Vida Sana / Todo Puede Cambiar de un Día a Otro

Efraín luego de 3 meses sin trabajo encontró una vacante como vigilante en compañía de un canino, cuando llevaba 48 días, estaba cerca de pasar los 2 meses de prueba y quedar fijo. Cuando le llegó la prueba de fuego; laboraba turnos de 12 horas por 5 días a la semana. Un viernes ingreso de 5 a.m. y el relevo no llegó, por urgencia médica. Le tocó doblarse, pues no llegaron a reemplazarlo.

Salió aquel sábado, aún no amanecía y paso a saludar a su hermano que vivía cerca; bebieron un café, el hermano le dijo que lo esperara unos minutos mientras compraba el pan y desayunaban juntos. Efraín observó por la ventana del edificio el radiante sol naciente y recostó la cabeza en la mesa. Durmió 23 y 1/2 horas, al despertar vio por la ventana el rojizo sol y dijo: ¡qué suerte, menos mal que no me dormí!

Observó el celular, con una raya de carga y encontró 12 llamadas perdidas; unas de su esposa y otras de su hermano; alcanzó a escuchar un mensaje que decía: - disculpa hermano estoy en la estación de policía, tuve una discusión con el de la panadería y estoy detenido; las llaves están en la repisa de la cocina, cierra y cuando salga paso por tu apartamento por las llaves- …se apagó el teléfono.

Salió a la calle y preguntó qué hora y qué día era, sospechaba algo terrible. Una deportista le dijo: es domingo, faltan 10 para las seis de la mañana. Quedó paralizado, corrió a su hogar y las explicaciones no convencieron a su joven esposa. Pidió prestado el teléfono y llamó al supervisor -jefe inmediato; trato de explicarle la engorrosa situación en la que estaba.

Pero al otro lado solo le dijeron que se presentará el lunes a las 8 a.m. para presentar informes de ausencia al puesto. Aquella noche de domingo una vez poner la cabeza en la almohada durmió sin parar; su esposa lo despertó a las 6 para que fuera a la empresa a presentarse. Lo enviaron al doctor; dependiendo del dictamen médico, tomarían decisiones de su situación.

Luego de los exámenes de análisis de sangre y un electroencefalograma; le dijeron que esperara en la sala para que lo revisara el neurólogo. Efraín cayó en sueño profundo; la enfermera tardó más de 20 minutos para lograr despertarlo. El especialista lo declaró “Narcoléptico” le dieron un manual, de manejo del trastorno y unos medicamentos suaves para que probara, su eficacia.

Lo que sucedió el sábado fue el primer ataque de Narcolepsia; con este síndrome no podía seguir en la vigilancia. Recordó el chiste de su abuela cuando decía de una tía: "que era capaz de dormirse en una cuerda de la ropa" Cuando llegó a la empresa en todo de burla le dijo el jefe que las pastillas son para mantenerlo despierto; sin embargo, no podía seguir laborando como vigilante.

Lamentablemente, la vida de Efraín tuvo un giro total; debió desarrollar otras habilidades y trabajar en equipo, al lado de otras personas, no puede viajar muchas horas sólo, la vida marital sufrió cambios, pues su esposa pasa en soledad, mientras él duerme 12 horas y más, cuando la medicina deja de obrar. No se conoce como sanear el síndrome; es de manejo familiar.