Obedecer a tu mamá y a tu papá es como tener una buena reseña bancaria. Cuanto más comprometido y responsable seas, más confiarán en ti y más “crédito” te darán.

¡TÚ! JOVEN, ADOLESCENTE

Una persona confiable, honesta respeta las reglas, cumple sus promesas y sobre todo, siempre dice la verdad, de este modo se gana la confianza de sus padres y demás allegados.

Siempre, para que te den más libertad e independencia, tienes que demostrar que eres una persona confiable y honesta.

El mejor modo de ganarte la confianza de tus seres queridos es comportándote de forma madura y responsable, siempre.

“Sigan dando prueba de lo que ustedes mismos son” (2 Corintios 13:5).

CONSEJOS:
Puedes seguir los siguientes consejos, estos te ayudarán a mantener la confianza de tus seres queridos, además, que confíen más en ti.

Ser sincero.
Ser sincero y honesto, sobre todo si te equivocas, harás que todos se ganen tu confianza, en cambio, si mientes, las personas, sobre todo tus seres queridos, inmediatamente dejarán de confiar en ti.

Es fácil decir la verdad, sobre todo si es cuando te conviene, pero, hacerlo cuando puede afectarte, es lo que hace que otros confíen más en ti.

“Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas” (Hebreos 13:18).

Ser responsable.
Se considera en el área profesional de recursos humanos de cualquier empresa, que ser responsable es uno de los requisitos principales para conseguir un empleo; aprender a ser responsable siendo joven te será muy útil cuando seas adulto.

Si haces las cosas sin que tengan que insistirte mucho, tus padres se darán cuenta cuan responsable eres y más confiarán en tí.

“Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aún más de lo que te digo.” (Filemón 21).

Ser paciente.
Es sencillo y fácil darse cuenta de si una persona ha cambiado su aspecto físico, pero, saber si ha cambiado y madurado emocionalmente toma tiempo.

No puedes ganarte la confianza de tus seres queridos de la noche a la mañana, pero, si tienes constancia y siempre eres responsable, confiarán cada vez más en ti.

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.” (Colosenses 3:12-13).