Concurso de cuentos #fotocuento: El remolcador màs pequeño

Una iniciativa de la queridísima amiga @rahesi, celebrando un aniversario de fotocuento, para escribir con un número determinado de palabras, la mejor historia posible, sacada de lo que observamos en la fotografía, pero mejor vamos a leer sus reglas aquí ven a participar.

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Abuelo, abuelo vamos date prisa, se va el barco grande y quiero verlo partir. Vaya que hermosura de barco, y pensar que era el más valiente, el primero en estar cada vez que lo necesitaron.

De que hablas abuelo, el barco está allí, del otro lado del muelle y ya partió, tú solo miras ese cacharro todo oxidado.

Ese cacharro todo oxidado que vez allí era el mejor entre los mejores, el ser pequeño no lo amilanaban para nada, navegaba tan veloz entre los más grandes, arrastraba y empujaba a los más pesados y siempre estaba allí atento, no lo asustaba nada.

Cuéntame abuelo, que tan veloz era, tú eras su capitán verdad.

El abuelo parecía pensar y recordar grandes historias, movía su brazo bueno como si agarrara el timón de un lado para otro.

El remolcador Bartolo era el más avanzado para su época, podía arrastrar su carga más pesada. Ahora nos apartan como viejos obsoletos, y oxidados. Es que acaso nuestra experiencia no cuenta. Cuantas historias y aventuras podemos contar cuando el Eglesbert se accidento fue Bartolo el primero en aparecer allí, arrastrándolo hasta la costa. Y había la peor tormenta literalmente el cielo se venía abajo, y Bartolo, empujo, y volvió a empujar hasta que logro mover el gran barco hasta el muelle. Y ahora lo dejan allí perder después de haber sido el más valiente, entre los valientes.

Abuelo ya entiendo el barco eres tú, verdad.

No es justo abuelo terminar abandonado allí. Hay algo que podemos hacer por él.

Claro que sí, recordarlo siempre con amor en su último viaje.

El pequeño Bartolo un día desapareció hundido en sus aguas y así tranquilamente también se fue el abuelo al cielo de los barcos.