Goya

Si esperan alguna publicación sobre el genial pintor y dibujante español, lamento defraudarlos. Voy a hablar sobre la segunda ciudad correntina en importancia luego de su capital provincial, Goya lleva ese nombre probablemente (aunque no estoy seguro) en honor al pintor, este post esta dedicado precisamente a sus bellos paisajes así como a uno de sus principales atractivos, la pesca.

Como muchos de Uds. saben y además no es secreto porque lo dice mi perfil en la red, me gusta la pesca, también la fotografía y en este lugar tomar instantáneas es algo casi obligado por la magnificencia del Río Paraná, por su vegetación y su fauna.

De esta excursión han pasado varios años sin embargo la recuerdo siempre porque me dejó hermosas sensaciones; el alojamiento fue perfecto, en una antigua casona reacondicionada como hotel de los que hoy dan en llamar “boutique” debido a su escasa capacidad pero con excelentes servicios y atención personalizada. Los paisajes bellísimos y la pesca extraordinaria.

Navegando hacia nuestro destino de pesca, una gran bandadas de chajás se asoleaba en una de las costas bajas y tapizadas de vegetación que abundan a todo lo largo del río; según el guía es raro ver estos grandes pájaros agrupados, generalmente andan en parejas y una leyenda de la cual no tengo certeza de su exactitud dice que cuando uno muere, su pareja se deja morir de tristeza, parecería ser que efectivamente son pareja para toda la vida. Pero aquí había muchas aves de esta especie todas juntas y cuando pasamos con la lancha muy cerca de la costa se asustaron y levantaron vuelo. La parte cómica está dada en que comenzaron a sobrevolar por encima nuestro y nos “bombardearon” literalmente con sus excrementos, ahora parece gracioso, les aseguro que en esos momentos no lo fue.

Otro hecho curioso aunque no novedoso es ver ganado vacuno sumergido en el agua del río hasta el cuello o más aun nadando de una costa a otra o a una isla en busca de pastos tiernos para alimentarse, digo que no es novedoso porque un comportamiento similar observé en los Esteros del Iberá un año antes.

Cuando bajábamos en alguna costa el guía nos recomendaba tener cuidado ya que por esa zona abundan las serpientes yarará que son bastante peligrosas debido a la alta toxicidad de su veneno, según el cuándo uno hace ruido y pisa fuerte se asustan y se esconden pero siempre es bueno estar precavida, una de las cosas que los que prestan servicios de guías debe llevar es una radio para comunicarse con las autoridades para solicitar suero antiofídico en caso de necesidad. Por suerte no vimos serpientes pero si encontramos algunas pieles mudadas no mucho tiempo atrás.

Como fue una excursión de pesca también les muestro un ejemplar de nuestro pez nacional el Dorado que debe su nombre al color de sus escamas, es un pez por demás combativo que presenta una gran lucha cuando se siente capturado, eso incluye acrobáticos saltos y corridas. Particularmente a mí no me gusta su carne aunque hay verdaderos fanáticos de la misma. De todas maneras a la zona donde fuimos era una reserva provincial y estaba prohibido matarlos.

Por la tarde, cuando ya estábamos prontos a regresar el sol nos regaló una maravillosa puesta que no hizo más que redondear una jornada absolutamente perfecta.

Dejo pendiente para otra oportunidad las fotografías y el relato de mi visita a la antigua ciudad, algo que es también merecedor de una descripción detallada.

Todas las fotografías son de mi propiedad
Héctor Gugliermo

@hosgug