Un día como hoy: Guy de Maupassant

fuente

Un domingo, cerca de París, algunos parroquianos se encaminaron, como siempre, al único burdel del lugar; era la forma que tenían de creerse felices y de creer que creían en el amor. Pero encontraron las puertas cerradas, con adornos de santos, ángeles y vírgenes e invocaciones a la virtud.

Al principio los clientes pensaron que aquello era el milagro de algún santo perverso, pero pronto descubrieron la verdad: las trabajadoras del burdel decidieron que sus hijas debían hacer la primera comunión. Solidarios, los clientes fueron a la misa, allí las trabajadoras del placer, recatadas, miraban con dulzura a sus pequeñas hijas inocentes vestidas como ángeles.

En medio de la misa una de las prostitutas recordó su propia niñez, sus sueños de pureza, de un hogar, de un solo hombre que la amara con respeto, en fin... pero la vida le había negado todos sus sueños, y entonces empezó a sollozar.

Tocados por la emoción, los presentes en aquella misa, entendieron la causa del llanto reprimido de la prostituta, y ellos no pudieron ocultar el propio, ni el cura se salvó y con la estola se limpiaba las lágrimas y la nariz...

Este es un cuento del famoso escritor francés Guy de Maupassant, uno de los grandes de la literatura francesa.

Criado en un ambiente religioso, Maupassant, producto de un hogar dividido, experimento por los caminos escabrosos del sexo extravagante y del abuso del alcohol. Su talento exuberante y sus excesos, pronto lo llevaron hasta el punto de no-retorno y murió en plena juventud, cuando aún esperaba una mayor gloria, en un hospital psiquiátrico.

Pero más allá de su precoz partida, recordamos a Maupassant porque estaba naciendo un día como hoy, 05 de Agosto de 1850, y le agradecemos siempre sus historias humanas, chispeantes de maravilloso talento.

fuente Estatua de Guy de Maupassant, Parc Monceau, París