Novela: La noche transparente. Cap.30

in #busy6 years ago

image.png

Jesus Soto, "Tige Vibrante", 1967

El Terminal de uno de los aeropuertos más concurridos del mundo estaba bastante vacío y fluido. No tenía nada que ver con la hora (era temprano, las 7:12 am), ni el día, que era miércoles; es que ahora la gente prefiere viajar en vuelos privados y a horas descabelladas, la gente toma los vuelos que salen en la madrugada y regresan en los que llegan tarde en la noche, el bajo tráfico es poco atractivo para los terroristas. Julia está borracha y mareada, se quedó dormida, apoyada sobre mi hombro, escuchando Joy Division, que salía de mi Ipod y que grabé para momentos como estos. A través del ventanal, se ven los aviones que salen, van, vienen, se estacionan, se mueven. Pasa gente, pasan policías, se sientan a nuestros lados, se van luego; algunos hablan español, otros inglés, francés, alemán, salen algunos chinos (bastante hediondos, por cierto) rusos y uno que otro árabe, que pasa algo asustado y la gente lo mira asustada también: todo esto es una maldita locura. De repente, se anuncia la llegada del vuelo 705 de British Airways, procedente de Londres.

Dean viene en ese vuelo. Julia se despierta. Comenzamos a caminar. Pasamos por el área donde hay oficinas de las líneas aéreas y pasamos, de casualidad, por una línea venezolana, que tenía una afiche de propaganda, donde aparecía una playa de morrocoy y una chica sentada en la arena, que resultó ser Julia, vimos el anuncio y Julia comentó la cantidad de dinero que había recibido por hacer ese comercial. Me dijo que en esa época no estaba con Patty. En eso, llegaron unos japonenses que vieron el detalle y comenzaron a alegrarse y a decir que conocían a una estrella, a una modelo y por supuesto, se tomaron varias fotos con Julia, ella al lado del afiche, conmigo, con ellos todos juntos y lo mejor fue que nos invitaron café y luego se fueron, muy alegres, a lo que Julia comentó:
— ¡Y eso que no soy una puta cantante! —Nos cuajamos de la risa y llegamos al área de salida, por donde veríamos a Dean. Ella me preguntó, tomándome por sorpresa:
— ¿Por qué amas a Dean? —Yo…simplemente no supe qué decirle. Una puede tener mil motivos para amar a alguien y no tener ninguno. Es algo que está allí y punto. Dean y yo nos reencontramos aquí en New York.
Yo estaba en una galería donde se realizaba un prix, patrocinado por la Huntzmaier Foundation. Dean ganó, y la verdad que era el que tenía talento; pero la gente se escandalizó con las piezas de él, que tenían un estilo entre surrealista y Pollock, Haring, Basquiat. Yo compré una de sus piezas, pero él se acercó y me dijo:
— Ese cuadro no está a la venta. —Me chocó su tono arrogante; pero al verlo, sobre todo sus ojos, me di cuenta de que había algo más:
— Y entonces, ¿para qué lo trajiste? —Él sonrió, y se me quedó viendo y su mirada se llenó de ternura, que contrastaba bien con la tristeza que siempre hay en sus ojos. Ganó y se llevó el premio, pero esquivó a la gente y se fue tras de mí, me sedujo desde un principio, me llevó a un lugar de bastante lujoso y que abre las 24 horas, transformándose en café, restaurant y bar, cada 8 horas, según cambian las necesidades de la gente. Vinos, vodka, brandy, buen humor, chistes que sólo nosotros entendíamos, comida a deshoras; después una buena caminata por la Quinta, hasta llegar al Waldorf, donde Dean se hospedaba. Tiramos como animales salvajes y luego nos separamos y después nos volvimos a encontrar y no nos separamos más.

Comencé a salir por el túnel que me sacaría de este infierno aéreo, jet lag, mi estómago pide clemencia, mi sentido de la orientación está fuera de combate, no soy capaz de ubicarme ni en el tiempo ni el espacio, confío en lo que dicen las aeromozas y sigo a la gente. El túnel es solitario. Nadie se queda por este lugar mucho tiempo, es más, nadie se para, sólo pasan y unas palabras amables pero distantes “hasta pronto”, cuando uno sale de allí. Veía la salida y sabía que Karen y Julia estarían por allí, esperándome, y yo lo único que tenía ganas de hacer era dormir y comer; pero no sería posible, no ahora. Salí y ver por todos lados me dejó desorientado otra vez, sobre todo al ver que no habían rastros ni de Julia ni Karen, quienes estarían en algún lugar de estos, pero no podía ni adivinar en donde y yo no hacía más que girar la cabeza y el cuerpo, dando pasos, viendo a todos lados como quien empieza a darse cuenta de que tal vez está perdido. Seguí caminando y una fragancia me resultaba conocida.

Fui rastreando el olor, pasé por varios rincones, seguía atravesando parte del Terminal y el olor se hacía cada vez más fuerte, pero no veía a nadie que resultara conocido, pero seguí caminando, dando vueltas, viendo de arriba abajo y de abajo arriba y nada, nada, nada. De pronto, el olor se hizo fuerte, justo detrás de mí, me di vuelta y vi alguien que iba caminando de espaldas, vi a esa persona, pero se perdió de mi campo visual antes que pudiera identificarla, sin saber a dónde iba. De repente, oí:
— ¡Dean! Hola! —Y volteé a mi derecha y estaba Julia, que venía corriendo hacia mí y cuando llegó nos estrechamos en un gran abrazo, como si yo hubiera regresado sano y salvo de alguna parte donde quizá no debía haber regresado y las cosas en mi cabeza se tornaron un poco más calmadas y tenía que preguntarle a Julia dónde estaba Karen y debía hablar con ella y tenía que decirle varias cosas que eran urgentes; la verdad es que no esperaba ver a Julia, dejé las cosas con ellas en medio de un desastre y me fui a otro lugar en ayuda de otra amiga que estaba en problemas, es que Nabir iba a terminar metida en la mierda:
— Dean, todo está bien. Entiendo lo que estabas haciendo, la verdad es que no me importa y está siento bien. No te sientas mal por Patty, ella mató a varios y Marú la apoyó, cosecharon lo que sembraron, ¿cierto? Ahora, nosotros juntos, aquí, donde podríamos decir que empezó todo, ¿qué te parece? —La voz de Karen siempre me trae calma. Todo lo que me dijo, me tranquilizó bastante. Sentí fuerzas renovadas. Julia estaba allí, bella y follable como siempre. Nos fuimos caminando, buscando una agencia de carros y hallamos una y comenzamos a ver el catálogo; hasta que dimos con un Lexus, Karen dijo que iríamos a Connecticut primero. Yo sabía que allí buscaríamos el carro que le regalo su tía, un poderoso Audi A6, que sería conveniente para andar por la capital del miedo.

Coin Marketplace

STEEM 0.33
TRX 0.11
JST 0.034
BTC 66530.34
ETH 3251.57
USDT 1.00
SBD 4.36