Meditación

Nadie supo de dónde vino y cómo llegó. Simplemente se hizo presente. Era un anciano con voz de joven y mirada de halcón. Miró a todos a los ojos y dijo: "Hay quienes hablan cuando deberían callar y hay quienes guardan silencio cuando es tiempo de hablar. Hay quienes retroceden cuando hay que avanzar y también quienes, a la primera embestida, se arrodillan ante la adversidad. Debes saber que la vida no es lineal. Con frecuencia avanza a múltiples direcciones, o se regresa, o gira en círculos y de pronto, se dispara en una dirección imprevista. Fajarse con la vida es estar atento a sus esguinces, a sus amagos, a sus maniobras de distracción, para discernir anticipadamente por dónde te habrá de atacar y estar preparado para no claudicar ante los múltiples retos que ella te habrá de plantear.

Hay momentos en que todo te lucirá adverso, como si la vida te aplastara con las orugas de sus múltiples ruedas de poder. En ese momento estarás ingrimo y solo los cosmos. En esas circunstancias, sólo la fe podrá salvarte. Es inútil que busques a tu alrededor algún punto de apoyo. Sólo impulsándote desde el fondo de ti mismo podrás vencer los obstáculos que te asedian. La fuerza que puede salvarte no está en ninguna otra parte, más que en ti mismo y mientras más profundo escarbes en tu espíritu para encontrarla, mayor será el impulso que ella habrá de darte para pasar por encima de las dificultades que te rodean. Sólo la fe puede darte la energía necesaria para vencer obstáculos.

Vendrán momentos en que creerás que la verdad se hunde. Piensa más bien que está sumergida debajo de la superficie de las aguas y que, tarde o temprano, habrá de resurgir de nuevo para hacerse irrefutable. Si ejercitas la inteligencia llegarás a intuir los acontecimientos antes de que ocurran.

Procura que no te desaceleren los episodios, porque lo importante es la marcha d elos procesos. Todo lo que ahora se hace evidente empezó a ocurrir en el pasado. De allí viene el futuro. En algún recodo del camino que falta por recorrer encontrarás las huellas que dejaste en el pasado. La vida es un constante reencuentro con uno mismo, en distintas circunstancias. Lo importante no es que te desarrolles, sino que tu vida interior crezca en conocimientos y en convicciones. Mientras más convencido estés de cuáles son tus deberes, más difíciles será que te apartes de su cumplimiento. Tu único adversario eres tú mismo. Si te vences triunfarás. La grandeza de un hombre consiste en reconocer sus debilidades. Júzgate a ti mismo con más severidad que a tus adversarios. Tú eres parte de la realidad que deseas cambiar."

Ensimismados en sus palabras nos advertimos que se había marchado sino cuando se hizo su silencio. Entonces, empezó en nosotros el cambio que deseamos en los demás.