En la trayectoria por la vida, cada una de las personas hemos experimentado miedo, aunque no esté en nuestras manos esa elección, si nos remontamos a nuestra niñez, el intentar dar nuestros primeros pasos nos provocó ese sentimiento, no solo a nosotros sino también a nuestros padres, era lógico sentirlo ya que durante este proceso son muchas que en nuestras caídas nos lastimamos sin querer, pero sin embargo, no dejamos de intentarlo hasta lograrlo, es allí donde pasamos a ser valientes por tener el coraje de alcanzar nuestro objetivo. 

Si seguimos explorando nuestro recorrido por la vida, nos encontraremos un sin fin de circunstancias donde experimentamos temor por hacer algo, pero que al final de nuestras batallas, obtuvimos  victorias y  derrotas según nuestro ahínco, entre algunas de ellas podemos mencionar:

En nuestro primer día de escuela, liceo, universidad, campo laboral y hasta en nuestro matrimonio,  quienes lo recordamos podemos testificar con firmeza el susto inmenso que sentimos en esas ocasiones, era algo nuevo para nosotros, no sabíamos con quienes nos encontraríamos, como seriamos tratados,  y  si seriamos aceptados por los demás, todo esto es válido considerar, nuestra naturaleza como individuo nos lo permite pero hasta cierto punto, porque existen quienes se atemorizan a tal extremo que son incapaces de dar los pasos de forma segura, creándose en ellos baja autoestima y carencia para socializar con los demás.

Nuevamente y de manera satisfactoria muchos de nosotros logramos salir airosos de estas situaciones, nos permitimos aceptar de manera valiente cualquier escenario que se nos presente y lidiar de forma equilibrada con ello, resultando para algunos una lucha constante, la cual estamos dispuesto a enfrentar. A otros le cuesta un poco más el reto, pero aun así no renuncian a la meta trazada; sufren, lloran, se decepcionan y hasta patalean, pero de forma valerosa persisten en su intención por mantenerse en ella.

También resulta así con lo que sentimos por lo demás, cuando nos atrae una persona y empezamos a sentir amor, cariño o cosas parecidas, nos inquietamos por conocer más de ellas; cómo piensan, cuáles son sus metas, si tienen cosas en común con nosotros. Esto nos lleva a un despliegue de interrogantes que empiezan a pasar por nuestra mente, esto lo hacemos con el fin de definir si lo que sentimos es correspondido y si la persona es merecedora de nuestro afecto. ¿Cuantas veces por no hacerlo de la manera correctasufrimos desilusiones y salimos lastimados?, lo cual nos hizo sentir desconfianza, estar predispuestos a creer y abrigar sentimientos nuevamente.  

Albergamos ese miedo a ser defraudados y es allí donde muchos le cierran la puerta al amor o a la amistad, ya que no lograron reponerse al dolor de quienes se burlaron y no valoraron sus sentimientos. Pero también estamos los que logramos sanar nuestras heridas y nos dimos la oportunidad de creer y sentir nuevamente. Todo esto requiere de esfuerzo y seguridad para asumirlo, esto nos hace consciente de que la vida se trata de aprender de los errores y sacar lo mejor de nosotros mismos en esas experiencias. Tenemos el poder de seguir adelante y volverlo a intentar o simplemente estancarnos, bloquearnos y rendirnos.

¿Cuántas veces no nos hemos sentido mal con nuestros propios errores, conducta o acciones?, de las cuales no nos detuvimos a pensar, ni meditamos en las consecuencias que estas conllevarían, sin duda que muchos de nosotros ¿verdad? Pero esto no debería ser lo más importante, sino la enseñanza y el deseo de seguir avanzando, el no permitirnos sentirnos menos que los demás, ni pocos confiables, más bien mostrando respecto por uno mismo y también por quienes creen en nuestras capacidades y no esperan perfección, a ellos debemos agradecerle sus correcciones, que nos hacen de forma objetivas, reconociendo con gallardía nuestras equivocaciones.

A veces nos resulta fácil juzgar un mal proceder, lo hacemos con mucha ligereza y severidad, y creemos en nuestra propia justicia, pero debemos ser consecuentes con todo aquello que de forma satisfactoria y competente se ha logrado forjar, no seamos como quienes de forma tajante nos concentramos en ese punto negro, que representa nuestro desliz o debilidad, pero que de forma amplia es recubierto por un fondo blanco, que expresa nuestra trayectoria, constancia y los mejores esfuerzo por ser aceptado con honestidad antes los demás.

 Sigamos siendo respetuosos de los tropiezos de quienes de manera involuntaria lo hicieron  y aportemos con humildad nuestro ejemplo, enseñanza, habilidades y actitudes, para que de esta manera,  todos podamos vencer nuestros temores.

Sintamos esa buena vibra que se fundamenta al dar valor a todo lo que con esfuerzo logremos hacer, reconociendo el trabajo de quienes al igual que nosotros, dan lo mejor de ellos, se esfuerzan por mejorar y aprender de los demás.   

Mantengámonos del lado del equipo que son parte de la solución del problema y no de aquellos que se enfrascan en la problemática.

Seamos edificadores de nuevas ideas y proyectos que como individuos cada uno podemos aportar, extendiendo la mano a todos los quieren intentarlo, pero solos no se atreven.

Tengamos la firme posición de un trampolín para que ellos se sientan respaldados y  logren dar buenos saltos, sin temor a caerse. 

Estemos resueltos a tener la visión de ser una  base firme para ellos,  para que cuando caigan, no se rindan allí, sino más bien se sientan apoyados con nuestro coraje y  vuelvan a levantarse y creer en sí.

Si lo hacemos tendremos la satisfacción, de haber contribuidos a que cada día más, se sumen victorioso usuarios a esta plataforma y se conviertan en miembros de la gran familia que somos,  de igual manera al viaje extraordinario de la vida, donde podríamos compararlo como una montaña rusa, llena de todo tipo de emociones, donde muchos a pesar  de sentir miedo, logran mostrar valentía ocupando un asiento en ella, respetando a mayor grado las normativas  y procedimientos establecidos, pero al mismo tiempo sintiéndose libre de crear y aportar a ese mágico mundo que es steemit, donde todos cabemos. 

  

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