Resumen del Libro "EL HUESPED" Parte 13

Bueno ahora ya sabemos porque Frank llego tan golpeado.

Alexa muy preocupada le pregunta- ¿Quién te hizo esto? Estaba totalmente angustiada, sin saber qué hacer, los nervios se apoderaron de ella. Los gestos de Frank delataban el gran dolor que estaba sintiendo, diablos, ni siquiera esos gestos dejan de ser sexys, pensó Alexa. Las ganas de preguntarle mil cosas estaban a punto de surgir, cosas como: ¿Por qué no contestaba mis llamadas? ¿Dónde estaba? ¿Qué le dijo Joel? ¿Quién lo golpeo de esa manera? Pero simplemente trato de calmarse y esperar que todo estuviera más tranquilo, aunque ella ya sospechaba. Además no podía parecer una novia preocupada, pues sus padres estaban presentes.

Frank no quiso que nadie lo revisara, pues era demasiado terco, así que su amigo lo llevo hasta su recamara, melina estaba muy angustiada, por el hecho de verlo así y no saber qué había ocurrido, hablaron un rato sobre ello, hasta que los padres de Alexa se fueron a su recamara, melina busco el botiquín de primeros auxilios y le pidió a Alexa que fuera a curarlo, cosa a la que no se negó, pues quería estar segura de que estuviera bien, así que subió hasta su habitación, entro sin pedir permiso, pero Frank no estaba a la vista, estaba bañándose, así que Alexa, se sentó en la cama a esperar.

Cuando Frank salió del baño, le pregunta ¿Qué haces aquí? Creo que esa pregunta no debía hacerla, era más que obvio que estaba preocupada, imposible irse a dormir, sabiendo que estaba tan mal, vine a curarte, respondió Alexa, siéntate, sin protestar Frank se sentó a su lado, Alexa con cara de disgusto, pues el verlo así era algo que le causaba tristeza, no lograba imaginar el grado de dolor que debía estar sintiendo aunque intentara parecer muy fuerte. Iré por una bolsa con hielo, dijo Alexa, a lo que Frank añade, trae helado de vainilla, por favor.

Al regresar Alexa, se dispuso a curar sus heridas, mientras Frank solo se quejaba, -auch me duele, auch esta fría, auch auch, sí que te quejas dijo Alexa, a lo Frank responde imitando la voz de ella, si que quejas, pareces un niño, bla bla bla, oh si bésame y hazme tuya Frank, y Alexa responde- oyeee eso no lo dije, -aun no, añade Frank con una sonrisa coqueta. Descansaron por unos minutos, comieron helado, y Frank no dejaba de verla cada vez que llevaba un poco de helado a su boca.

Luego de terminar de limpiar sus heridas, se quedaron en total silencio, Frank miro sus labios intensamente y se acercó a ella, su mano acaricio suavemente su mejilla y sus labios se unieron en un ardiente beso, cada vez que se acercaban sus cuerpos, sus palpitaciones se aceleraban, sus mejillas se sonrojaban y el calor invadía todo su sistema. Cada vez que sus labios rozaban el hacia una mueca de dolor pero aun así no se detenían, solo se contiene y profundiza el beso sin importar el dolor.

Sus manos sujetaban la cara de Alexa, para tener control sobre los besos. Sus manos se deslizan por la espalda, luego recorre su abdomen tenso y marcado, cuando los dedos de Alexa se mueven con delicadeza a un costado de su estómago, Frank hace una mueca de dolor y rompe el beso, ¿estás bien? pregunta Alexa, si, lo siento, es que siento mucho dolor, responde Frank, tal vez tienes una costilla rota dice Alexa, a lo que Frank comenta, si así fuera no podría moverme, solo necesito alguna pomada y con los días el dolor se ira.
Así que Alexa, busca nuevamente en el botiquín y efectivamente hay una pomada, y se dispone a aplicársela en la parte afectada, pero el sentir su abdomen contorneado, la calidez de su piel hace que un calor llegue sus mejillas y la ponga a pensar cosas que en ese momento no debería tener en mente. Luego de terminar le coloca una venda para proteger su herida y que la pomada le haga efecto.
¿Dónde aprendiste primeros auxilios? Pregunta Frank, a lo que Alexa responde, no sabía, acabo de aprender.

Al girar para guardar la bolsita del botiquín, Frank la agarra y la envuelve en sus brazos, ella rodea su cuello con los suyos y coloca suavemente la mejilla en su pecho, percibiendo su aroma. –gracias, susurra Frank.

Continuara…