El poder de la toma de decisiones

La complejidad de todo lo que constituye la humanidad ha trascendido todo lo conocido desde el principio de los tiempos. simultáneamente, toda esta complejidad que sustenta nuestra esencia ha llevado al hombre a seguir una carrera continua en busca de conocimiento y control de todos los aspectos posibles de la existencia. En estos tiempos, ya hay innumerables avances que la ciencia ha hecho en la búsqueda del significado de la realidad y por el control de todo lo que existe. Sin embargo, incluso si conocemos todo lo que está a nuestro alcance, seguiremos siendo seres humanos. Entonces, antes de tratar de saber lo desconocido, es importante saber qué somos y qué representa nuestra esencia, de esta manera podemos tener un mayor grado de conciencia y, en base a ello, definir mejores vías de acción.

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Mientras tanto, estamos compuestos por un número infinito de elementos interesantes de estudio, pero en nuestra esencia, tanto la conciencia como las decisiones son una parte fundamental de nuestras vidas y son determinantes de nuestro propio destino. Por otro lado, la conciencia es fundamental porque nos permite adquirir información sobre el entorno y reflexionar sobre cada evento que ocurre en tiempo real, desde los eventos en el ambiente hasta aquellos que ocurren en nosotros mismos, mientras que al mismo tiempo la consciencia nos permite definir una ruta de acción o reacción a cada uno de estos eventos. En pocas palabras, la conciencia es nuestra capacidad de pensamiento, y de alguna manera hace posible que seamos quienes somos como personas.

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La capacidad de elegir, sumada a la conciencia, nos da la capacidad de materializar lo que queremos, o al menos actuar para que así sea. Las decisiones a menudo se pasan por alto, ya que comúnmente se las considera una forma de elegir entre varias opciones, pero se pone muy poco énfasis en el poder que representa esta capacidad. Poder decidir es sinónimo de libertad, y en el proceso continuo de toma de decisiones nos convertimos en los guías de nuestro destino. Cuando nos damos cuenta del poder de las decisiones, adquirimos una forma de control sobre los eventos, y según el nivel de fuerza de voluntad, las decisiones que tomamos pueden traducirse en hechos materiales. Entonces, es hora de tomar las mejores decisiones y trabajar para hacerlas realidad.

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