Éramos la "relación perfecta" ante los ojos de todos, en parte, todo era hermoso, él decía amarme y lo demostraba, ahora pienso que no lo hacía tanto como decía…

Recuerdo que estábamos cumpliendo dos meses de relación cuando me obsequió un hermoso dije, mi especial amuleto, fue el mejor de los regalos ¿cómo algo tan pequeño puede llegar a tener tanto valor? Dicho dije tenía algo extraño, brillaba de vez en cuando y eso sucedía cuando algo o muy malo o muy bueno pasaría, aún no sé diferenciar entre esas dos… Era extraño y hermoso ¡La combinación perfecta!

Comencé a tener problemas con chicas de mi colegio, a sufrir de bullying y eso, realmente estaba afectándome cada vez más porque aunque las ignorara, en el fondo todo era un caos y me sentía de lo peor… Comencé a pensar que todo lo que me decían era cierto; ellas no mentían, pffs ¿quién realmente iba a quererme? Sí era una chica tan inútil, no tenía buen cuerpo, no era linda, mi cabello despeinado, acné, piel pálida, sonrisa falsa y rota, ojos cafés vacíos que no transmitían nada especial y tonta, siempre fui eso, una tonta… Cada vez que me molestaban o mostraban su maldita hipocresía de mí se apoderaba un deseo fuera de este mundo de asesinarlas a todas con mis propias manos, pero no quería tener más problemas y menos con mi chico, él no podía conocer esa parte de mí, lo que realmente soy... Así que solo me tocaba callar, fingir, ignorarlas e intentar ofenderlas con palabras inteligentes, no como las mismas cosas repetidas y absurdas que ellas decían, un asco total.

Llegar a casa del detestable colegio en donde debía soportar a profesores irritantes, compañeros estúpidos y estrés por las tareas, encerrarme en mi habitación y salir poco de ella, a veces ni siquiera comía o al contrario, comía demasiado… Escuchar música, estar en redes y hacer tareas, dormir mucho o no poder conciliar el sueño, en eso se basaba mi aburrida vida, luego de empezar algo con Daniel, todo cambió un poco, no digo que amaba la vida, pero todo era un poco menos desagradable a su lado y, por ciertos momentos cuando estaba con él olvidaba mis problemas, nunca había sentido eso a lo que llaman amor, sentía miedo, pero a la vez quería arriesgarme, sentía que todo iba a valer la pena, que íbamos a llegar muy lejos, juntos, en realidad, quería sentirme así por siempre, quería que eso jamás terminase… Así transcurrieron los meses, él conoció a mi familia y yo conocí a la suya, mi suegra me adoraba… Peleábamos constantemente, como cualquier pareja, pero el amor era tan grande como mis deseos de suicidarme, al menos de mi parte el amor era real, de eso me doy cuenta ahora…

Morthy se percató de que no la estaba pasando muy bien, así que me propuso algunas cosas, parecía divertido, y lo fue… Puso en marcha su plan de venganza contra esas putas de mierda, yo no intervine de ninguna manera, dejé que él hiciera todo el trabajo, solo observé, se me hacía justo, nunca me ha gustado que nadie se meta conmigo ni me tome por estúpida. Ellas suplicaban por su vida, lloraban, pero por más que gritaban, nadie podía escucharlas. De todas, solo una murió, realmente la detestaba, lamentablemente me la debo topar nuevamente en el maldito infierno… Lo hizo parecer "Suicidio" y todos lo creyeron, ¡Qué fácil es engañar a la estúpida sociedad de mierda! Las otras estúpidas quedaron traumadas, claro, cualquier ser humano normal quedaría paranoico luego de que un ente demoníaco lo amenazase y lo torturara de múltiples maneras…

—Espero que con esto, esas malditas aprendan la puta lección—. Dijo Morthy, mirándome fijamente y sonriendo.

—Creo que no les quedarán ganas de molestarme nunca más, pero… ¿no te pasaste un poco de la raya? —. Dije.

—¡Definitivamente no! Cuando se trata de ti, no existe dicha “raya”. Te cuidaré siempre — Respondió dándome a la vez un beso en la frente, luego de esto, desapareció, pero aún seguía sintiéndolo presente.

Los problemas en mi casa nunca cesaron, cada vez se hacían más fuertes, realmente tenía ganas de acabar con todo eso, pero había algo que no me permitía hacerlo… Daniel, por él me mantenía fuerte, no quería dejarlo solo en este mundo de porquería. Y ahora, para hacer peor la cosa, mi padre había embarazado a aquella ex amiga de mi madre, si, por eso debió tener el nombre de "Judas", todo era un asco. No me sentía mal por el hecho de que iba a tener una nueva hermana ya que mi madre también tuvo un hijo con mi padrastro, el punto era que mi papá había cambiado drásticamente conmigo e iba a ser peor, no me equivoqué en eso, sucedió tal cual imaginé todo… Ya no es el mismo desde entonces…

Cuando esto sucedió solo pensé en salir corriendo de mi casa, muchas cosas pasaban por mi cabeza, recuerdos mayormente. Comencé a recordar cuando era pequeña y él pasaba tiempo conmigo, cuando lloraba, secaba mis lágrimas, yo era su pequeña y me prometió que jamás me dejaría sola, que siempre iba a estar conmigo y que me iba a escuchar, así tuviera 40 años. No entendía nada…

¿Por qué todo cambió? yo nunca cambié con él… Quería arreglar las cosas, abrazarlo más, platicarle más sobre mis cosas pero él simplemente no se dejaba, solo se encargaba de desaparecer la sonrisa de mi rostro lleno de ilusión, recordándome todas las cosas malas que he hecho. Lo sé, padre, lo sé, yo tampoco quisiera tener una hija como yo, sentiría asco, yo también estaría decepcionada de alguien como yo, no te culpo…

Pasó el tiempo, ya tenía 13 meses de relación con Daniel ¡no podía creer que alguien pudo soportarme todo ese tiempo!, de tan solo pensarlo me producía una felicidad plena fuera de este mundo, así que, estaba lista… Me entregué a él, todo fue maravilloso, él me cuidó, me sentí en absoluta comodidad, incluso pensé que era el amor de mi vida, creí en el "para siempre". ¡Qué estúpida fui! No tenía ni la menor idea en lo que me estaba metiendo, claro, siempre todo me sale mal…

El peor de mis errores…