Cuando era niña, tenía una fascinación por el cabello liso. No me interesaba para nada, pintarme los labios, las uñas, maquillarme, o usar tacones; como la mayoría de las niñas. Más sin embargo, amaba que mi mamá me llevara a la peluquería para que me alisaran el cabello, le pedía que lo hiciera todo el tiempo.

También recuerdo que me la pasaba viendo los comerciales de Pantene para cabello liso, y le pedía a mi mamá que me comprara ese shampoo; pues en mi inocencia, pensaba que si lo usaba; el cabello se me alisaría como a las mujeres del comercial. Ella me explicaba, que eso no iba a ser posible, pero yo le insistía tanto, que de todas maneras me lo compraba; igual terminaba decepcionada y llorando, porque por más que lo usara mi cabello siempre se mantenía rebelde.

Otra cosa que recuerdo, que de hecho es un poco gracioso, es que una de mis primas tenía el cabello totalmente liso, y ella lo quería tener rizado como yo. Así que cada vez, que nos veíamos me pedía que le regalara mi cabello, y entonces yo también le pedía que me obsequiara el suyo, para así pegarlo con pega a mi cabeza, y que este me creciera de forma natural todo liso (Sí, lo se, pensaba cosas realmente locas.)

Al crecer, en la adolescencia; sometí a mi cabello a varios productos químicos, para que este se pudiese alisar. Estos métodos, me funcionaban por algunos meses, pero siempre volvía mi cabello rizado natural. Utilicé mucho la plancha y el secador, objetos que sometían a mi cabello a mucho calor, y que terminaban debilitándolo y destruyéndolo.

Hoy en día pienso que las mujeres llegamos a ser muy tontas, por querer cambiarnos a nosotras mismas y someternos a tantos procedimientos, que al final, terminan haciéndonos daño. Todo por complacer a una "sociedad", ya que esta establece que es lindo o no; llegándonos hacer sentir inseguras.

Pienso que cada mujer, debe ser conforme con lo que Dios le ha obsequiado. Con esto no quiero decir, que estoy en contra del cambio, por el contrario sino estás de acuerdo con alguna parte de tu cuerpo, claro que puedes cambiarlo; pero nunca debes sentirte mal por ello. Recuerda que eres hermosa, de la manera que seas, con el cabello liso, rizado, delgada, gordita, con poco o mucho busto.