Muchos hablan del quijote como una gran novela,
leída con bombilla o a la luz de la vela
y es que sin importa cual sea la época,
sin duda es una historia como hay muy pocas.

El gran hidalgo destaca por sus múltiples fantasías,
buscando aventuras de caballero como en aquellos días,
rescatar a las hermosas doncellas en apuros,
con las intenciones y los sentimientos más lindos y puros.

En sus febriles locuras destacan muchas verdades,
más fácil de ver en lectores de mayores edades
y visto por jóvenes como un lunático, un loco.
La verdad es que como el quijote han existido muy pocos.

Dulcinea ejemplo de entrega y gran amor,
del cual perderlo le generaba tal temor.
Un amor y entrega como no se ve hoy día,
lástima que ella fuera parte de su fantasía.

Imposible no mencionar a Sancho Panza,
amigo incondicional en todas sus andanzas,
fiel escudero en todas sus aventuras
sin importar las distancias ni las alturas.

Sin duda alguna Cervantes algo nos quiso enseñar
y aunque la sociedad insista y se quiera empeñar,
para ser feliz hay que estar un poco loco
y disfrutar de la vida como si el tiempo fuera poco.

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