El Relator político y el relato fracturado en la política española

in #spanish5 years ago

Habla por teléfono a través de un auricular, pese a tener aspecto de sexagenario avanzado. Lleva al nieto de la mano y yo a mi hijo de la mía. Al salir de la urbanización, antes de cruzar la calle para dejar a los niños en el colegio, el hombre clama en voz alta mientras le sujeto abierto el portón. Entre un par de hideputas y algún tonto y cabronazo me da las gracias cambiando la cara. Mi niño me mira entre divertido y preocupado por el hecho de que un abuelo diga semejantes palabrotas delante de su nieto, de unos seis años.
Le doy un beso a mi hijo, un te quiero y un pórtate bien en clase y, sumamente interesado, vuelvo sobre mis pasos siguiendo al hombre que continúa hablando con alguien del otro lado del cablecito conectado al móvil que se percibe claramente que lleva en el bolsillo delantero izquierdo del pantalón. El enfado del vecino va en aumento. Habla de Sánchez.

Carmen Calvo, Vicepta de España, en acción

Ni con agua caliente despega éste el culo del sillón, repite con una certeza cercana a la sabiduría de taberna (refiriéndose al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que gobierna en precario con el apoyo puntual de los independentistas, con quienes ahora han aceptado que se reúnan los partidos asumiendo la figura de un relator o mediador, como si fuera un conflicto internacional dentro del propio país). El hombre lleva un chambergo de plástico azul, uno zapatones de trabajo industrial y un mono de trabajo. El aspecto me hace reflexionar sobre cómo etiquetar este mundo nuevo que se le ha subido al viejo. Alguien así de cuando yo era joven jamás habría hablado con esa inquina de entrenador de barrio de un presidente de un partido “obrero” ni, por supuesto, se habría manejado con tanta soltura con un móvil con auricular, al margen de que entonces ni existían los móviles. Me hace reflexionar sobre cómo, quizá, si ese hombre con aspecto de sindicalista de los de antes tampoco vota a Podemos por la progresiva desilusión en tiempo récord que están produciendo los morados, haya escorado circunstancialmente su voto a Vox (esos votos ya están ahí y salen en parte de todos lados) Me hace reflexionar la opinión que verbaliza, mientras camina por la acera sin dejar de hablar a voces aparentemente con nadie, pero con alguien a través del móvil que, supongo, comparte su aparente enfado.

Pedro Sánchez, Pte de España, y Quin Torra, President catalán

Lo de hablar por teléfono por la calle sin que se vea el teléfono otorga cierto aspecto de loco a quien lo hace. Mucho más si la conversación es acalorada y el emisor expresivo y algo histriónico, como es el caso de este hombre. Cuando le miro alejarse braceando como un náufrago pienso que su aspecto es tan raro como el de la gente que baila sin que escuchemos la música que les hace bailar.
La vicepresidenta del Gobierno no dejó ayer de comparecer en comparecencias y también habló con alguna emisora de radio, quizá mientras andaba por la calle camino del congreso y con un pinganillo en la oreja, moviendo las manos como si estuviera bailando. Pero como casi nadie escucha la música de esa canción catalana que ella se empeña que también nos guste (‘Relator’, de La Torra’s Band), da la impresión de que se ha vuelto un poco loca con tantos gestos alegremente estrambóticos e intensos mientras nos la tararea para que la bailemos juntos, camino de las cada vez más claras elecciones en mayo...

(c) Domi del Postigo / www.domidelpostigo.es

Sort:  

La nostalgia retro franquista se pone fuerte por aquellos lares. No sin ayuda de la incompetente y parsimoniosa administración del PSOE, que parece más funcional a la derecha que al pueblo.

Gracias, mi admirado Don Santiago!

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