"El colibrí de Pipiola" (Poema - la décima espinela y la décima)

Hoy os traigo una décima que escribí hace unos diez meses, en el contexto de un concurso de este tipo de estrofas. El tema central en el que había que basar el poema era: gatos; y lo cierto es que hasta ese momento apenas sí me había aventurado a escribir rima formal. Era como que tenía un excesivo respeto a la construcción métrica. Al no haberlo intentado, pensaba que sería mucho más complicado de lo que luego resultó ser.

Las décimas espinelas son estrofas de diez versos octosílabos con rima consonante, y debe mantenerse la siguiente construcción: abbaaccddc. También existen poetas modernos que hicieron décimas con imperfecciones, como la mía, donde alguna de las rimas es asonante. Veamos primero un ejemplo de décima espinela o clásica:

CUANDO EL MUNDO NOS IGNORA, de Luis Bárcena Giménez (fragmento)

Yo capturo aquel momento
en que el mundo nos ignora
y en nuestro universo aflora
un beso con sentimiento.
Del beso tengo tu aliento
y de tu boca el sabor
y mientras corre el rumor
de las olas vespertinas
capturo de tus retinas
ese momento de amor.

Como veis respeta por completo la construcción de la que hablo.

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Y ahora otro de décima moderna, con alguna imperfección respecto a la clásica:

SINESTESIA CELESTE, de Jorge Guillén

La táctil estrella pía
–Mínima ave sideral–
Chispeante melodía
La feroz noche glacial.
Roto el huevo de la luna,
Saltó el pollito. ¡Oportuna,
Candorosa chispa en grito
Que hace al cielo más humano!:
Al alcance de la mano
Pese al espacio infinito.

En este caso, a pesar de mantener la rima consonante, la construcción usada es ababccdeed, muy diferente de la exigida en la espinela.

Vamos ya con mi décima. Como veréis, respeta la estructura de la rima como en la versión clásica, pero hay un detalle que hace que no sea espinela, para quedar en una décima común. ¡A ver si lo encontráis!

EL COLIBRÍ DE PIPIOLA, de Salvador Flores (@salvao)

El bigote acompasado
por el bailar de su cola,
¡salta deprisa, Pipiola!,
que tu manjar se ha marchado.
Con el rostro colorado
de su apuro carmesí,
se demora, vuelve en sí.
Se relame, disimula…
pues se escapó con premura
de su zarpa, el colibrí.

¿Lo tenemos? ¿Sí, no...? Bueno, tampoco le daremos más vueltas. Como habréis podido ver los versos octavo y noveno son en rima asonante, en lugar de consonante.

Esta décima me gusta mucho por su frescura, su sensación de movimiento. Imaginar a la pequeña gatita pipiola intentando merendarse al ágil y espabilado colibrí... es todo un chiste. No tengas prisa Pipiola, ya llegarán tus capturas.