El Olvido de la Libertad: Reflexiones sobre Étienne de La Boétie y la Venezuela de hoy.

in #spanish5 years ago (edited)

Se puede ser esclavo sin llevar cadenas

Para muchos, la Libertad es lo más importante para el ser humano después de la vida. Es por ello que, en todas las épocas, la defensa de la misma ha sido una de las constantes y más encarnizadas luchas que se han librado, con la pluma y con la espada. A su vez, la denuncia de los sistemas de gobierno, personajes, o sociedades en las que la libertad se ha visto mermada, comprometida o violentada, es casi un imperativo, una obligación de los seres humanos. El comunismo, el socialismo, el absolutismo, las teocracias fundamentalistas, son sistemas que atacan y reducen la libertad al mínimo, dejando a los individuos mermados, sumidos en el derrotismo, pesimismo y lo que es aún más grave, el conformismo. Muchos libros, conferencias y tratados se han escrito respecto a la libertad, a la defensa y al ataque de la misma, pero hoy quiero hablar sólo de uno y aún más específicamente de uno de los párrafos en ese discurso que me pareció tan fuerte y cierto, como triste. Jamás había oído de Étienne de La Boétie hasta que hallé el nombre en la última novela que leí del sudafricano ganador del premio Nobel de Literatura 2003 J.M. Coetzee, cuya reseña puedes leer acá:

Diario de un mal año (Libro): el mundo, el amor y la vejez

Me llamó la atención el personaje y me encontré con que fue un escritor francés, cuyo mejor amigo era nada más y nada menos que Michel de Montaigne y que trabajó por la paz civil y por la tolerancia en las guerras entre católicos y protestantes. Y este francés cuando apenas contaba con dieciocho años escribió su Discurso sobre la servidumbre voluntaria o el Contra uno (Discours de la servitude volontaire ou le Contr'un), que básicamente es un pronunciamiento contra el Absolutismo en donde se cuestiona la legitimidad de cualquier autoridad sobre un pueblo y se analizan las razones de la sumisión de éste. No sólo sorprende que lo haya escrito a tan pronta edad, sino que el escrito (que invito a leer en su totalidad porque es realmente bueno) es bastante sólido y pulido. Étienne emplea ejemplos sacados de historia de la Antigüedad clásica para criticar la situación política de su tiempo y en ese mismo sentido traigo sus palabras para relacionarlas con nuestro presente y preguntarnos ¿estamos condenados a no aprender? ¿por qué sigue ocurriendo lo mismo que hace tantos siglos? El párrafo que quiero destacar dice:

“Resulta increíble ver como el pueblo, una vez que se encuentra sometido, cae frecuentemente en un olvido tan profundo de su libertad que le resulta imposible despertar para reconquistarla. Sirve tan bien y tan voluntariamente que se diría que no sólo ha perdido su libertad sino que ha ganado su servidumbre."

No es entonces la pérdida de la libertad lo más aterrador, sino su olvido, porque quien olvida que un día fue libre, es esclavo para el resto de sus días. Esa reflexión sobre una sociedad sumisa que ha ganado su servidumbre no nos es del todo nueva y nos hace pensar en ciertas distopías del siglo XX (Huxley, Orwell) pero Étienne de La Boétie escribió su discurso ¡en 1548! hace casi medio milenio que lo dijo y la historia se sigue repitiendo.

El párrafo continúa:

"Es verdad que al comienzo sirve forzado a ello y vencido por la fuerza. Pero los sucesores sirven sin lamentarlo y hacen de buen grado lo que sus antecesores habían hecho bajo coacción. Los hombres nacidos bajo el yugo, y por tanto alimentados y educados en la servidumbre sin ningún otro horizonte, se contentan con vivir tal y cómo han nacido y no piensan en tener más bienes o derechos que aquellos con los que se han encontrado. Consideran que la condición en que han nacido es su condición por naturaleza.”

De allí que los sistemas absolutistas se tomen el poder por un período largo. Primero, por la fuerza, imponen una servitud a los jóvenes, los adultos, todos los que se opongan a su instauración; tras ello, muchos mueren, otros emigran y los demás, desganados, dejan de luchar y se resignan a la derrota. Y luego, el golpe definitivo lo dan en la siguiente generación, los niños y niñas que nacen dentro del sistema y que por no conocer ninguna realidad diferente a éste, lo asumen como normal, piensan que es lo natural. Dicho cometido no se logra de forma abrupta y sencilla. Es un proceso gradual, que conlleva adueñarse de los espacios: los medios de comunicación, las instituciones, los nombres de las cosas, las figuras, la educación... es un trabajo tan amplio y tan progresivo que aquellos que lideran el sistema se niegan rotundamente a abandonar el poder de manera pacífica o rápida. ¿Van a perder todo el tiempo y los recursos que han invertido en convertir a la sociedad en súbditos, en esclavos voluntarios? claro que no.

Seguramente estas palabras evocan ciertos gobiernos, ciertas épocas y ciertos personajes, pero para los venezolanos que leen estas líneas es inevitable pensar en su situación actual. ¿Cómo no identificarse? ¿cómo no reconocerse en ese espejo que Étienne de La Boétie nos legó hace casi medio milenio? nos hemos acostumbrado a una realidad con los valores subvertidos, conflictiva, oscura, desafiante y nuestra capacidad de adaptación nos ha jugado en contra porque así como nos adaptamos a todo, también todo lo soportamos. Sin embargo, es hora de decir ¡No está bien! y de hacer un eco que resuene. Muchos suelen citar la frase de Neruda sobre las flores y la primavera pero me parece ya un poco trillada. Prefiero dejar unas palabras de Ernest Hemingway: "Un hombre puede ser vencido, pero nunca derrotado". ¿Que nos han tumbado? nos levantamos ¿que nos han golpeado? nos defendemos ¿que nos han robado la libertad? ¿que la tienen secuestrada? de acuerdo, es cierto, pero lo que no podemos hacer es olvidar. Seamos esa ave enjaulada que mira más allá de los barrotes, que no ha olvidado lo que es volar, cantar, surcar libre el aire, que golpea los alambres para romperlos, porque aunque le hayan encerrado, su alma sigue libre. Aunque seamos esclavos, no seamos serviles. El momento llegará, pronto, pero mientras tanto ¡prohibido olvidar nuestra libertad! sólo así podremos reconquistarla porque ¿quién alcanza aquello que no anhela?

Reseñado por @cristiancaicedo


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