La larga historia evolutiva reseñada en los árboles filogéneticos nos dejan ver que desde el cámbrico como período geológico, se han generado importantes cambios en los seres vivos. Aún no se ha logrado comprobar desde ese entonces que se haya producido la aparición de órganos nuevos que se encarguen de otras funciones vitales.

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Cuando las presiones selectivas actúan y se producen problemas funcionales, el ser vivo afectado lo que hace es emplear los órganos ya existentes, modificándolos, sin la posibilidad incluso de escoger su utilidad. He de acotar que, cuando un órgano o parte de él ya se especializó en una función, no es apto para sufrir nuevas adaptaciones.

Ya decía Lamarck que, el órgano que no se usa se atrofia, y su condena en el tiempo seguirá siendo esa. Vemos entonces que, a lo largo de los clados evolutivos se aprecia la pérdida de adaptaciones orgánicas nuevas, y esto puede deberse a la disminución del potencial de variabilidad.

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Para Charles Darwin y Jean Baptiste Lamarck toda la estructura orgánica es producto de la adaptación como producto de la acumulación de pequeñas variaciones sufridas durante su existencia, que se han desarrollado bien sea a través de la selección natural o en respuesta a factores ambientales.

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Para el caballero Lamarck, las adaptaciones constituyen una reacción de las especies a las influencias del ambiente externo, de una manera inconsciente. Las investigaciones actuales señalan que, sería el sistema endocrino el encargado de dar respuesta a esos agentes estresantes que se manifestaron a lo largo de las eras geológicas y que fueron determinantes para las especies.

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El gran problema de entender el origen de los cambios y adaptaciones se encuentra en que, los biólogos refutan el hecho de que cada una de esas transformaciones adquiridas a lo largo de la vida de un individuo hayan adquirido la posibilidad de transferirse a la descendencia, considerando que son meramente somáticos y el gran problema ha sido determinar la manera en las que esas adaptaciones lograron hacerse específicas en las líneas ancestrales.

Para muchos, esto sencillamente no se ha podido determinar; sin embargo existe la tendencia a pensar que, las transformaciones de las especies vienen a ser el resultado de la evolución global del patrimonio genético, que aumenta progresivamente de una manera no consciente y con una meta en específico.

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El origen de las adaptaciones orgánicas constituye entonces un enigma tan insoluble como lo ha sido el del origen de la vida y existencia misma. Quedamos a la expectativa de que con el tiempo podamos conocer por ejemplo, como el ala de un ave se constituyó a expensas de órganos no especializados y la manera en la que el animal con esta característica logró conocer su capacidad de sostenerse en el aire sin haber controlado el proceso de construcción de esa estructura.

Referencias sugeridas

Hickman, C,; Roberts, L.; Parson, A. (1999). Zoología. McGraw-Hill: Madrid
Darwin, C. (1981). El origen de las especies. Londón

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