Ambigua incertidumbre

Esta ambigua incertidumbre
que me quebranta la vida,
que me deja tantas veces
atrapada y sin salida.
En una suerte insensata
de estar y no estar a la vez.

De querer partir sin destino
y rumbo a lo desconocido,
a ese espacio infinito y lejano;
cubierto de hojas de maple,
repleto de botellas de vino.
A ese espacio distante,
donde los copos traslucidos
crujen bajo los zapatos
de aquel hombre caminante.

Donde tu rostro difuso
se divisa tan amable,
que este desconcierto
se transforma en certeza,
una brillante y colorida
como aquellos tulipanes.

Esta ambigua incertidumbre
de tenerte y no tenerte,
de buscarte y encontrarte,
para luego perderte
y perderme entre follaje
de tus brazos en otoño.

Este deseo de desdibujarme
al contacto de tus labios
quebradizos y sin vida latente,
pero que siento tan cálidos
que llegan a enrojecerme.

Esta ambigua incertidumbre
que me deja la certeza
de un futuro en el suspenso,
de un concierto boreal silente,
y de una luna en creciente.

Esta ambigua incertidumbre
me acelera la impaciencia
y me deja en el letargo
de la inmovilidad inquieta.

Me sofoca la agonía,
me promueve la ironía
de esta vida en este exilio
encadenado y eterno.

Que se rompan las cadenas
Y que caigan sobre el suelo
y que me quede desnuda,
alegre y sin desconsuelo.
Hasta perder ya de vista
los avatares del tiempo
y esta ambigua incertidumbre
que día a día va muriendo.