)

¡Me encanta la sonrisa que muestra cuando le saqué la foto! Gracias a Dios, hoy muy temprano, rescaté con mis vecinos esta hermosa pereza y a su bebé, que salió hacia la vialidad cerca de mi edificio, en peligro de ser atropellada por los vehículos. Estaba muy asustada, y fue un duro trabajo agarrarla para devolverla al bosque. Tuvimos que buscar unos paños para colocárselos encima y lograr cargarla, porque no permite que se le acerquen, cuando carga el bebé. Aunque no tienen dientes o poseen dentaduras deficientes, se defienden con sus largas garras.

La pereza pasa la mayor parte de su vida montada sobre las copas de los árboles, moviéndose de rama en rama utilizando sus garras para aferrarse. Sólo baja al suelo una vez por semana aproximadamente y lo hace para defecar y orinar. Debido a que no pueden mantenerse en pie, debe arrastrarse, lo que lo hace muy vulnerable a los depredadores mientras está en tierra. Se alimenta de hojas y tallos. Las de tres dedos sienten predilección por las hojas del Yagrumo (Cecropia peltata).

En la gran Caracas, no tenemos "Refugio de perezas", aun cuando hay muchas, y en la actualidad este indefenso animalito, se encuentra casi amenazada de peligro de extinción (menor riesgo), principalmente por la destrucción de su hábitat, aunque también es cazada como fuente proteica. Su cacería está prohibida por la Ley de Protección a la Fauna Silvestre de 1970.

Por otra parte, las autoridades tampoco incentivan campañas para que las personas no las agarren como mascotas, ni las compren a los inescrupulosos que las atrapan y las venden. La pereza es una animal silvestre, y sacarlo abruptamente de su hábitat natural es llevarlo a la muerte segura.

Me alegra que hayamos podido rescatarla con su cría. Tanto a la madre como al bebé, los dejamos en perfectas condiciones.

()

La fotografía del post la capturé con mi Samsung Galaxy S3