Fui ungido mediante el sacramento de la Confirmación (2006), lo que me convirtió en un soldado de Cristo, ante lo cual mi deber con Él es anunciarlo vaya donde vaya y esté donde esté. Debo dar testimonio sobre mi vida, pero con actos más que con palabras.

El próximo lunes me uniré a un grupo litúrgico de la parroquia San Ignacio de Loyola de Arica, pues necesito profundizar más respecto a las partes de la eucaristía, así como de los diversos objetos –sagrados todos por supuesto– que se utilizan en la misma.

A propósito, el santoral católico rememora a san Gabriel de la Dolorosa cada 27 de febrero, y sí que me encanta mi nombre. Su significado es “fuerza de Dios”. Pero también me fascina mi nombre porque fue el arcángel Gabriel el que anunció a María el nacimiento de Jesús.

Soy hincha de San Marcos de Arica, equipo de fútbol que forma parte de la Segunda División profesional de Chile. El año pasado la institución descendió de categoría, pero yo me mantengo fiel a mis colores. Nunca he dejado de ir al estadio, ya veintiún años en lo mismo. A un amigo no se abandona, aunque este esté por el suelo y muchos le den la espalda.

Me encanta leer en español, pero escribir me encanta aún más. La escritura lo es todo para mí, tanto que sería matarme en vida si me la negaran. Desde que aprendí a leer y escribir me preocupe de sobremanera de la ortografía, pues la considero la carta de presentación de cada uno y como tal debemos preocuparnos de ella.

Estoy resuelto a enfocar todo mi talento en Steemit, lo que considero una de las mejores decisiones de mi vida. Me encanta escribir de mi equipo de fútbol, de mi fe católica, pero también de política chilena, especialmente en período de elecciones.

Me encanta la música latina. De los artistas actuales me quedo con el eximio español Álex Ubago; de los antiguos, por supuesto que el argentino Leo Dan (Leopoldo Dante Tévez), en mi opinión el más grande en el género romántico de su época.

“A gritos de esperanza”, “Ella vive en mí” y “Sin miedo a nada”, canciones del repertorio del primero de los citados. Admiro de sobremanera que el oriundo de Vitoria sea un cantautor de tantas canciones, algunas de las cuales han calado en lo más profundo de mi corazón. No soy de ir a conciertos y pagar entradas tan caras para ver a un artista, pero Álex vino a Arica en 2018, por lo que, ni corto ni perezoso, acudí con mucha expectación a presenciar su espectáculo.

“Estelita” escribió el nacido en Santiago del Estero, porque “Cada vez miro sus ojos veo lo linda que es”. Siento fuego en mi corazón al cantar tan hermosa letra y mis ojos se iluminan con esta canción, al punto de evocar la más hermosa de mis sonrisas.

Pero la canción latina que más me encanta es la que interpreta la hermosa puertorriqueña Noelia, pues esa canción tiene mucho contenido y de verdad que la misma es una verdadera obra de arte. Creo que esa canción difícilmente sea superada. Me pregunto quién habrá sido el genio que la compuso. Pero Noelia no fue, lo sé, aunque sí así hubiese sido, la admiraría mucho más.

No soy dado al inglés, pero reconozco que me encanta "Everything I do", I do it for you" de Bryan Adams. También, me gustó mucho New kids on the block: "I’ll be loving you", "Please, don’t go, girl" y "I need you", las canciones que solía escuchar de ese grupo formado en Boston. Pero, reitero, mil veces prefiero el español, a pesar de que estudié inglés durante cinco años.

He leído algunas obras de amor con las que me he sentido identificado con el contexto de vida de los personajes principales. En este apartado me referiré a tres textos, aunque el último no necesariamente de amor entre un hombre y una mujer, sino sobre la belleza del alma.

Es el caso de la novela “Los dulces años” de la estadounidense LaVyrle Spencer (hoy retirada de la actividad, lamentablemente), texto grandilocuente desde muchos puntos de vista.

Pero aquí entre nos (no se lo diga a nadie): ¡Qué amor aquel entre la encantadora señorita Linnea Branderburg y el huraño Theodore Westgaard!, y eso que había una diferencia de 16 años entre los dos; él, mayor que ella. Pero en el amor no cuenta la edad, profesan algunos. Y sus caracteres, tan distintos. (Mejor: lea la novela y no se deje llevar tanto por mis comentarios).

TOME NOTA: De aquella autora y esta novela en particular me referiré en mis próximas publicaciones, además de dar algunos enlaces referentes a los comentarios de quienes han leído esta maravillosa obra literaria.

En mi época juvenil leí el “Martín Rivas” (personaje principal de la novela) del literato chileno Albert Blest Gana. De verdad que recomiendo esta lectura. Si usted es un romántico empedernido que ha sufrido lo indecible por un amor no correspondido, pero si además es inteligente emocionalmente y súper humilde, de seguro que se sentirá muy identificado con el personaje sacado a colación.

Busque usted mismo información respecto a esta bellísima novela, pero ojalá también lea esa obra. Le aseguro que no se arrepentirá, pues el autor relata diversas historias que el protagonista desenreda hábilmente, que además es histórica: conservadurismo en Chile. Pero no solo de amor vive el hombre, sino también de otro tipo de ideales: Martín era un rebelde con causa.

“Que el amor de Leonor Encina hacia Martín Rivas perdure por siempre”, es lo que me decía a mí mismo cuando tenía 16 años, allá por 1992. Pues ella era muy altanera y, como decimos en Chile, miradora en menos, dado que se fijaba en el físico del hombre y no en sus sentimientos. Pero Martín la enamoró de una forma tal que de verdad es digno de análisis, aunque tuvo que correr mucha agua bajo el puente para que ella reconociera y declarara su amor.

Quiero recomendar también “La cabaña del tío Tom” de la escritora Harriet Beecher Stowe, libro en el que el perdón queda de manifiesto, a pesar de que el esclavo Tom (poseedor de un alma bellísima) recibió tanto mal por parte de despiadados esclavistas. Pero también Tom amó hasta el extremo, al punto que prefirió morir de la forma más canallesca con tal de salvar a una esclava anciana.

Me voy a referir a la que yo considero una película genial: “90 minutos en el cielo” de Hayden Christensen y Kate Bosworth. Esta cinta, espectacular en su realización, más allá de la profunda fe y perseverancia de quienes rodearon al protagonista, a mí me dio mucho que pensar acerca del amor de Dios.

Pero he aquí el quid del asunto: la resurrección sí existe; de no haber sido así, Jesús no hubiera vuelto a la vida; si no creemos en eso, vana sería nuestra fe en Él.

Por cierto, esta película está en Netflix, por si algunos de los cinéfilos que me leen se interesara.

He visto muchas películas y documentales relativos a la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Pero de lo malo siempre voy a preferir lo bueno, por eso voy a citar a la magnánima Irena Sendler, polaca que prefirió ser salvajemente ultrajada por los jerarcas nazis con tal de no revelar las identidades de los niños que salvó de la muerte.

Saque usted sus propias conclusiones, pero en esta publicación intenté darme a conocer acerca de todos mis gustos y lo que hago por la vida. Soy multifacético, a pesar de que soy ingeniero industrial y pedagogo en inglés. Ya está dicho: amo el español, así como a Jesús y la Iglesia que fundó.

En lo sucesivo quiero subir unos videos. Entiendo que Dtube es la plataforma por la cual puedo alcanzar este propósito. En esos videos cuento lo que observo en el Año Nuevo Aimara del pueblo de Putre (ubicado al interior de la ciudad de Arica), pero también formulo una entrevista a un lugareño.

Lo anterior, un poco lo que pienso postear en Steemit. Pero me inclino por muchas cosas, ya se habrá dado cuenta usted. Pero ya sabe: ortografía, ortografía, ortografía… Creo que comenzaré con este tipo de temática, si a usted no le parece mal.

Si tengo que cantarle al amor, le canto; si tengo que cantarle a mi Señor, feliz le alabo y le doy gracias; si tengo que amar con todo mi corazón a alguien, estoy dispuesto, pero que los afectos sean recíprocos; si tengo que dar mi vida, genial, total, lo que más me importa es llegar al cielo, y es Jesús nos lo indicó: “No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.

Mis palabras finales están dirigidas a la guapísima May Vileros y al genial Alejandro “Pausero” González, venezolanos que han hecho de YouTube su medio para expresar todo lo que saben de Steemit y muchas otras formas de ganar dinero.

“¿Qué pasa si te digo que existe una red social que engloba lo mejor de Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, incluso lo mejor de todas las redes sociales del mundo en una sola y además de eso te paga por absolutamente todo lo que publiques y lo que hagas dentro de esa red social”, las palabras son de Alejandro, muy contundentes por cierto. Su talento es innegable.

Pero la señorita Mayerlyn Villarroel no se queda atrás. Ella, muy cordial y presta para atender las consultas de todos sus afiliados a su canal Discord. Yo la admiro bastante, pues no cualquiera es youtuber y no cualquiera consigue tantos adeptos como ella lo ha conseguido. Con más de 2000 inscritos en su canal, esta chica es toda una sensación en la internet. Como que el pueblo venezolano se iluminó con ella.

Srta. May Vil y joven Alejandro, estoy seguro que muchos se están registrando en Steemit, así como en sus respectivos canales Discord. Venezuela los necesita a ambos; sigan difundiendo y generando más expectativas por esta red social. Su aporte a los que les siguen tiene un valor inconmensurable.

Agradezco a la comunidad de @RadioSteemit por crear el concurso "Programa Padrino", el cual tiene 15 Steem en premios y Steem Power. Por ese programa he logrado conocer a grandes personas, como mi hada madrina @MARYBELLRG.