Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Romanos 6:11-13

Consideraos
No reine pues el pecado en vuestro cuerpo
Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado

Hay una tremenda confusión en cuanto a la manifestación del pecado después de ser salvos, muchos maestros enseñan que el creyente ya no peca. Y es una mentira, peca el pastor, todos los miembros de la iglesia pecan, CONJUGA EL VERBO PECADO EN TIEMPO PRESENTE.

Y Levítico nos dice que aún bajo la ley va haber pecado.

Si el sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a Jehová, por su pecado que habrá cometido, un becerro sin defecto para expiación. Traerá el becerro a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová, y pondrá su mano sobre la cabeza del becerro, y lo degollará delante de Jehová. Y el sacerdote ungido tomará de la sangre del becerro, y la traerá al tabernáculo de reunión; y mojará el sacerdote su dedo en la sangre, y rociará de aquella sangre siete veces delante de Jehová, hacia el velo del santuario.
Levítico 4:3-6

El Sacerdote ungido peco y ofreció un sacrificio, ese animal murió para que él no muera, de lo contrario él tenía que morir porque pecó, la sangre de ese sacrificio, y esa sangre derramada salpico hacia el lugar santísimo, la presencia de Dios el Shekinat está allí y su ira se aplacó.

Sucede lo mismo con el creyente que comete una falta, y tiene dos que intercede por él. El hijo de Dios Jesús no es rey de reyes ahora, es el Sumo Sacerdote sentado a la diestra del padre intercediendo por ti y por mí, y el Espíritu Santo que gime con gemidos indecibles porque no sabemos que hemos de pedir como conviene, pero el espíritu intercede por nosotros.

Consideraos muertos
Presentamos como vivos de entre los muertos

No debemos seguir luchando contra el pecado.
Jesús con su sangre nos limpia de todo pecado, con su sepultura nos enterró con el, con su muerte ocupó nuestro lugar por eso es muerte vicaria, con su resurrección nos llevó y estamos sentados con él en los cielos, porque somos su cuerpo la iglesia del señor y nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Amén

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Sigamos leyendo y estudiando las cartas de Pablo. Amén

Bendiciones

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