Carta a Mary... (continuación)

Por @latino.romano

  Querida Mary. Ayer escribí una carta que finalmente rompí. Era una carta de despedida, o eso traté que fuera. Me aterraba la idea de enfrentarnos a una peligrosa tormenta que se avecinaba.

En efecto la tormenta fue atroz. Apenas logramos salir con vida y la nave sufrió muchos daños, más de los que ya tenía. Los hombres fueros muy valientes. Como pudimos, tratamos de maniobrar el barco con el timón dañado. Enormes olas nos embestían como toro embravecido y volcaban en cubierta a cualquiera que estuviera desprevenido.

Fueron horas pasmosas. Pero la adversidad trajo consigo un dejo de ventaja. Algunos peces fueron lanzados sobre cubierta y pudimos usarlos como alimento. Además los vientos empujaron el barco en dirección a unas islas que se suponen habitadas. Es muy probable que podamos hacer las reparaciones necesarias para volver a casa.

Estamos justo frente a la isla más grande. El capitán prepara la primera expedición para encontrar nativos. La euforia se ha apoderado de los demás, un espíritu renovado nos infunde los ánimos necesarios para seguir luchando.

Sin embargo debemos ser cuidadosos, uno de los marineros nos ha dicho que los extraños símbolos que se ven clavados en la orilla, pertenecen a una tribu guerrera de caníbales, que no toleran invasiones extranjeras. El primer oficial dice que son puras tonterías. El capitán ha ordenado que bajemos fuertemente armados a la costa.

Los hombres aún están embriagados por la emoción de haber sobrevivido a la tormenta y encontrado la isla. Creen que es una señal del cielo, de que todo estará bien. Pero en unas rocas cercanas se notan los restos de una vieja embarcación encallada.

La primera expedición constará de solo seis hombres. El capitán me ha pedido que baje con ellos…