Muchas fuentes acerca de la historia del cine, remontan los inicios de la misma desde la invención del cinematógrafo de los hermanos Lumière. No obstante, en Inglaterra, el fotógrafo Louis Le Prince había rodado varios cortometrajes que se exhibirían en Nueva York para el año 1890. Le Prince desapareció antes de la exposición; no se supo nada de su paradero y sus aportes quedaron en el anonimato.

En paralelo a los inventos de los fotógrafos y científicos ingleses. Thomas Alva Edison había desarrollado el fonógrafo para el año 1877 y, en complemento a su invento, su pupilo, Dickson creó el Kinetograph, una máquina de quince metros que proyectaba “película de celuloide a una velocidad de 40 cuadros por segundo”. Dickson había sido el pionero de la primera cámara cinematográfica y, tras una convención en París donde exhibieron el kinetoscopio, inspiraron a los hermanos Lumière para concebir el conocido Cinematógrafo. En este sentido, lo que le debemos agradecer a Auguste y Louis Lumière no es la idea de los grandes creadores de una maquina que “captaba imágenes en movimiento”, sino de los primeros fabricadores de un aparato que funcionaba como cámara, impresora y proyector, además de ser más liviano que el Kinetoscopio -9kg- y que trabajaba de forma manual.

En marzo de 1895, los hermanos Lumière, proyectaron en parís uno de sus primeros registros : “La salida de los obreros de la fábrica”, en él advertimos en un minuto a un grupo de personas salir de la fábrica de los Lumière, ubicada en Lyon, Francia –Una de las principales zonas industriales del país-. Curiosamente lo que notamos en el cortometraje de Auguste y Louis no es exactamente a un grupo de obreros salir de la fábrica, puesto que también aludimos a la presencia de mujeres y hombres luciendo grandes vestuarios y sombreros. No es casualidad que en plena era industrial, lo que proyectaba el cinematógrafo era justamente a una sociedad moderna en una época completamente industrializada. El cinematógrafo no fue concebido en un principio con la intención de entretener al publico, sino por el contrario, constituía para los Lumière una creación más dentro de un mundo moderno. Lo que observamos en los primeros cortometrajes de los hermanos Auguste y Louis no es sólo el registro de una época y de una sociedad en particular, a su vez constituye un producto cuyo significado va más allá de lo puramente cinematográfico o, lo que afirmaría Marc Ferró en su tesis: “El film (…) no sólo cuenta por aquello que atestigua, sino por el acercamiento socio-histórico que permite”. En este sentido, ¿Qué es lo que visualizamos en los primeros registros de los hermanos Lumière? Sin duda atisbamos a la cotidianidad de la pequeña burguesía, y no nos es sorprendente que los dueños de una fábrica de la localidad de Lyon, hayan querido registrar el umbral de una era moderna. El cine, muy lejos de considerarse arte era, ante todo, industria. Cuando Auguste y Louis Lumiére, exhibieron “La llegada del tren a la estación”, las personas que habían asistido a la proyección se alarmaron al pensar que un tren se aproximaba hacia ellos. La afluencia del cinematógrafo, más que considerarse el invento pionero de las “imágenes en movimiento”, se caracterizó por haber revolucionado a una sociedad. Ahora todo podía ser registrado, pero esta cotidianidad de la clase media no sería consumido por la misma, sino por el contrario, se consideraba como “Espectáculos de ferias”.

Ya habíamos afirmado que los primeros registros de los Lumière no habían sido considerados material de entretenimiento. A diferencia de ellos, en los Estados Unidos, los laboratorios Edison filmaban material con la intención de ser exhibidos en los espectáculos de ferias. Estos cortos al estilo vodevil, era consumido por la clase obrera. Sin embargo, la mayoría de estos films –al igual que los Hermanos Lumière- se caracterizaba por mostrar la cotidianidad de la pequeña burguesía. La diferencia radicaba en que “La salida de los obreros de la fábrica” y “La llegada del tren a la estación”, no constituían material de ficción como en el caso de los productos de Edison . No obstante, la ausencia de narrativa no sería por mucho tiempo, puesto que incluso hasta los hermanos Lumière, habían filmado material de entretenimiento con “El regador regado”. A pesar de que carecía de autarquía de plano y de variación en las escalas, los hermanos habían filmado este corto al estilo vodevil, con la intención, según Karel Reisz, “de captar el interés del espectador.”

En contraste de los films producidos por los Lumière en Francia, y Thomas Edison en los Estados Unidos. En Inglaterra un grupo de fotógrafos experimentales de la localidad de Brighton, habían inventado y desarrollado cámaras cinematográficas que fueron patentadas antes de la invención del cinematógrafo. William Friese Greene, registró un aparato destinado a tomar fotografías en series rápidas, y su compañero, Robert William Paul, -quien partió de los inventos no patentados de Edison en Inglaterra- construyó en 1894 el Kinetoskopio inglés, lo que le condujo a crear, un año después, una cámara portátil para la producción de sus propias películas.

La escuela de Brighton había sido uno de los aportes más significativos dentro del primitivo cine británico. Sus representantes más famosos fueron George A. Smith y James Willamson. Entre los años 1896 y 1898, comenzaron a producir películas al estilo de los hermanos Lumière. Sin embargo no habían tardado mucho en experimentar con la cinematografía y la temática. Muchos de estos relatos consistían en comedias, dramas o fábulas. A su vez, fueron los primeros en utilizar la sobreimpresión, para trucar el paso de un plano a otro –Técnica de la se valdría Méliès más tarde- Además del uso de travelling y de ciertas variaciones en los planos que permitían ver la escala de un PG a uno más corto, y gracias a ello pudieron lograr mayor profundidad de campo. A pesar de que la duración de sus cortometrajes, no les permitía desarrollar una historia más completa, debemos decir que los representantes de la escuela de Brighton, no sólo se valieron de la invención del cine para contar historias de drama y fantasía. En cuanto a montaje, fueron los primeros en experimentar con la variación de los planos y los movimientos de cámara. En su film “The big smallow”, Williamson hace uso del primer plano –incluso antes que Edwin Porter con “Asalto y robo a un tren”- Además, el film constituye uno de los primeros intentos en mostrar el contraste entre el ojo de la cámara y la del espectador. Igualmente en “Santa Claus and the childrens”, Smith utiliza los efectos especiales para crear escenas de fantasías. Lo más innovador de este film se halla en cómo el director utiliza los espacios entre cada plano para lograr efectos trucados. Además, podría decirse que se considera como uno de los primeros ejemplos de montaje paralelo. Sin embargo, uno de los aportes más significativos de Smith, fue con “As seen trought the telescope”, ya que decide alternar varios planos en una misma escena, es decir, definió uno de los principios de “corte”, técnica que, posteriormente Méliès haría uso de forma artística.