Tengo muchos escritores favoritos y la mayoría de ellos, o han fallecido o tienen una edad avanzada. Mario Vargas Llosa y Milan Kundera aún viven, pero otros ya no escribirán nada más: Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Roberto Bolaño, José Saramago y ahora, la estadounidense Toni Morrison quien falleció de una neumonía el pasado 5 de agosto. Tenía 88 años de edad.

Conocí a Toni Morrison antes de saber quién era. Hace algunos años (¿cinco? ¿seis?) solía visitar con frecuencia una librería en el centro de la ciudad que tenía una gran colección de títulos de la Editorial DeBols!llo. Al llegar allí, solía leer las sinopsis de no menos de veinte títulos y siempre acababa llevándome al menos cinco o seis. Lo curioso es que se trataba de autores que nunca había oído nombrar (de acuerdo, en aquel entonces no conocía tantos autores), pero me atrapaban las sinopsis y me gustaban el formato de la editorial y las portadas de sus libros. Fue así como comencé a leer a J.M. Coetzee, Cees Nooteboom, Saul Bellow, Philip Roth, Chuck Palahniuk y por supuesto a Toni Morrison. En la librería tenían cinco títulos de su autoría y debido a los llamativos colores de sus portadas, al precio accesible de aquellos días y a las interesantes sinopsis de las novelas, los compré todos. Sí, me llevé cinco títulos de un autor desconocido sólo por curiosidad lectora, algo que la economía actual no me permite hacer.

Dije "autor desconocido" y no "autora" porque al leer "Toni Morrison" pensé que se trataba de un hombre. Sí, conocía a Toni Braxton, una cantante pop de los noventa, pero la creí una excepción a la regla de un nombre que en Venezuela es diminutivo de Antonio y por tanto masculino. Esa fue mi primera sorpresa al leer la biografía en el interior de los libros. La segunda sorpresa fue su pluma. Primero leí las novelas más cortas, Sula y Amor. La primera habla de dos niñas que son amigas y luego se reencuentran tras diez años de separación; la segunda habla también de dos mujeres, esta vez ancianas, que se han odiado toda la vida porque amaban al mismo hombre. Las dos novelas me gustaron bastante, pero fue la siguiente lectura la que comenzó a conformar la imagen de Morrison como una de mis favoritas: Ojos azules. El libro cuenta la historia de Pecola (aún recuerdo el nombre), una niña negra que se cree fea porque no se parece a Shirley Temple. Y entonces, cuando la realidad es muy dura, cuando sus padres pelean o su papá la molesta, o alguien se burla de ella, cierra los ojos e imagina que tiene unos hermosos, brillantes y grandes ojos azules. El concepto de belleza impuesto por la sociedad, la inocencia infantil, la voz femenina, la infancia truncada, el poder de la imaginación, son algunas de las cosas que trata esta gran novela.

Algunos libros de la autora

Desde 1970 hasta 2015 publicó apenas 11 novelas (además de una ópera, una obra de teatro y tres ensayos), con lo que, en promedio, sale a una novela cada cuatro años, más o menos. Es decir, no es una autora tan prolífica como otros. Sin embargo, la fuerza de sus novelas le valió el Premio Nobel de Literatura en 1993 (apenas había publicado seis novelas) y su sello radica en la combinación de ciertos elementos. Como escribí en un post pasado sobre su novela La canción de Salomón, su universo literario:

"Es un mundo repleto de cosas fantásticas: supersticiones, mitos, leyendas, hombres que vuelan, pócimas para atraer hombres, mujeres que gritan eternamente en pena, tesoros enterrados, tulipanes que crecen y florecen en instantes, fantasmas que se aparecen para guiar a las personas; pero también cargado de la más oscura realidad: asesinatos, racismo, venganza, suicidios, escenas escandalosas entre madre e hijo, encuentros incestuosos, macabras escenas de una mujer con el cadáver de su padre; y es en esta combinación donde radica la fuerza de una escritura que refleja las profundidades del alma humana que puede amar y odiar al mismo tiempo, o soñar con volar como los pájaros mientras se ata a la tierra y se deja poseer por sus posesiones"

A través de esa combinación, Morrison habla de la vida de la población negra en los Estados Unidos, en especial de las mujeres (casi todos sus protagonistas pertenecen al género femenino) y a través de sus ficciones defiende sus derechos, cuenta la historia de la discriminación racial que no terminó con la abolición de la esclavitud, ni con la lucha por los derechos civiles de los años sesenta, pero también muestra la fuerza de sus creencias, la magia que rodea esa dura historia.
No he leído La isla de los caballeros (única de las novelas que tengo de la autora y que no he leído), pero disfruté muchísimo Jazz y sobre todo Beloved, la dura historia de una esclava que mata a su propia hija para salvarla del horror que representaría la indignidad de una vida sin futuro. Esa novela me atrapó y me impresionó bastante. Con dotes de novela gótica y destellos de realismo mágico, plantea una situación difícil y delicada: ¿puede el amor justificar una muerte? ¿una madre tiene derecho a asesinar a su propia criatura para, paradójicamente, salvarla de una vida de horrores? La novela fue adaptada al cine, protagonizada por Oprah Winfrey y le valió el Premio Pulitzer.

En su artículo The Last Great American Novelist publicado en el New York Times, Ross Douthat dijo de Morrison (la traducción es mía):

"Fue una gran Novelista estadounidense que también fue una Gran Estadounidense novelista. Esto significa que tenía una forma especial de celebridad, un estado oracular, y también que fue abrazada por la tradición que considera las novelas como claves para interpretar a los Estados Unidos - insistiendo en que se debe leer a Morrison (y a Ellison, Wright y Hurston) para entender la experiencia afroamericana, así como se debe leer a Hawthorne y Melville para comprender el legado del puritanismo, o Faulkner o Cather para comprender el Sur o el Oeste, y así sucesivamente en la lista de inglés de la escuela secundaria."

Además del Pulitzer y el Nobel de Literatura, Toni Morrison obtuvo el National Book Critic’s Circle en 1978 por su novela La canción de Salomón; recibió la Medalla de Contribución Distinguida de la Fundación Nacional del Libro a las Letras Estadounidenses en 1996; en 2012, el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad y cuatro años más tarde recibió el Premio PEN/Saul Bellow por Logros en la Ficción Estadounidense. Chloe Ardelia Wofford (su verdadero nombre) falleció hace una semana, pero Toni Morrison vivirá para siempre en su legado y en sus ficciones, porque cada vez que una persona pase sus ojos por las líneas que escribió, su voz será oída.