MANANTIALES Y AGUAS SUBTERRÁNEAS

Hola queridos amigos steemians

En la mayoría de los pueblos de nuestro país, hay y habrá pequeñas fuentes y manantiales de surgen de la tierra para dejar correr el preciado líquido de la vida, nuestra agua.

Todos los mayores de cuarenta años y criados en pueblos seguro alguna vez habrán saciado su sed un uno de estos manantiales.

Hoy probé el agua que de pequeño tantas veces sacio mi sed. La verdad es que no se parece en nada el sabor de esa agua al que yo retenía en mi mente. Me acuerdo de ir de niños a jugar al campo o a veces a buscar espárragos, hierva para los conejos que criábamos en las casas, a mil y una cosas. Sabíamos muy bien donde escavar con un palo o con las manos misma hasta hacer brotar el agua de la misma tierra. Bebíamos hasta hartarnos, aunque siempre el cuerpo parecía querer más. Estaba fresca y saludable.

No hacía falta llevar ninguna botella cuando íbamos al campo, pues teníamos todos los puntos localizados. Aunque los mayores nos decían que es agua gorda, que es agua gorda?, pues agua que bebes y bebes y siempre quieres más, jejeje, parece una tontería que no creíamos de niños, pero que era verdad.

Hoy siguen habiendo manantiales, aunque los más próximos a los pueblos se han convertido en fuentes. Fuentes de las cuales también bebíamos. Bebían los animales y tú al mismo tiempo pero por la parte superior de donde manaba.

Me he dado cuenta que en todas estas fuentes, las cuales empiezan a ser monumentos, hay los carteles de prohibido beber agua, o agua no controlada sanitariamente. Yo he bebido, sigue siendo refrescante. Me he jugado el tener una gastroenteritis, tal vez si. Eso me hace pensar en lo que al final estamos destruyendo. No solo el ozono, los bosques, si no todo poco a poco. El uso de tantos pesticidas, tantos productos químicos han hecho cambiar nuestras costumbres y dejar de comer tan sano a como lo hacíamos cuarenta años atrás.

Esta agua de la que tanto nos orgullecíamos, de tantos veces calmo nuestra sed sigue emanando de la tierra como si para ella el tiempo no hubiera trascurrido. Pero ahora va revuelta con los productos químicos con los que nosotros regamos la superficie.

Ningún niño se le ocurriría beber directamente de estos manantiales y a quien le cuentas que antes hasta cogíamos garrafas para beberlas en las casas piensa que estás loco.

Lo que si me gusta es ver a esos manantiales de mi niñez como siguen emanando agua sin cesar aunque el año alla sido seco la madre tierra sigue expulsando esa agua que le sobra y que jamas de niños saviamos de dende procedia ni jamas nos preocupo y que ahora mismo tampoco me voy hacer la pregunta si pasa un rio subterráneo por cada pueblo, si solo es el agua sobrante de la tierra, o si son pequeños hombrecillos que viven hay debajo los que hacen emanar esa agua. Cada vez que me paro ante uno me parece verme, ver a mis amigos y a mí bebiendo de ellos, haciendo agujeros y dejando que corriera el agua hasta conseguir que saliera clara. Me gusta que los ayuntamientos cuiden de esos manantiales aunque se prohíba su uso doméstico. Que tal vez, por instinto propio nadie se le ocurriría beber directamente de ahí.

Lo que si me pregunto es si esa agua podría aprovecharse para varias cosas además de lavar los coches, que es lo que todo el mundo hace los domingos, aparcar su coche al lado y limpiarlos. Por qué no seguir dirigiéndola algún aljibe, no sé, para poder aprovecharla para regadío. Tal vez el coste de redirigir esa agua y montar como un embalse es más caro de lo que a veces nos pensamos, o pienso yo, no sé.

Hoy hice un recorrido por varios pueblos y una de mis visitas fueron esas fuentes donde de pequeño eran simples manantiales. Me gusta recordar. Me gusta hacerme fotos ahora que pienso que algún día esos manantiales puedan desparecer. Pero mientras yo viva, o mis amigos o los millones de personas que saciaron su sed en ellos, jamás desaparecerán.

Dejando huella.