La noche de mi muerte | Arma suicida

Te di el arma y dejé que escogieras el día de mi muerte, pues siempre supe que llegaría, y que mejor que en tus manos. Es más una elección que un sacrificio.

No tan perfecta y no tan feliz y no, no espero una recompensa por ello. Todas están aquí y se abrazan unas con otras, sin embargo aquí están lamentándose. Tristeza se alimenta de lo que pudo ser y no fue, Alegría en cambio sabe que todo pasará y solo sonríe a modo de consuelo, Ira teme por las demás con ella a su lado pero sabe que es necesaria, Complejo solo piensa en que dirán los vecinos y Elocuencia piensa en sacar lo mejor de esto y volver a volar.

Lo que Complejo no sabe es que siempre encontrarán de que hablar porque no pueden lidiar con sus vidas o se aburren en ellas y se apoyan en los demás para sobrellevarlo, ojalá Tristeza pudiese entender de una vez por todas que el tiempo no se puede devolver, quizás eso pase cuando Ira pueda trasmitir lo que siente sin tener que gritar.

Al mismo tiempo Alegría debe salir más y no reservarse solo para los momentos que conoce ya, puede que afuera haya mucho por explorar. Elocuencia siempre tiene el punto y final, de forma literal y de muchas formas más, pues es capaz de tocar fondo, olvidar el objetivo y tan solo disfrutar el paseo, pero no crean que es eso sin más, todo a veces para ella esta muy mal y se autodestruye buscando renacer una y otra vez.

La pregunta es:

¿Alguna vez lo logrará? Suena el disparo.