Decisiones transcendentales II.
- ¡No es posible que el trabajador medio tenga que asumir una jornada laboral de esas características!, ¡no es humano trabajar tantas horas! Es necesario que los demás grupos de la cámara os replanteéis vuestra visión del asunto. – Hablaba con gran desazón tratando de convencer a los allí presentes.
La jornada se esperaba larga y tediosa, el calor del verano ya apretaba con fuerza en el exterior y en sus manos estaba tomar una decisión que podía mejorar las condiciones laborales de los ciudadanos.
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Uno tras otros iban interviniendo diferentes representantes de los partidos que formaban parte de todo aquel espectáculo televisivo.
La opinión de nuestro grupo es justo la contraria a la suya, es necesario aumentar la productividad, por ello, la mejor manera que se nos ocurre es aumentando la jornada laboral. Ustedes no tienen ni idea de lo que hablan, son unos energúmenos sólo por el hecho de plantear algo semejante…
¡Yo no lo he insultado ni creo que usted deba hacerlo! – Dijo alzando la voz e interrumpiendo la intervención de su rival político más directo.
ORDEN, ORDEN, tranquilícense e intenten hablar con el máximo respeto posible.
Los debates siempre se llevaban a cabo de la misma manera, nadie se ponía de acuerdo y todos se hacían múltiples reproches acerca de un sinfín de temas, los cuales, muchas veces poco tenían que ver con el quid de la cuestión.
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- Aquí hemos venido a decidir si la jornada laboral en nuestro país va a ser de 8 o 8,05 horas al día, todos los insultos sobran. La decisión puede suponer un gran avance en materia de lucha obrera y una gran mejora en las condiciones laborales de nuestros trabajadores. Vamos a posponer la votación para otro día, ya que llevamos debatiendo acerca del tema durante dos horas y debemos descansar si queremos seguir siendo productivos por el bien de nuestros ciudadanos. – Afirmó rotundamente el representante de la cámara con cara de agotamiento.
Todos los políticos allí presentes se levantaron, se fueron a descansar y a tomarse unas copas subvencionadas por el Estado.
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