“Lo que el viento se llevó” (1939) / Scarlett O’ Hara: Ni villana ni heroína (Parte I)

in #cervantes5 years ago (edited)

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“Lo que el viento se llevó” constituye un film rico en temática, producción y cinematografía. Se realizará un análisis del mismo en varias partes. En esta primera oportunidad hablaremos de la transformación que se atisba en el personaje de Scarlett.

Lo que el Viento se llevó (Gone with the wind) es considerara como película icónica no sólo para la Industria de Hollywood, sino dentro del universo del cine y es, por consiguiente, visionado obligatorio para toda persona que se considere un cinéfilo. Por muy “abrurrida” –Cosa que no lo es- que sea la obra maestra de Selznick, todo amante del buen cine está obligado a ver, al menos una vez en su vida, este filme. Ciertamente hablamos de una película cuya duración (238 min.) puede ser un tanto tediosa, pero nos referimos no sólo a una destacada obra, sino también de personajes que se convirtieron en un referente dentro de las figuras de héroes y villanos. Lo que el viento se llevó nos recuerda más bien que somos humanos, y humanos en el sentido de lo desagradables que podemos llegar a ser. La separación es lo que alecciona el camino del héroe que, posteriormente, se consuma en el retorno, y es así como hemos visto a Scarlett O’ Hara en el principio, intermedio y final del filme.

El personaje encarnado por Vivien Leigh, es una muestra de la mujer del siglo XX. Si bien el film es ambientado en 1860, durante la Guerra de Secesión, podemos atisbar en Scarlett O’Hara a una mujer adelantada a su época: libre, audaz y que usa sus encantos para lograr sus objetivos. Y no, no hablamos de una femme fatale cuyo destino debía estar derrotada al final de filme. Al contrario de lo que menciona el crítico de cine, Roger Ebert, en su obra ”Las Grandes Películas”. Cito: ”Fascinó al mundo (todavía nos fascina a nosotros) contemplar su enfrentamiento a un mundo machista y chauvinista, pero de todas maneras esa actitud tenía que ser castigada”. ¿Castigada? Scarlett O’ Hara no fue derrotada y, como afirmaría Joseph Campbell (en "El Héroe de las mil caras") lo que podemos ver en el majestuoso personaje de Margareth Mitchell es, sin duda, toda una transformación, aquella que siempre deben lograr las grandes historias.

De niña consentida a matriarca.

“Guerra, guerra, guerra.
Hablar de la guerra arruinará toda la diversión de las fiestas estas primaveras.”

Durante los primeros minutos del film, observamos a una Scarlett O’ Hara aburrida de escuchar hablar sobre la guerra. La vanidosa chica de la plantación de Tara, sólo desea pasearse entre los hombres en la fiesta de barbacoa de Twelves Oaks. Pero sin ningún interés en particular, más que el de captar la atención de Ashley Wilkes (Leslie Howard), el único hombre que no ha podido tener Scarlett y que, por consiguiente, mendigará su amor por puro afán. Ashley anunciará en la barbacoa su compromiso con Melanie Hamilton (Olivia de Havilland) y Scarlett aprovechará para confesarle su amor a Ashley y suplicarle –con falsas lágrimas en los ojos- que se case con ella. Sin embargo, (y para su desgracia) la tierna y bondadosa Melanie deseará entablar un vínculo amistoso con la hija mayor de los O’ Hara. La Srta. Scarlett –la odiada por todas, excepción de una- contraerá matrimonio con Charles Hamilton (hermano de Melanie) antes de que éste se aliste para la guerra.

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“¡Oh madre! no puedo ir de negro, soy muy joven para ser viuda”

En la fiesta de Barbacoa, Scarlett conoce a Reth Buttler (Clark Gable), de quien se sentirá atraída (aunque no lo demuestre) y con quien formará una relación por puro interés. Reth, es un hombre rico, machista, sarcástico y mujeriego. Se siente profundamente atraído por Scarlett, sin embargo, es uno de los pocos hombres –tal vez el único- que es capaz de manifestarle lo que piensa de ella, sin importar herir sus sentimientos. Curiosamente, tanto Scarlett como Reth coinciden en sus comportamientos: ambos se desean, se odian y, por ende, no pueden estar juntos. La relación entre ambos viene de entrada con una daga de defensa y cualquier movimiento en falso, hará que alguno de los dos tome una decisión equivocada.

Sacrlett se casa con Charles Hamilton un día después que Ashley y Melanie. Durante la guerra, Charles fallece de pulmonía mientras sirve al ejército confederado. La joven y vanidosa Scarlett se niega a llevar luto por mucho tiempo. De esta manera, es enviada por su madre a la casa de los Hamilton para que solace su mente. Durante su estadía en Atlanta, Melanie aprovechará para acercarse a su cuñada… y debo decir que, tal vez nadie, salvo los padres de Scarlett, creen tanto en ella como Melanie Hamilton ¿Acaso se trata de un personaje ingenuo y estúpido? Diría que no, incluso me atrevería a afirmar que Melanie es el único personaje que logra ver buenas intenciones en las acciones egoístas de Scarlett. Digo egoístas, pero reconociendo -como Melanie- que no lo son.

Scarlett acepta bailar con el ahora contrabandista Reth Buttler, durante una fiesta benéfica en Atlanta. Todos se alarman ante el comportamiento “poco apropiado” de la recién viuda de Charles Hamilton. Meses después Ashley recibe un permiso para pasar las navidades con su esposa y Scarlett, en ese momento descubre que Melanie está embarazada y, en los meses posteriores, Atlanta se convierte en un mar de hombres enfermos, de gemidos, dolencias y gritos de auxilio. Scarllett, en contra de su voluntad, trabaja como enfermera en el hospital asistiendo a los heridos por la guerra. Está cansada de ver a los hombres sufrir y morir. Desea volver a Tara, su hogar –Y posiblemente una de las isotopías principales dentro del film-. Pero debe asistir a Melanie, quien está débil y padece de un embarazado de alto riesgo: “¡Oh, Melanie! Cuanto te odio” -afirma Scarlett. No se trata de una simple promesa, aunque es lo que el personaje nos dice. Scarlett asiste a Melanie en el parto (sin ayuda de médicos o de su ineficiente criada) ¿Por qué lo hace? ¿Por odio? ¿Acaso podemos asegurar este sentimiento en Scarlett por su única amiga? La lucha entre Lo que el Viento se llevó no es entre el Norte y el Sur, sino entre el deseo y la vanidad de Scarlett. Entonces, si pudiéramos realizar un cuadro actancial sobre el film de Selznick y, tomando en cuanta las consideraciones de Greimas, tenemos que el sujeto, por supuesto, es Scarlett y que su objeto de deseo no es –como muchos piensan- el amor de Ashley, sino como afirma el personaje de Leslie Howard: “Su amor por la tierra roja”. El deseo y la vanidad son sólo los oponentes abstractos que la impulsan y la hacen descender durante toda la obra.

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Y Dios es mi testigo

Ya había expuesto que una de las isotopías principales de la obra era la plantación de Tara y, debemos decir, que tampoco es casualidad que el tema icono de la banda sonora sea ese. Scarlett busca auxilio en Reth para regresar a Tara. Bajo los ardientes cielos rojos y edificios que se desescombran –una de las escenas más emblemáticas del film- Scarlett y Reth huyen de Atlanta junto a Melanie, su recién nacido y Prissy (la criada de los O’ Hara). Reth abandona a Scarlett al salir de Atlanta y, una vez más, debe resolver sin ayuda de nadie regresar a casa con una mujer débil, un bebé hambriento y una quejona criada. Durante el camino se detienen en Twelves Oaks, la vieja y ahora destruida plantación de los Wilkes. Finalmente Scarlett llega a Tara (totalmente desierta) y, feliz de que las Tropas de la Unión no hayan quemado su casa, se apresura hasta ella para abrazar a su madre, pero para su desgracia, Scarlett llega un día después de que falleciera de fiebre tifoidea. Su padre –totalmente demente- se encuentra incapaz de reestablecer Tara. No hay comida, ni animales, dinero o joyas que los O’ Hara hayan podido conservar. La guerra los ha dejado en bancarrota. Sólo una familia sin su madre, tres fieles sirvientes, una mujer que acaba de dar a luz a su hijo y una vaca que “servirá para alimentar al bebé”.

A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!

Una de las escenas icónicas de la película, de la historia del cine y el final de la primera parte de la obra maestra producida por Selznick. Scarlett corre hasta la desolada plantación con lágrimas en los ojos, desentierra una pequeña zanahoria que devora sin culpa. La cámara se aleja en un bien logrado Dolly out, mientras Scarlett promete bienestar para su familia y para sí misma. Manejada en un mundo totalmente despiadado y machista, Scarlett se emancipa en una época donde la mujer sólo debía preocuparse de permanecer en casa. Durante la guerra entre el Norte y el viejo Sur, Scarlett actuó en defensa de ella y de los suyos. No pudo huir ni vestir elegantes vestidos mientras se ensuciaba las manos plantando algodón. Pasó de ser la niña consentida y amada por los hombres a la cabeza de la familia. Gracias a las plantaciones, Tara pudo levantarse, pagar impuestos y hasta dar de comer a los hombres que llegaban de la guerra. Scarlett no podía mostrarse derrotada y no lo hizo en ningún momento.

“Mira mis manos, están destruidas. Mamá decía que se reconoce la delicadeza de una mujer por sus manos. Ya no quiero plantar algodón. Odio a Tara más que a Scarlett (Suellen).
¡No digas que odias a Tara! Es como si odiaras a mamá y a papá.
(Scarlett)”.

Scarlett mata a un hombre que entra a Tara a robar dinero. Pero está tan preocupada por conseguir comida que “pensará en ello mañana”. El Sr. O’ Hara muere tras sufrir una caída montando a caballo, antes de que Scarlett se negara a vender la plantación a su ingrato y viejo capataz. En busca de auxilio a Reth Buttler –quien se niega a ayudarla, después de ver las heridas en las manos de Scarlett- se reencuentra con Frank Kennedy en Atlanta,- un hombre de mediana edad y el enamorado de Suellen- y quien ahora posee un pequeño negocio de maderas. Scarlett hace de las suyas y logra casarse con Frank Kennedy, sólo para obtener dinero y conservar las tierras de Tara. Ahora, no sólo vuelve a usar elegantes y amplios vestidos, sino que dirige el negocio de su segundo esposo y hace trato con los viejos enemigos para conseguir “mano de obra fuerte y barata”. Mientras el Sur se reestablecía, Scarlett y todos los suyos lo hacían también. No obstante, Scarlett queda viuda por segunda vez, después de que Frank Kennedy montara una invasión nocturna. Nuevamente, Scarlett lleva luto y bebe ginebra, mientras oculta la foto de su difunto. Ya no es tan joven y tan ingenua para vestir de negro, pero ahora sólo vemos a una Scarlett portando un segundo apellido y que se emborracha para evitar sentir culpa. Después del funeral de Frank Kennedy, Reth visita a Scarlett y le pide “que se ahorre las lágrimas frente a él”. Scarlett ya no desea casarse más; no tiene el amor de Ashley, tampoco a sus padres, sólo un negocio de maderas y una plantación de algodón que se había reestablecido. El millonario y encantador Reth, le pide a Scarlett que se case con él, sólo por diversión. Sabe quien es ella y, por supuesto, que no se negará ante una propuesta tan ambiciosa.

“Necesitas urgentemente que te besen. Eso es lo malo de ti. Tienes que ser besada y, a menudo, por alguien que sepa cómo hacerlo”
-Reth

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Scarlett vuelve a llevar la vida que tenía. Se niega a ser pobre otra vez. Disfruta de las comodidades que el dinero de Reth puede comprar: viajes, mansiones, vestidos, joyas, perfumes e, incluso, llevarse a sus antiguos sirvientes con ella. Reth y Scarlett tienen una hija juntos: Bonnie Blue. La ahora Señora Buttler se niega a concebir más hijos para no “perder su figura”. Pasan los años y Bonnie crece, pero la relación entre Reth y Scarlett es totalmente ajena. Ambos no se toleran y ésta le prohíbe volver a estar juntos. Scarlett, después de tantos años, sigue detrás de Ashley. Ya no se trata de amor, ni siquiera capricho, sino más bien de una obsesión que se volvió costumbre. Reth, abusa de Scarlett una noche mientras estaba borracho y, por alguna razón, vemos a la mañana siguiente a una Sra. Buttler totalmente enamorada de su tercer esposo. No obstante, éste le manifiesta que se irá de casa con su hija y Scarlett –a pesar de estar triste- no impide que ambos se marchen. Comenzamos a ver a un personaje que poco a poco va aceptando lo que tiene y lo feliz que puede ser con ello: Reth y su hija. Ambos regresan a casa, luego de que Bonnie manifestara que quería estar cerca de su madre. Scarlett, por su parte, no sólo está feliz de verlos nuevamente sino que, además, tiene una noticia que darle a Reth: Lleva dos meses de embarazo. Sin embargo, la similitud entre ambos es lo que siempre desata una disputa y, gracias a una caída que sufre Scarlett por las escaleras, padece de un aborto espontáneo. La tragedia de Scarlett no termina aquí, su hija, Bonnie sufre el mismo accidente que Gerald O’ Hara y fallece tras caer de su caballo. Ahora no hay nada que pueda atar a Reth Buttler de Scarlett O’ Hara, y la abandona mencionando la famosa frase: “Francamente, querida, me importa un rábano”. Scarlett se dio cuenta tarde de su amor por Reth, ya no tenía a su hija ni a su mejor amiga vivas. Hasta este punto muchos espectadores estaban felices de ver al personaje de Vivien Leigh “derrotado”. Sin embargo, podemos decir que hemos visto a lo largo de los 238 minutos del film a una Scarlett fría, vanidosa, impotente, egoísta, fuerte, feliz y, hasta llorando, pero nunca, nunca derrotada. Scarlett vuelve a Tara, (su hogar) y volver a Tara es volver a sus padres, a sus raíces, “a la tierra roja por la que tanto trabajó”. Curiosamente durante toda la obra vemos al viejo Sur antes, durante y después de la guerra. Esto observamos en el personaje de Scarlett O’ Hara, pues no sólo la guerra la transformó, sino también sus caídas y perdidas. Se separa de Tara y vuelve a ella, no como la niña caprichosa de los O’ Hara, sino como la mujer que puso a Dios de testigo. Porque como menciona Scarlett al final del film: “después de todo, mañana será otro día”.

Las imágenes son fotogramas sacados de la página de facebook "Cinema Classico". El texto pertenece a mi autoría.
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Hola. Esta es una excelente reseña y muy completa. Te felicito por eso.

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buena película ya no hacen cine del bueno ahora es pura basura.

¡Quedé encantado con esta reseña! Lo único que no me gustó es el énfasis es que puede parecer aburrida. Los ritmos en el cine han cambiado, pero el buen amante del cine sabe apreciarlos todos...

¡Felicitaciones por este trabajo!

Hola! por todos los comentarios, de verdad lo aprecio muchísimo. Sólo tengo una pregunta ¿A qué te refieres con el énfasis?
Saludos.

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