Mauricio el Nuevo Pescador (II. Parte. Cuesta Arriba)

delvapin (50)in #spanish • 6 years ago

Hasta los 11 años de edad, la vida de Mauricio era la de todo niño y niña que iba a la escuela, compartía con sus compañeros de clase, jugaba y regresaba a casa retozando con sus hermanitos; donde los esperaban mamá y papá, para almorzar, hablar de los acontecimientos del día. Era una pareja muy humilde cuyo día a día se sustentaba en valores y principios que fueron inculcando a sus hijos, con sabiduría, amor, respeto y cariño. Además se regían por principios muy básicos en el marco de la convivencia social y el señor Rómulo cada vez que tenía oportunidad se lo decía a sus hijos: “Nosotros somos pobres pero debemos vivir con honradez y dignidad, el trabajo no se deshonra a nadie, las cosas se ganan con esfuerzos, mi trabajo es pescar y todos los días, menos el domingo, salgo en mi curiara a buscar los peces y su mamá, una gran mujer me acompaña tres veces a la semana, cuando se desocupa de sus oficios en la casa y todo eso lo hacemos; porque nuestro deseo es que ustedes en el futuro sean unos profesionales, gente de bien y se acuerden que nosotros le dimos una educación doméstica, para el amor, el respeto y el compartir y que jamás se olviden de sus raíces”.

Por otra parte, Nohelia, una mujer luchadora y de compromiso les decía: “Hijos los que le dice su papá es una realidad, es nuestra forma de vida y siempre debemos practicar las buenas costumbres, ser ciudadanos ejemplares, tenemos que compartir y pensar que siempre hay algún niño, niña o familia que necesitan y no tienen con que ayudarse en determinados momentos y nosotros como buenos vecinos tenemos que ayudarlos, compartir con ellos en sí tenemos que ser buenos vecinos; porque la vida da mucha vuelta y nunca se sabe cuándo nos tocará a nosotros”. . Bajo estas orientaciones, consejos y sugerencias, se fueron criando Mauricio, Claudia, Pedro y José, al lado de sus padres. Eran muy felices y aventajados en la escuela. Mauricio a los 11 años de edad salió de sexto grado con honores, sus maestras y maestros lo querían mucho, por ser buen estudiante, ayudar sus compañeras y compañeros de clase y su manera tan sencilla y humana de ser. Era un niño con muchas virtudes.

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Todo transcurría en paz, armonía y amor en la humildad de ese hogar hasta que el día 03 de agosto del año 2016, Rómulo y Nohelia, desayunaban con sus hijos, era período de vacaciones escolares, y Rómulo le decía Mauricio: “Bueno hijo ahora vas para el liceo a estudiar bachillerato, debo buscar más pescaditos; porque tu mamá y yo queremos que seas un Bachiller y luego un profesional, para que ayudes a tus hermanos. Nosotros, para ese entonces estaremos pescando en los ríos del cielo o estaremos muy viejitos, nunca se sabe hijo”. “Papá porque hablas así, me da miedo”. “Hijo no tengas miedo, tu papá habla del futuro que queremos para ustedes y en ese futuro no estamos nosotros” dijo Nohelia

Los demás niños estaban callados, escuchando atentamente y de repente José, el menor de los hermanos se paró de la mesa y corrió hacia los brazos de su madre y le dijo no vayas a pescar hoy, luego abrazó a su papá y también le dijo que no fuera a pescar” El papá no entendía la reacción del niño y abrazándole le pidió: “no llores hijo, tu mamá y yo tenemos que buscar los pescaditos”. “Hoy no es buen día, no vayan, no vayan”. Gritaba José, tenía como crisis de nervios Nohelia lo abrazó, le prepararon un té relajante de Toronjil con Menta y se lo dieron; se acostó con el niño hasta que se durmió. A la media hora, Nohelia se levantó, llegó al comedor y le dijo a su esposo “Rómulo vamos aprovechar para irnos que está dormido” y se fueron.

Mauricio y Claudia, se pusieron a fregar y a limpiar la casa, el patio, montaron el arroz y las yucas. Ya eran como las 11:30 am cuando se despertó José y se fue para la cocina, encontró a sus hermanos, les pregunto por sus padres, la respuesta no se hizo esperar estaban pescando. El niño abrazó a Mauricio y se puso llorar. Claudia le pregunto: ¿Por qué lloras José? “Porque ellos no van a regresar porque se van a pescar en los ríos del cielo” aseguró José con lágrimas en los ojos y continuó diciendo “No me escucharon, yo les dije y no creyeron”. Entró de nuevo en crisis y entre los demás hermanos lograron calmarlo. Todos se fueron al cuarto y se acostaron para acompañarlos. Mauricio aprovechó el momento y le preguntó. ¿Cómo tú sabes que no vienen, por qué dices eso? “Sí, hermanito queremos saber”, decía Pedro y Claudia lo abrazó y le dijo “José cuéntanos lo que te pasó, alguien te dijo algo, dinos por favor”. Todos estaban callados en espera que José les contara. “Yo estaba dormido, me desperté a orinar y salí al patio; cuando estaba orinando escuché una voz en mis oídos, tenía mucho miedo y la voz me dijo cálmate, no tengas miedo, te he traído este mensaje para que alertes a tus padres, es una oportunidad de vida que les dan, ustedes la necesitan; pero si no escuchan se van a ir a pescar en ríos del cielo y tú y tus hermanos tienen que ayudar a Mauricio, porque el nuevo pescador será él. Después que me dijo eso me acosté y dormí tranquilo con mucha paz, pensando si yo les digo a ellos lo que me dijeron no van a pescar; pero se fueron y no volverán” contó José.

Claudia, llorando le dijo a Pedro “Vamos a buscarlos”. Esperemos hasta la hora del almuerzo” contestó Pedro. Mauricio estaba triste y no le quitaba la vista a su hermano José; porque lo veía muy callado, muy tranquilo como resignado y se acercó a él y le dijo: “Hermanito por qué estás tan callado”, “Hermano son las cosas de Dios y en su gran bondad y misericordia les dio una oportunidad y no la aceptaron; pero todo está bien ellos ya están en ríos del cielo y desde allá nos cuidaran y nos guiaran. Tenemos que ayudarte mucho y eso se lo debes decir a Pedro y a Claudia. Debemos tener mucha fortaleza. Me avisaron para llevar una oportunidad y para que estemos preparados”.

Mauricio se reunió con los hermanos y le explicó todo lo que le dijo José, entre las cosas que les decía, habló respecto a no oponerse a los designios de Dios, que él iba a trabajar porque sería el nuevo pescador. Pasaron las horas como el pasar del pensamiento cuando evocamos tierras lejanas, ya eran la 01:00 PM del día 03 de agosto del 2016, cuando los hermanos salieron al pueblo a buscar ayuda porque sus padres no regresaban de pescar. Los vecinos y las autoridades competentes se fueron al río, en botes, curiaras y otras embarcaciones, encontraron la curiara amarrada a los Jarizales como esperando que la fueran a buscar, se lanzaron al río, los rastreaban con anzuelos y nada no aparecieron. La búsqueda duró tres días hasta que los declararon desaparecidos oficialmente.

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La gente acompañó a los hermanos en el funeral y los rezos; pero se extrañaban mucho que los hermanos no lloraran, que estuvieran tranquilos, mirando las fotos de sus padres. Se veía en ellos mucha madurez, mucha entereza y mucho valor, para seguir en la vida. Ellos ya tenían su plan de trabajo, ya sabían que tenían que ayudar al nuevo pescador y vivir bajo los valores y principios inculcados por sus padres, “Hay que ser pobre con dignidad, debemos compartir, ningún trabajo deshonra, siempre hay que estar dispuesto a ayudar”. Pasaron los días y se inició el caminar cuesta arriba de Mauricio, primero no podía estudiar y segundo debía responderle a Dios y a sus padres por sus hermanos y con los brazos tendidos al cielo, en el patio de la casa, clamó “Dios dame fuerza, voluntad y sabiduría, para ayudar a mis hermanos como nuestros padres nos ayudaban. Ellos ya están contigo, ayúdame para estar en tus caminos, horrarte a ti y a ellos”.

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