Recuerdos de la historia de nosotros | Literatura

¿Estamos tan lejos de ese instante? Siento que han pasado años. Me ahogo en la duda, en la sospecha, en lo inesperado. Tanto ha pasado, tan poco tiempo en la gran historia de nuestras vidas. Sin embargo, aquí estamos, encerrados en el circulo que la distancia nos hace bailar. A una distancia tan grande, pero tan pequeña, que olvido por momentos como llegamos acá.

Lo que no logro olvidar es el Big-bang de nosotros. Ese instante en el que tus ojos conectaron con los míos. Grandes lagos de chocolate brillante, pestañas que abanican mis sueños más profundos. Tú, el ancla de mis sentimientos, la brisa que hace navegar mi imaginación. Pero paso tanto, y se siente tan poco. ¿Cómo llegamos a vivir dentro de una bola de nieve de cristal? Sacudimos lo que sentimos, el cielo se llena de estrellas que eventualmente caen a tierra.

Parece ayer que te conocí, y mi mente te envolvió en la capa que solo la comprensión de algo mayor que nosotros y este instante sabe. Y flotan tus recuerdos a mi memoria. Son como trocitos de nieve, que can en la esfera de cristal de mi memoria. ¿Estamos o estoy? Hago eco de nuestras pequeñas victorias, y vienes a mi mente como una estrella, fugaz e incandescente.

Se siente tan cerca esa risa condenada a la victoria de mis alegrías, que me hace reír en seguidilla. Eres contagioso, tu alegría impermeable y tu lógica tan errática. ¿Cómo es que dos personas tan distintas se complementan de forma tan extraña? Es extraordinario como la lógica rebate el sentido común de nosotros. Pero no le doy pie a la luda. No quiero pensarlo mucho, no sea que se rompa el encanto.

Por ahora, vivo de recuerdos, que alimentan el deseo de compartirte besos de vino tinto y tantas locuras que vienen a mi mente. Tú, con toda tu lucha interna y tu única manera de susurrarme "Flaca" hasta lograr la sonrisa. Esa manera de mirarme, tan profunda y extraordinaria, como un objeto de curiosidad y encanto. Tú, pequeña manía mía con sabor a alfajor, tú y tanto tiempo y tan pocos recuerdos nuevos.

Te repito siempre que nos ataca la suspicaz sospecha del futuro "No es el quizá, es el cuando" y me sonríes acostumbrado a mi locura. Espero con ansias cada mirada, y cada instante sin sentido que hace lógica cualquiera de nuestras tonterías. Tú, con música extraña y latina de cuentos de camino, yo, con mis cantantes de idiomas impronunciables. Es tan absurdo que genera preguntas. Las contestaré algún día, tomada de tu mano. Por ahora, respiro un beso de vino tinto, y sigo mi camino recordando el gran momento en el que tus ojos se posaron en los míos.

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A veces, sobran las palabras para decir, pero no para hacer

No se ni cuando, ni donde, pero eventualmente esos sueños que tienes, se cumplen. Maravillosos instantes en los que quemas con palabras cosas que te pasan por la imaginación, y decides ser el verbo y accionar en el momento. Así se siente el día de hoy.

-A.