relato: infidelidad
Siempre nos mentimos pensó, pero la traición a la confianza era lo más depravado para ella, mas aun peor que la esclavitud, ¿cuándo dominaremos la paciencia y el autocontrol para dominar estas acciones?, se preguntaba camino a casa después del rompimiento violento con su ex novio.. No estaba casada así que se evita toda el papeleo incomodo de la separación o como ella decía “el rompimiento del contrato”.
Se embarca en un viaje para cambiar de atmosfera, un cambie de ambiente era precisamente lo que le vendría mejor, ver cosas que le den que pensar en el futuro y no a la inversa, porque lo que fue, después de una traición jamás volverá a ser; era injustificable. En su nuevo departamento ella hace una reunión de amigas, Vanessa y Katherine que siempre acudían cuando las necesitaba… un poco de amistad, alcohol y buenos consejos no caerían mal… ellas le dicen que fue lo mejor que pudo pasarle pues es la demostración más perfecta de que su pareja no vale, no está a la altura requerida… no es una persona digna de confianza.
Sharlott ya lleva tres meses en su nueva residencia, a hecho algunos amigos y amigas, se está adaptando a una nueva cultura en un nuevo país, las cosas van bien… un día en la noche, eran como las 9.30pm una hora relativamente tarde para recibir visitas, ella va a ver quién es, y por el ojo mágico de la puerta ve un ramo de flores pero no observa bien al portador del mismo, cuando pregunta ¿quién es? Le responden que es un regalo que le habían enviado y solo era una entrega, al abrir la puerta se encuentra con la sorpresa que era su ex novio Mike, en un intento de volver en la relación…
Al verlo una asquerosa sensación le subió de los pies a la cabeza como si un baño de excremento se tratara, lo trata indiferente pero con unas palabras y una actitud demostrando que tenía muy buena memoria, él no se da por vencido y le pregunta si puede quedarse en su casa esa noche, a ella se le ocurre una buena idea y lo deja quedarse, Mike no era peligroso pero quería que supiera que era tener algo tan preciado y que una vez fue suyo pero ahora no podía tocarlo, una especie de venganza a bajo nivel. A la mañana siguiente ella le prepara el desayuno y Mike se va sabiendo que jamás la volvería a ver, no porque no pudiera sino porque el error que cometió no tenía reparo, no en ella, y pensó: creo que en nadie más.