COMO INFLUYE LAS PALABRAS QUE DECIMOS A NUESTROS HIJOS
Hola apreciada comunidad. Salud para todos y bendiciones.
Bienvenidos a mi blog.
Hoy quiero compartir con ustedes un tema muy importante para nuestra familia “como influye las palabras que decimos en nuestros hijos”.
Históricamente las palabras ejercen un poder extraordinario en las personas sea para “bien o mal”, ya que esta se remonta a la creación misma del universo.
Es por ello que debemos tener sumo cuidando cuando nos dirigimos a ellos ¿Por qué? Porque la palabra es como un cable que lleva energía, que además de esa fuerza que ejerce es como una “magia” que envuelve todas nuestras acciones.
Está demostrado como dije al inicio que históricamente las palabras están relacionadas con la creación misma, porque es nuestra actitud, y de acuerdo a una escala de valores aunada a nuestras creencias que determinaran las palabras con las cuales nos dirigimos. Y estas a su vez influirán en toda nuestra familia.
Dicho esto, surge una pregunta interesante en la cual, debemos reflexionar.
¿Es nuestra actitud la que determina mis palabras o son nuestras palabras la que determina mis actitudes?
Obviamente que esta interrogante se dan en estas dos direcciones. Es de suma importancia la forma en que nos expresamos, así como la manera de comunicarnos. Ambas son una consecuencia de la otra.
Quiero hacer una reflexión acerca de esto, porque tengo convicción de que el comportamiento humano tiene mucho que ver con las palabras dicha en un tiempo y en un espacio.
Esto debido a que el comportamiento humano se define como el conjunto de actos exhibidos por el ser humano y está determinado por todo el entorno en que se vive.
Razón por la cual se debe tener cuidado en la manera de actuar y hablar específicamente en la crianza de los infantes, debido a que ellos son los indicados para imitar lo que oyen y lo que ven.
En ese orden de ideas, es importante resaltar que las palabras que decimos marcan a nuestros hijos profundamente.
¿Qué debemos hacer?
Cuidar nuestras palabras.
Cuando hablamos con nuestros hijos, transmitimos un cumulo de creencias, basadas en nuestros valores y experiencias y de acuerdo a ellos vamos a establecer un modelo . Si el modelo que poseemos de las cosas y del mundo es pobre y limitado, así será nuestro comportamiento ante ellos, y lo más lamentable es que esos pensamientos negativos también lo vamos a desarrollar en los hijos, construyendo a su vez su autoestima.
El amor a nuestros hijos debe movernos a saber que de lo que hoy sembramos, en un día lo vamos a cosechar. Por lo tanto examinemos.
¿Cómo estamos hoy orientando su niñez, como estamos hablando, como decimos las cosas, que impacto está ocasionando nuestras palabras en sus acciones?
Recordemos que nuestros hijos necesitan amor, confianza, valor, responsabilidad, seguridad, autoestima… palabras que lo ayuden a ser íntegros, auténticos, recibir un lenguaje que los motive a construir su escala de valores, no un lenguaje que pueda marcar sus vidas de manera negativa.
Hoy vemos muchos jóvenes frustrados marcados por grandes heridas producto de la falta de orientación y la influencia de las palabras que recibieron en la niñez.
Recordemos que las cicatrices no se ven físicamente, pero dejan ” huellas” en el corazón y el comportamiento humano. Las vivencias de la infancia permanecen en cada persona como recuerdos que ejemplifican y dan sustento a la imagen que se conserva de los padres durante la adolescencia y la adultez.
Al respecto. Mark Sherman (psicólogo) dice que, los padres suelen ser los primeros candidatos para asumir la responsabilidad de haberle arruinado la vida a los hijos cuando se dirigen a ellos con un lenguaje no positivo, porque de los padres es que va a depender la actuación de los jóvenes.
Por ejemplo hay padres que se dirigen a sus hijos cuando no llenan las expectativas de su egocentrismo de la manera siguiente: “no sirves para nada, Eres un estúpido(a) un inuti l, no sabes hacer nada, eres un bruto…
Padres lamentablemente este tipo de lenguaje se está usando desde la antigüedad y hoy está invadiendo los hogares del mundo.
Situación que nos debe llamar a reflexión, porque lamentablemente cuando esto sucede tendremos hijos rebeldes, inseguros, con baja autoestima y sobre todo hijos muy heridos del alma, porque esas” palabras” marcaron huellas muy dolorosas y profundas en sus corazones.
También vale la pena mencionar, que además de los padres quienes ejercen la mayor influencia en los hijos, existen también muchas personas que pueden haber contribuido a reforzar esta influencia, negatividad y falta de confianza en nuestros hijos.
ESTIMULEMOS A NUESTROS HIJOS, CUIDANDO NUESTRAS PALABRAS Y LA FORMA EN QUE NOS DIRIGIMOS A ELLOS.
