Hola, amigos. Hoy escribí sobre un tema que ha venido llamando la atención en los diferentes círculos educativos: la atención plena. Les traigo una relación que me he dado cuenta que tienen con los programas de corte cognitivo conductual para niños con déficit de atención con o sin hiperactividad. Espero les parezca tan interesante como me ha parecido a mi.

En estos últimos 10 años las ciencias que giran en torno a la educación, abogan por el desarrollo cognitivo. Entre los procesos básicos más importantes están la atención, la concentración y la memoria.

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Hay un movimiento que está ganado al desarrollo pleno de la mente y los aspectos que giran alrededor de los procesos de atención, denominado mindfulness el cual se ha traducido como “atención completa”.

El objetivo fundamental del Mindfulness va encaminado a dotarnos de un método para aprender a gestionar las emociones, reacciones, actitudes y pensamientos para poder afrontar las situaciones que nos presenta la vida, mediante la práctica y perfeccionamiento de la conciencia plena.

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Así, podremos ser capaces de descubrir que a través del desarrollo de la atención plena en el instante presente desarrollamos ciertas actitudes positivas en relación a nuestro estado mental y emociones, llegando a controlarlos desde la libertad, el conocimiento en uno mismo y la aceptación.

Antes de continuar es bueno que sepas que mindfulness ya tiene detractores; pero he encontrado en algunos de sus supuestos una vinculación que me resulta interesante con las funciones ejecutivas, las cuales son las responsables de gran parte de nuestro estado de alerta, planificación, ejecución de acciones y búsqueda de metas propositivas.

Sabemos que todos no somos iguales, en este sentido hay personas más distraídas y desconcentradas que otras. Cuando hay una condición especial en el desarrollo estos procesos sufren un mayor compromiso.

Actualmente estoy trabajando con un programa de corte cognitivo conductual para mejorar los niveles atencionales, la planificación y el seguimiento de instrucciones. Así mismo, a través de las autoevaluaciones diarias se aborda la autorregulación emocional y la gestión de recursos personales.

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Esto conlleva a que el niño sea capaz de terminar una actividad sin errores o con un mínimo número de errores; pero además estando consciente en todo momento de lo que está haciendo. Y es en este punto que lo conecto con Mindfulness.

Este hecho, ha llevado a expertos a aconsejar esta práctica como terapia complementaria en los trastornos relacionados con el déficit de atención. Además, en un estudio de Moore y Malinowski en 2009 concluyó que la práctica del Mindfulness correlacionaba positivamente con la flexibilidad cognitiva y el funcionamiento atencional.
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Más allá de una situación de aprendizaje enmarcada en una terapia educativa, podemos llevar actividades a la vida diaria que ayuden al niño muy distraído y desconcentrado a apegarse más constantemente con la realidad.

Referencias.

Fuente: Beneficos de la atención plena.

Fuente: Los programas de intervención cognitivos conductuales.