Novela romántica "Un nuevo estuche para el amor" Capítulo VII

in #cervantes5 years ago

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Hola queridos amigos stemians, de vuelta con ustedes después de un cierto receso "obligado", pues resido en Venezuela y ya saben como están las cosas por aquí, pero para adelante siempre. Continuaré con la entrega, por capítulos de la novela que recién escribí para su disfrute.Espero sus comentarios y aportaciones.

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Capítulo VII

Florecen de nuevo los rosales en mi corazón

Carola sale como una fugitiva del club nocturno, al advertir lo bien entrada que estaba la madrugada, casi a punto de amanecer, y lo cerca que está la hora de partir al colegio con los chicos.
Llegó a casa escoltada por Larry, y entre rápidos y furtivos besos, se despiden, prometiéndose un nuevo encuentro, con nuevos planes para su recién estrenado romance.

Ingresa al recinto familiar en medio de torpes puntillas, siente que todo alrededor le da vueltas, avanza hacia el interior de su departamento, y en un medio sigilo, se apresura a llamar a los chicos, a la vez que enciende la estufa, se prepara un café expreso bien fuerte, que le ayude con la resaca. Adelanta el desayuno y se mete a la ducha a darse un baño helado, con la esperanza de que aminore los efectos del ratón físico y moral , y poder lidiar con la jornada del día.

Mientras se ducha, va repasando las escenas de su delicioso encuentro, cada beso, cada amable palabra de su Larry, ¡de! ¿Su Larry?, ¡vaya ya lo sentía suyo!, si, ¡ya siente que lo ama!… ¿Acaso está tan ávida de amor, que apenas un desconocido le dice unas palabras bonitas y se derrite como mermelada? Siente pena por ella misma y se debate entre el placer y la culpa. Por un lado, se siente tan feliz con ese chico que se desvive en atenciones por ella, por el otro, se cuestiona a sí misma en una lucha interior:

_ ¿A dónde se fue todo el trabajo de ayer, trazado con tanto amor y devoción, por mamá y los niños?, ¿a la basura?, oh, por dios por qué todo es tan difícil, ¿por qué no puedo ser normal y conformarme con la vida que tengo?, ¿será acaso que no tengo derecho a aspirar a una vida mejor?

Pero, Larry es tan bello, tan comprensivo, por primera vez alguien me escucha y me permite expresarme, me permite ser yo, sin tener que priorizar la etiqueta de madre por encima de la de ser mujer. Con él me dignifico en ambos roles sin sentirme culpable.
Con esta lucha de emociones pasa su día Carola, con el valor agregado, del malestar de la deshidratación por la resaca seguido del irrefrenable deseo de dormir por horas y horas, producto de la juerga nocturna, y para no tener que pensar en la diatriba de sus emociones.

Al llegar a casa se abandona en su lecho entregándose al sueño profundo y reparador, se siente agotada, ya no da para más. Delega las responsabilidades a Valentina, quien ya conoce la mecánica del hogar. Agradece el silencio y la quietud que reina en la casa, al encontrarse que su madre se encuentra en modo analógico, en silencio, neutra, sin gritos, sin sus habituales estallidos de histeria y neurosis.
La pequeña madrecita, le da de comer a sus hermanos, cumple con otros quehaceres domésticos, para entregarse rápidamente a sus prácticas habituales, otorgándole todo el derecho de su atención a su compañero electrónico, su teléfono celular.

El sol comienza su descenso, agachando su rostro redondo y colorado detrás de las montañas nevadas, para ceder su espacio a la pálida tez de la luna, la que despliega rápidamente su manto sideral, abriendo la invitación a los habitantes de la noche a iniciar apenas, la jornada del día.

El teléfono móvil de Carola suena de manera estrepitosa, trayéndola de golpe del mundo de los sueños, al mundo real. Con los ojos a medio abrir, busca a ciegas el móvil, rastreándolo con una de las manos hasta que logra encontrarlo. Se imagina que es Larry, y responde con voz sugerente y suave:
_ Hola, cariño… contesta Carola nerviosa, descorriendo las persianas de sus parpados de par en par
_ Hola mi amor, cómo estás. Y eso que me respondes tan... ¿Dulce?, generalmente, me saludas con algún reproche - La voz de Marlon termina de anclarla en la realidad, haciendo que abra los ojos totalmente, al caer en cuenta que no era la persona que suponía, y responde con una sonrisita nerviosa.
_ ¡Ho, Hola cariño!, estaba dormida, he tenido mucho trabajo y me recosté un rato quedándome profundamente dormida, ¿cómo estás? – Responde Carola con el corazón acelerado.
_ Oh, cariño entiendo, lo siento mucho, sé que trabajas mucho y me siento culpable por no poder compartir más tiempo contigo y ayudarte con los niños, pero ¿cómo hago?, debo trabajar para que puedan tener todo lo que necesitan. Se desvanece Marlon en disculpas, al pensar que el cansancio de Carola es por el trabajo que realiza en la casa.
_Lo sé Marlon, yo no te estoy reclamando nada, todo está bien por acá, ya me acostumbré a luchar sola con todos los problemas de la casa.

Marlon haya extraño que Carola lo llame por su nombre, suele hacerlo cuando está enojada. La siente distante, ausente, como si se tratara de otra persona, lo invade la duda _ ¿Será acaso que ella esperaba hablar con alguien más que no fuera él? Y por eso respondió con esa dulzura, y luego que cayó en cuenta que se trataba de él, cambió a ese tono tan… ¿distante?…

Marlon conoce muy bien a su Carola e intuye que algo le pasa, siente, que no es la misma…
_ No, no pasa nada._ Marlon se consuela a sí mismo. _ Carola no es mujer de andar fijándose en más nadie que no sea yo, ha, ha, pobrecilla los chicos la traen desquiciada, pero pronto las cosas van a cambiar y estaré más cerca de ella para ayudarle. - se consuela Marlon con sus propias respuestas, moviendo la cabeza en actitud de negación.

_ Tengo que estar más pendiente de ella y de mis chicos, ya están más grandes y demandan más atención, Valentina y Mauricio, ya bordean la difícil edad de la pubertad, una etapa de la adolescencia muy peligrosa por lo que hay que estar vigilantes con los amigos, con quien hablan por la red, no, no, no debo estar más pendiente de mis muchachos. Esta misma semana viajaré a Santiago a verlos, le llevaré flores a mi reina y los obsequios solicitados a mis retoños. _ Reflexiona preocupado el padre y esposo.

Marlon es un hombre exitoso, acostumbrado a obtener lo que quiere y difícilmente se rinde ante un oponente, su espíritu es competitivo, le gustan los desafíos, y esta vez advierte un vestigio de amenaza en su hogar y su sigilosa mente, no tardará en averiguarlo. Su mujer lo dejó intrigado con la actitud que le mostró durante la llamada y sin duda dará con la causa de tal comportamiento.

Mientras el padre quiere reivindicarse queriendo abrir nuevos caminos que le permitan la posibilidad de remediar deteriorada relación familiar, la joven madre, quiere respirar otro aire, y tomar atajos, por lo que continúa con las charlas interminables y románticas con el joven Larry, así como, con los encuentros clandestinos, que cada vez se hacen más frecuentes.

La relación pasó a otro nivel, ya no son sólo salidas a la disco a bailar y a tomar algunos tragos, ahora se ven como amantes, con encuentros fogosos en un apartado y discreto hotel de la ciudad, donde cada uno expresa de manera recíproca, sus más candentes fantasías sexuales, entre las silenciosas paredes de una cómplice habitación.
Con el paso de los días, los amantes estrechan más cercanamente sus lazos afectivos, cuyos intereses y afinidades los ha convertido en dos personas imprescindibles, el uno para el otro, se necesitan sexualmente, se necesitan para hablar, para sentirse, para besarse, sentirse la piel, sus aromas, tan únicos y sólo de ellos, saborearse en cada beso, en cada caricia, las que resultan innovadoras y extraordinariamente placenteras.

_ No logro entender cómo tu marido puede vivir alejado de ti, si eres fascinante, tienes, la virtud de volverte imprescindible, tienes todo lo que un hombre desea encontrar en una mujer, eres hermosa, dulce, tierna, inteligente, creativa y sobre todo, divinamente sexy. - Le dice Larry a su chica, descansando su cabeza sobre sus senos desnudos, luego de entregarse al placer y al deseo en la habitación de siempre, que se ha convertido en su improvisado nido de amor.
_ Gracias mi rey por todas esas palabras de halago que tienes para mí. En realidad, no suelo ser ni tan dulce, ni tan, lista, ni tan ardiente como me muestro contigo. Suelo ser bastante amargada y gruñona, en casa grito mucho y en la escuela donde trabajo, los niños me deben llamar bruja.

_ Oh no, no lo creo mi reina, si eres encantadora, yo tampoco tengo el mejor carácter, también me enojo y también tengo mi lado obscuro.
_ Oh vamos corazón, todos tenemos ese lado obscuro. Pero tú me haces exteriorizar mi lado más dulce. Cosa que no aflora en mi casa, en mi vida normal, en la me siento anulada. En cuanto al aspecto sexual, no soy con mi marido como lo soy con vos, contigo soy otra, soy yo. Tú me permites ser yo.

_ Te entiendo corazón, pasa que en tu casa te devora la rutina, pasa que tu marido se acostumbró a verte como la madre de sus hijos, como su hembra y él, el macho alfa, el que tiene su territorio controlado; la rutina se los comió a los dos mi reina.

_ Vaya, que bien describes mi situación, me siento como si estuviera en una consulta psicológica, ha, ha, ha.Sonríe estruendosa Carola, libre y desinhibida, dibujando la hermosa forma de sus labios y su blanca dentadura.*
_ Ha, ha, ha, ¿en serio?, te sentís así, entonces vení, que te voy a curar con mi sesión de psicoterapia de amor. - Le bromea Larry entre risas, a la vez que la toma entre sus brazos y la besa ardientemente, recorriendo cada centímetro de su blanca anatomía y como el alba, Carola resplandece entre gemidos y sensaciones recién estrenadas, extasiada de placer, disfruta del encuentro erótico como jamás, lo había sentido con su marido.

Larry es un poco más alto que Marlon, su cuerpo esculpido cuidadosamente se deja sentir al tacto de su chica, la fibrosa musculatura que la enloquece, y la provoca a explorar, senderos poco transitados por ella en la arena del disfrute sexual, y que la tienen enloquecidamente fascinada.

A Carola le resultan fascinantes las innovaciones que le propone Larry en cada encuentro íntimo, donde él, le ha permitido descubrir experiencias nuevas, dándole la libertad de tomar el timón de las sensaciones, en las que se descubre a sí misma en deliciosas facetas que jamás hubiese imaginado. Como, por ejemplo, no había probado la excitante sensación, que resulta, de hacer el amor incorporando la bebida y la comida durante el connubio sexual, cosa totalmente nueva para ella y que disfruta ampliamente.

En esta oportunidad, Larry la agasaja con un menú oriental, en el que incorpora al juego erótico, diversas versiones del exótico sushi, acompañado con una cepa de un muy buen vino rosado, cuyo mantel y mesa, eran sus propios cuerpos, donde la comida y la piel se confundieron, convirtiéndose en parte del aderezo perfecto del plato. Con el adicional hidratante del tibio vino; y el postre, sus genitales almibarados con un rio de dulce miel y cacao amargo, combinación explosiva, que puso a funcionar cada neurona y sentidos del cuerpo.

Carola se siente viva, renovada, complementada a la perfección, con este hombre que recién aparece en su vida, siente que se ha despojado de la vieja piel, siente que ha roto un viejo estuche, que le permite salir de un viejo cascarón para encarnar una nueva piel. Como el vino nuevo necesita de un odre nuevo, así se renueva la bella joven.

Ha decidido asistir a un gimnasio y ponerse en forma, cambió su corte de cabello y de peinado, renovó su armario con un nuevo Vistiere moderno y de vanguardia. En fin, Carola es una mujer nueva y todos celebran el cambio que ha dado. Los niños sobre todo porque ahora sonríe y ya no vive el día gritando, ahora habla con ellos calmadamente y la casa ha mejorado notablemente en su organización.

Ha aprendido a persuadir a los chicos a que cambiaran sus malos hábitos con los videojuegos y el uso del teléfono móvil, a que aprendieran a aprovechar sus momentos de ocio más productivamente. Saca tiempo para conversar con ellos, les orienta en sus tareas escolares. Con la bella Valentina ha logrado romper el hielo de la desconfianza, ahora dedica momentos de esparcimiento para compartir con ella y ha aprendido a ser su confidente y su paño de lágrimas.
En su trabajo, ha mejorado su rendimiento y trato con sus compañeros y estudiantes; su madre le aplaude sus logros y progresos y continúa dándole nuevas orientaciones, convencida de que las charlas familiares dieron resultado de algún modo. Por su parte Larry, está más que complacido, con todos los cambios favorables que ha dado su chica, afianzando su afecto hacia ella, que se intensifica cada día más con cada grato encuentro.

El único que no se siente a gusto con los cambios que ha dado su mujer, es Marlon, quien se encuentra visiblemente preocupado, formulándose miles de preguntas en su cabeza, y la confronta tan pronto como llegó de su viaje de negocios, sin lograr despejar sus dudas.

Continuará

Bien amigos finaliza aquí este capítulo, invitándoles a seguir la lectura en la próxima entrega.

Gracias por leerme

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