Saludos a todos
Esta es mi entrada al Mensaje diario de 5 minutos de #freewrite organizada por @latino.romano. Este proyecto es una iniciativa de @mariannewest y @freewritehouse.

Source

Al Trote.

Todo un trote. Eso fue mi mañana. Pero no una saludable e intencional jornada de ejercicios, no. Hace años que trato de dar inicio a eso, pero no hay forma ni manera. Mis trotes son del tipo la Ley de Murphy. Todo lo que puede salir mal, en efecto sale y salió esta vez.

Aunque pensaba pasar la mañana encerrado tratando de producir algo para Steemit, aprovechando que no tengo un centavo en mi cuenta y no tengo nada que hacer en la calle sin dinero, recibí una llamada de mi ex-esposa para que por favor pasara retirando el permiso de viaje de nuestra hija (tramite que se inició el lunes con otro corre-corre).

Como la oficina queda a unas 6 cuadras de donde vivo, no vi ningún problema en pasar buscando el importante documento. La niña se va a Brasil en 3 meses.
El pasar retirando el papel en cuestión se convirtió en una estresante diligencia de unas 5 horas que me produjo una migraña asesina para las 3 de la tarde.

Source

Por suerte pude vomitar, cosa que siempre ayuda, paradójicamente considerando el aumento del dolor por la presión al vaciar el estómago, y después de los escalofríos, mareos y demás pude dormir una hora que me devolvió el alma al cuerpo.

[Fin de los 5 minutos]

Al llegar a la oficina de atención a niños, niñas y adolescentes, me indicaron que debía esperar porque de las 4 licenciadas que atienden lo de los permisos, solo 2 habían venido y yo ni sabía quién fue que atendió a mi ex esposa (solo me dijeron, ve y recoge el documento). Al cabo de unos minutos, una de las licenciadas, de nombre Luz, me indicó que ella en efecto tenía el caso. Me preguntó si había traído el pendrai.

¿Qué pendrai?
Para que vaya a imprimir. Aquí no tenemos para imprimir.

Ok. Solo serían 6 cuadras más. Ir a la casa tomar el pen drive y volver. Recordé que no tenía efectivo y nada en la cuenta, así que el viaje a la casa se convirtió luego en un viaje (caminando al mercado—unas 10 cuadras más, ida y vuelta) para vender un kilo de caraotas que aun tenía en la reserva para poder pagar las benditas impresiones que, en efecto, solo podían cancelarse en efectivo.

Volví con el pendrai y 3 mil Bs en efectivo que recibí por las caraotas. Me dijeron que tenía que esperar. La licenciada estaba ocupada. Al cabo de una hora, me llamaron. Aunque el documento en cuestión era un simple corta-y-pega de dos párrafos, aun estaba en la pantalla, sin terminar. Noté que había un error en mi número de cédula, se corrigió, y procedió a pasarme el archivo al pendrive. Ahora debía imprimir dos copias del documento de 2 páginas y traerlo para las respectivas firmas. Una copia se quedaba ahí, la otra era mía.

Subí dos pisos a otra oficina donde prestan el servicio de impresiones. Una chica trataba infructuosamente de pasar una foto de una cedula a la computadora para imprimirla. Se tardaron unos 10 minutos, que fueron para mí una hora, en darse por vencidos y atender al siguiente en la lista. Luego me tocó a mí. La impresión se dio sin contratiempos y le deje a la chica todo el dinero que cargaba encima, por solo 4 páginas. Eso era mi sueldo hace menos de un año.

Bajé a entregar la copia para las firmas. Me indicaron que debía esperar. La licenciada estaba ocupada. En la próxima hora varias personas llegaron, pasaron y salieron mientras seguía esperando a que me llamaran para entregar el doc.

Al fin, la licenciada se asomó y me pidió el documento. Se mostraba angustiada, estresada, a punto de tirar la toalla. Entendí que ella también andaba al trote. En las condiciones en que estaban trabajando no había manera de que un servidor público sirviera con gusto y eficiencia. Si le sumamos a eso una falta total de organización, de protocolo, procedimientos innecesariamente engorrosos y amigos y referidos frescos que le pasaban por encima a los pendejos como yo que tenían horas esperando, pues tenemos un ambiente de conflicto y estrés.

La licenciada me hizo pasar con la doctora quien daría los toques finales al documento. Unos doce impactos de sellos y la misma cantidad de rayas alrededor de los sellos.
El nombre de la madre se escribe con “i” latina o “y”?
Con Y, indiqué.
Hay un error en el documento. Puede volver a imprimir?
No. Deje esa vaina así. Se me acabaron los reales (y la paciencia).

Aún tenía que llegar a la casa preparando algo de almuerzo. “Algo” era decir mucho ya. Me pregunto si la migraña reventó con la “i” en vez de “y” o con la pasta sin mantequilla y huevo frito que preparé sin cambiarme de ropa, y que también me comí “al trote”.

Gracias por tu visita

Visítanos en: www.equipocardumen.com.ve