A cambio del Mundial, los Rusos tendrán que sacrificar el alcohol, las protestas e incluso sus típicas barbacoas bajo pena de cárcel

fuente imagen

Ser sede del Mundial sin duda es una gran alegría para Rusia, país que históricamente siempre ha estado envuelto en polémica, y gentilicio que se ha caracterizado por siempre ser gobernado por regímenes totalitarios, o al menos que rozan el autoritarismo. Desde la época zarista, pasando por los terrores de su época comunista, e incluso hoy, teniendo a Putin, que para muchos es un líder bastante autócrata.

En este sentido, el gobierno ruso emitió una serie de prohibiciones que tienen como objetivo garantizar la seguridad total de esta gran cita deportiva. De hecho, el alcohol fue una de las limitantes más duras impuestas por los organizadores, ya que la sociedad rusa y el alcohol han tenido una relación histórica bastante fuerte.

En pocas palabras, se prohibió la comercialización de alcohol durante todo el mundial en zonas cercanas a los estadios y lugares públicos considerados como claves y en los cuales se vaya a ver gran afluencia de turistas.

"Las autoridades esperan también resucitar la práctica soviética de los lugares de desintoxicación, espacios supervigilados por la policía a donde serán llevados los aficionados que hayan bebido demasiado. También están previstas visitas médicas también están previstas a clínicas y hospitales para la gente muy ebria, pero no se sabe si será de manera voluntaria" indica AFP.

Asimismo, los rusos y también los turistas tendrán prohibidos el libre tránsito en la federación Rusa, a menos que hayan pedido unos permisos especiales ante las policías locales. Los espectadores tendrán que proporcionar todos sus datos personales a través de un sistema web varios días antes de su llegada a los sitios de los partidos de las 11 ciudades sedes, lo que ha generado una ola de molestia entre los turistas debido a que les parece una excesiva burocracia.

"Hasta ahora los rusos no tenían que registrarse sino para estancias de más de 90 días y los controles eran excepcionales, pues estos procedimientos heredados de las estrictas restricciones de la era soviética con el tiempo dejaron de ser habituales".

En este sentido, el régimen de Putin también prohibió totalmente las manifestaciones y protestas bajo duras penas de cárcel durante el mes que durará el mundial. También fueron prohibidos conciertos musicales, manifestaciones públicas no políticas, entre otros eventos. Además, y ante las amenazas de ataque del Estado Islámico, fueron prohibidos los drones, libre tránsito de camiones y carros particulares en zonas cercanas a los estadios (recordemos que el atropellar con vehículos grandes ha sido uno de los modus operandi de Isis), entre otras.

Como ya lo indicamos en otros artículos, Rusia desplegará miles de Policías y voluntarios con plenos poderes para detener a cualquier sospechoso, teniendo una vigilancia extrema con todos aquellos radicales islámicos y aquellos fanáticos provenientes del Medio Oriente, sobre todo los hinchas de Egipto y Arabia Saudita.

Una de las prohibiciones más controversiales es la de las barbacoas familiares (chachlyki en ruso), actividad bastante común en verano, pero que ha estado bajo el ojo del huracán en los últimos años debido a que familias inescrupulosas han generado horribles incendios forestales que han consumido kilómetros de bosques, por lo que durante el mundial, el gobierno prohibió realizar asados al aire libre.

La violación de estas y otras medidas tomadas con el fin de mostrar una buena imagen de Rusia, son bastantes duras, más de lo común en este gigante euroasiático, que por primera vez desde los años de la Unión Soviética, y sacando las Olimpiadas de invierno, es sede de una cita deportiva de tanta magnitud como lo es un Mundial de Fútbol.