lo que pensaría su esposo si le confesaba que había tenido un novio, dejó la historia para otro momento, cuando la confianza lo permitiera. Pero, sobre todo debía procurar no ser devuelta en los tres días subsiguientes al matrimonio, período de prueba de la honestidad de ella. Así acabaría con el qué dirán. Con timidez pero decidida, le comunicó al esposo su deseo de ser respetada aquella noche, debido a que se encontraba con la menstruación. Hombre de experiencia este inmigrante, la dejó dormir en la hamaca y él se acomodó en el catre. Apenas la sintió profundamente dormida, revisó su entrepierna y se dio cuenta del engaño, comprobando a la fuerza, lo que más temía. Al sentirse burlado, abusó cruelmente de ella, dejándola encerrada y casi muerta. A los tres días unos campesinos amigos, le prestan los primeros auxilios y la trasladan a la casa paterna, donde ella misma se confinó, obviamente por la vergüenza. A este hombre nadie lo acusó y la familia de la joven jamás le solicitó una disculpa, pero, se ganó el rechazo de todo el valle. Mientras los días pasaban, la joven impetuosa, pero reflexiva, sembró de bucares la hacienda de café, los límites del fundo aún se distinguen a lo lejos, es la loma más escarlata por los lados de la Cueva del Guácharo. El arrogante francés formó otra familia pero murió a los pocos años. El día de aquella muerte, se cerró el ciclo y fue el final de esta historia. La esposa del forastero, tuvo que contratar a unos carretilleros para cargar la urna hasta el cementerio, vía Teresén y a unas tres plañideras, porque ella misma, la viuda, no fue capaz de derramar ni una sola lágrima. Más de un ojo se asomó sólo para ver pasar lentamente, por la calle principal, aquella inusual tragicomedia. En la pequeña loma llena de flores silvestres, húmedas por el inagotable rocío del Cerro Negro y el Perú, estaba la joven mujer montada sobre su caballo blanco, vestida con un traje de seda rojo, haciendo juego con sus finas botas de cuero y el cabello suelto hasta la cintura; desde allí, miró partir al miserable y su cortejo.

Hasta el próximo relato.