LOS FUEGOS FATUOS

A lo largo de los siglos, muchas leyendas se han tejido alrededor de espectrales llamas que bailan en presencia de incautos caminantes. Se cuenta de muchos viajeros que extraviaron su ruta y perdieron la vida en pantanos y ciénagas por seguir una flama azul que parecía invitarlos a seguirlas.

En mi infancia escuché historias de viejos, cuando se reunían a conversar después de la cena, donde no faltaba “la candelita”. Cada cual contaba versiones diferentes del mismo hecho, uno con matices más fantásticos que otros. Algunos decían que eran espíritus errantes en busca de la paz eterna. Otros, que se trataba del dueño de un tesoro enterrado quien mostraba el lugar donde se encontraba su botija. A este último sería el único al que valdría la pena seguir. Jejeje 

A pesar de lo espeluznantes que me parecían estas historias, se trataba, sin duda, de fuegos fatuos, a los que la ignorancia de los pueblos consideraba como acontecimientos sobrenaturales. Aunque ya no se habla mucho de ellos, suelen verse algunas veces unas llamas pálidas, de color azul, que parecen flotar en el aire a poca distancia del suelo, especialmente en parajes pantanosos y en los cementerios.

Este curioso fenómeno se da por la combustión espontánea de ciertos gases que se desprenden de sustancias animales o vegetales en estado de descomposición, al tomar dichos gases contacto con el aire. (Se cree que los gases son una mezcla de hidrógeno y fósforo; mayormente metano, que se inflama espontáneamente aun encontrándose seco el aire circundante). En algunos lugares del mundo como Inglaterra, Alemania, Irlanda, Escocia y mi VENEZUELA,  ocurre con mayor frecuencia.