Relato: Al conocer su verdadero ser, quedó atrapada en él. Parte I

Durante un día común y corriente de trabajo, se encontraba Camila acompañada por el resto del personal que laboraba en el departamento de administración, cuando de repente tocaron a la puerta y todos como cosa natural dirigieron su atención a ella, a ver de quien se trataba en esta oportunidad.

Mientras Camila levantaba su rostro se topó directamente con la mirada de aquel hombre extraño para todos; porque era la primera vez que lo veían, algunas de sus compañeras suspiraron de forma inmediata y algo de atrevimiento, porque se trataba de un hombre alto, guapo y con cierta particularidad.

Mientras él sonreía con facilidad, Camila solo lo observaba de manera que revelaba su asombro, de pronto se escuchó la voz de unos de los supervisores decir que se trataba de su hermano Daniel González, y que desde ese día formaría parte del personal de la empresa en otro departamento.

Todos de manera simultánea se fueron presentando y dando la bienvenida, para Camila aquella noticia fue de su agrado, aunque en medio de la situación sorpresiva, ella percibía en él cierta prepotencia de hombre guapo que le desagrada un poco pero que a la vez lo hacía más interesante.

Aquel inicio le dio un toque de alteración a ese día, después de retirarse ambos de la oficina, se escuchaban los comentarios impulsados por la emoción de algunas decir lo galán que era, inclusive hasta la jefa del departamento que solía ser algo discreta, emitió un comentario favorable para él.

Camila también hizo su apreciación reconociendo que verdaderamente aquel hombre había robado la atención de todos e incluso aceptó que se trataba de alguien con una presencia imponente que llamaba mucho la atención, pero que seguramente se valía de todos sus atributos para presumir.

Era muy pronto para dar esos comentarios pero aun así ella no titubeó para hacerlo, era notorio que la presencia de Daniel en la oficina ese día logró mover algunas emociones en algunas de sus compañeras y curiosidad en otros por conocer realmente qué tipo de persona era él.

Transcurrían los días y Camila se desempeñaba como acostumbraba en su rutina de trabajo. Ella solo tenía 23 años y era su primera experiencia laboral, a pesar de ser tan joven era muy dedicada con lo que hacía y procuraba aprender de todos y dar lo mejor de ella.

Era una joven de buena figura, con mucha simpatía y facilidad de socializar con los demás. Aunque no era mujer bella, gozaba de cierto atractivo que eran reconocidos y expresados por otros. Le encantaba vestir bien y como la empresa tenía como política usar uniforme, ella lo lucía con cierta elegancia y combinaba bien sus prendas con hermosos zapatos que lograban plenamente armonizar con su ropa.

Una de las cosas que la hacía más atractiva era su buena estatura, sus curvas sutiles y sus moldeadas y largas piernas que hacían de ella una joven muy atractiva. Algunos de sus compañeros la enamoraban pero ella era un tanto selectiva, no le llamaba la atención ese tipo de hombre que por decirlo así, resultan ligeros para cortejar.

Por el contrario prefería ese tipo de chico serio, un tanto tímido, respetuoso y de poca experiencia que cuando expresa sus sentimientos fuera sincero. Así era el perfil de su hombre ideal, diferente a lo que la mayoría acostumbra ser, por eso era muy estricta y cuidadosa en cuanto al tema.

En una oportunidad se invitó a todo el personal a la sala de conferencia para discutir el nuevo contrato colectivo, era de carácter obligatorio por lo que todos asistieron. Mientras se hacía las propuestas todos lo que estaban interesados en dar su opinión levantaban su mano y le daban la palabra.

Fue allí donde nuevamente tuvo un encuentro cercano con Daniel que ya tenía varias semanas trabajando y se sentía parte de la Empresa. Escuchaba por boca de él contradecir ciertas opiniones de los demás, inclusive de Camila por lo que resultaba incómodo el momento. Esto reforzaba su idea de ser una persona que se creía superior a los demás.

Tanto de parte de Daniel como de Camila se deslumbraba algo de antipatía que los colocaba en una plano poco amigable. En momentos se dirigían las miradas cortantes que dejaba claro que entre ellos no era posible ningún tipo de acuerdo, lo que resultaba extraño a los demás debido a que Camila siempre se la llevaba bien con todos.

Desde ese momento para Camila empezaba un nuevo reto, tener que lidiar con este tipo de relación que la desconcertaba un poco y al mismo tiempo robaba su atención. No se trataba de algo sin importancia, más bien se convirtió en algo que la inquietaba y le quitaba la concentración.

Daniel ocupaba una posición de jefe en su departamento, por lo que tenía que estar en constante comunicación con el departamento administrativo. A veces sucedía que llamaban de su extensión y al responder Camila simplemente él enmudecía. Ella sabía que se trataba de él y eso la ponía algo ansiosa y la hacía sentir extraña.

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