Escrito por mi esposa: Judith Martinez

Buenas tardes mis lectores

Toda mi vida fui educada para ser una profesional, estudiar y estudiar hasta terminar la universidad, después de eso buscar un trabajo y dedicarme a algo que tuviera que ver con lo que estudié. Sin embargo nunca me imaginé así, cuando era niña a veces pensaba cómo sería cuando fuera grande y sólo podía imaginarme como mamá, siempre soñé eso: ser mamá, y sabía que ser mamá iba de la mano con ser ama de casa.
Sabía que no era fácil porque siempre vi a mi mamá hacer cosas increíbles, ella sabía cómo hacer todo bien, todo le salía perfecto, cocinaba rico, tenía limpia la casa, sabía dónde conseguir cosas, cómo arreglar lo que se descomponía, sabía qué tenía cuándo me sentía enferma, incluso se despertaba temprano sin despertador. Yo quería ser tan increíble como ella!
Sin embargo ella me inculcó siempre que debía estudiar, tal vez porque quería que yo tuviera las oportunidades que ella no tuvo, tal vez porque ella tuvo una vida difícil y tuvo que dejar de lado sus sueños de ser maestra para tener que trabajar.

Yo seguí mi camino en la vida como estudiante, terminé mi carrera en relaciones humanas y busqué trabajo, lo encontré y poco después me casé. Me sentía bien trabajando pero siempre llegaba un momento en que no me satisfacía, a pesar de tener varias ramas en las que me podía desempeñar haciendo cosas diferentes, ninguna me llenaba.
Luego me embaracé y al estar trabajando como freelance en ese entonces, no tenía mucho qué perder y decidí renunciar al final de mi embarazo, pensando en regresar al mundo laboral tiempo después de que naciera el bebé.
El bebé nació y nos hicimos muy unidos, él no puede estar sin mí ni yo sin él, además he escuchado tantas atrosidades y desgracias que pasan en guarderías que me dio mucho miedo llevarlo.
Entonces hablé con mi esposo y decidimos que me quedaría a cuidar del bebé y de la casa, por lo menos hasta que otra cosa pasara.

Fue algo difícil al principio, yo estaba acostumbrada a valerme por mí misma y que mi esposo fuera sólo un apoyo económicamente hablando; siempre me compraba lo que quería cuando quería, disponía de mi sueldo, tarjetas del banco, salía de compras, a comer, a donde fuera siempre podía comprarme algo. La vida ahora había cambiado, tenía que ajustarme a otro presupuesto.
Al haber sido educada como una mujer independiente, con ideas algo feministas en cuanto a que la mujer no TIENE QUE ser la que se haga cargo del hogar, tuve que adaptarme a otro estilo de vida, ahora tenía que hacer todo yo; inicialmente me molestaba que mi esposo no hiciera las cosas y que yo tuviera que hacerlo todo, muchas veces me cansaba de tener una vida aburrida, me sentía inútil, que había desperdiciado tanto tiempo y dinero en la universidad, que había decepcionado a mi familia que tenían tantas esperanzas de que yo triunfara profesionalmente...

Pero luego entendí que tal vez sí tenía razón en eso, decepcioné a mi familia y perdí tiempo y dinero, pero lo que pasaba era que no estaba siguiendo mis sueños, eran los de alguien más, para algunos puede sonar algo mediocre, solo querer dedicar la vida a los hijos, a la casa, pero no es sólo eso. Claro que quiero sentirme útil, claro que quiero hacer algo con mi vida, no sólo que mi esposo me mantenga, quiero trabajar, quiero hacer algo, quiero convivir con más personas, quiero salir, pero también quiero que mi prioridad sea mi familia, quiero estar ahí para mi hijo, que él sepa que yo siempre estaré a su lado, que siempre tendré tiempo para él, para acompañarlo, educarlo, cuidarlo y todo lo que necesite, así como yo tuve siempre a mi mamá, es perfecto que mamá esté ahí a cada momento. No imagino la vida de los niños con mamás y papás que trabajan, por lo que he visto parece ser muy difícil, pero la vida que yo llevé con una mamá siempre cerca, me parece la mejor.

Cuando entendí esto supe que estaba haciendo lo correcto, y claro que no se hicieron esperar las miles y miles de personas que se la pasan preguntando que si ya estoy trabajando, o que cuando lo voy a hacer, y cuando les cuento mi plan, aunque digan que está bien, me hacen caras. Pero eso es decisión de cada quien, no creo que les perjudique en nada.

Así que hasta el momento ese es mi plan de vida, ser ama de casa, pero también quiero hacer algo por mi, ser productiva, pero quiero algo mío, tener un negocio o algo en donde no dependa de alguien más y donde pueda manejar mi tiempo.
Decidir ser mamá es difícil cuando el mundo nunca está conforme, pero si es lo que te hace feliz, es lo que debes hacer.

Imagenes sacadas de pixabay

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