Fuente
En un diálogo interior, con mis pensamientos y emociones, a los que alcanzo sincronizar, a través de un tercer interlocutor, que funge como mediador entre ambos cuerpos. Mediador, a quien comúnmente le llaman conciencia, yo, le llamo confidente silente, la que va más allá de la dualidad, del bien y del mal, la que ecualiza los rumores fantasmagóricos de mis pensamientos, desordenados dentro de mi guarida mental, y en el refugio sensitivo de mis emociones, que juegan caprichosas y dramáticas, sin dejarme ver el objetivo de mi realidad.

Realidad que a propósito enmascaro, porque no me agradan sus matices, rojinegros, acafetados, y Pardo grises, iracundos, neuróticos, inseguros, divagantes, oportunistas. Y es allí donde interviene la conciencia, con su capacidad de síntesis, desenredando la maraña existencial, con su ojo absoluto clarividente, sugiriéndome la alternativa de un camino surreal.

Si tengo la posibilidad de elegir como vivir mi realidad, transformándola positivamente, mientras pueda, lo haré. Me rehúso a ser enclavada en un sistema gregario y decadente, que me circunda con sus intereses materiales, con la intención de apagar mi anhelo espiritual, para vivir solapada a sus viles pasiones animales y vulgar servilismo.
A medida que trascurren los días, el inclemente sol de un desierto despiadado, deshidrata mis fuerzas, ruge mi estómago, cava una fosa hambriolenta, haciéndome alucinar en este ambiente tan mezquino y hostil.

Pero, debo retomar mis fuerzas y no desfallecer ante el maligno de las sombras, y utilizaré para vencerle, mi recurso más certero, el poder de mi imaginación, en alianza con la dupla de mis emociones y pensamientos, guiados ahora, por la imparcialidad de la conciencia.

Y sobre un lienzo gris, dibujaré, mi realidad geométrica, ondulante, concéntrica, con mandalas y zentagles, rellenados con aguamarinas, lapislázuli, cuarzos rosa, y zafiros engranados. Escribiré renglones con mi fantasía poética en el imperio del sol, en un reino de diamantes, creando mundos posibles, a pesar de lo imposible.
No faltará quien me diga loca, infantil, fresita, que vivo en un mundo etéreo, ficticio, escapando de la realidad, que por eso es que estoy sola, porque ningún hombre se fijaría en una mujer tan difusa como yo. Como que si eso fuera mi prioridad jeje. Ojo no cuestiono las relaciones de pareja, me hubiese encantado conseguir mi complemento, pero no se pudo, no pasa nada, he aprendido a convivir con mi soledad…aunque, a nadie le amarga un caramelo…

La verdad que para lidiar con las hostilidades del diario vivir, hace falta ataviarse de un valor agregado, a fin de sacar la cabeza fuera del agua para no morir asfixiado con la podredumbre de la miseria humana, y no me llamen misántropo, por favor, no tengo nada en contra de mis semejante, pero sí de sus vilezas egóicas, que son contrarias, a la pureza de su esencia primordial.

Con respecto al valor agregado, me refiero a la necesidad de despegarse un poco de lo terrenal, apartar los pensamientos tridimensionales limitantes, elevando la mirada interior, al firmamento, conectando con la fuente creadora, manantial de todo lo cristalizado en el plano físico, la que nos revela nuestros orígenes, de donde todos venimos, aunque seamos distintos, sin perder nuestra propia identidad porque somos únicos e irrepetibles, y reversibles también…jeje.

En fin, conectar con nosotros mismos, permitirnos viajar hacia nuestro propio interior, y mandar al carajo al sistema esclavizante y alienante, estar alerta percepción con los detalles, recuperar la capacidad de asombro, reencontrarnos con nuestro niño interior.
Escuchar los sonidos de la armonía imperceptible, opacados ante el ruidoso grito de la urbe, acordarnos de inhalar el sutil aroma del prana esencial, desplazado por el humo asfixiante de las fumarolas, recordar la suavidad de las texturas, suplantadas por las caricias y abrazos virtuales a través de las pantallas digitales, donde besarse y copular “on line” ya es cosa normal. De locos diría yo, y ¡hasta muchachitos nacen, que tragedia!

Bien amigos, lo que quiero es animarlos a que vivamos en plenitud, saboreando cada instante de la vida, explayando la visión de lo que contemplemos, impregnando nuestro ser con energías renovadas, atrapando el instante presente de las cosas hermosas de la vida.

Cierro mi reflexión con un pensamiento de Carl Jung:

“Lo que niegas te somete, lo que aceptas, te transforma”

Hasta un nuevo encuentro, amigos cósmicos.