¡El tiempo corre!

Hace 3 años y 9 meses emprendí un viaje a otra ciudad, a otra casa y a otra vida. Una vida medianamente independiente, lejos de mi familia y de todo lo que conocía. Una vida en un lugar nuevo en el que, hasta el sol de hoy, me pierdo. Y todo comenzó por querer estudiar lejos, en otro estado; cuando a mis 16 años me mudé -parcialmente- y comencé a estudiar la carrera de mis sueños.

Hoy me dan la noticia que en menos de cuatro meses presentamos el -temido- trabajo de grado, en otras palabras: en menos de cuatro meses -si apruebo, que claro que será así- seré académicamente una muchachita de 20 años con una Licenciatura en Psicología.

Dios mío, ¡el tiempo corre! Y mucho.

Me parece increíble que ya falte tan poco para culminar esta etapa, para subirme al siguiente escalón para continuar a todos los demás. Increíble que -gracias al cambio que hizo la universidad- podré culminar una carrera de cinco años en cuatro.

Increíble que todo esté saliendo bien. A pesar de los mil y un problemas que la situación del país nos lleva a soportar a diario, estoy culminando una etapa, cumpliendo una meta.

¡El tiempo corre! No deja de hacerlo.

Por lo que hoy ya realizamos la tercera sesión del programa de intervención psicológica que optamos realizar como trabajo de grado (del que, por cierto, quiero hablarles más adelante). Están por comenzar las pasantías en el lugar asignado por la universidad, unas pasantías que se realizan fuera del recinto universitario, de las cuales pretendo sacar provecho y por supuesto, dar lo mejor de mí.

¡El tiempo corre! Y aunque no lo crean, los nervios me consumen.

Mis nervios o mejor dicho, mi miedo -ansiedad- a todo lo que ocurre, a todo lo que se viene, el no saber si lo haré bien. Todo asusta, todo me asusta. El miedo es ligeramente menor a la emoción pero ahí está, puedo sentirlo en un rincón de mi ser; eso sí, no lo dejo ganar, solo permito que me aliente a seguir, me motive.

¡El tiempo corre! Y tengo tanto por decirles pero todo está disperso en mi mente.

Tengan paciencia conmigo, de a poco iré publicando -posts más interesantes-, contándoles mis experiencias y enseñándoles parte de lo que he aprendido y de lo que aprendo día tras día. Así como hoy me he tomado el tiempo de contarles mis motivos para estar feliz y a la vez nerviosa, y no olvidemos mencionar mi miedo.

Pero lectores, ¡el tiempo corre!

Y creo que ya han pasado tiempo suficiente leyéndome, así que me despido, les deseo feliz día o noche, dependiendo de donde estén. Éxitos en todo, no se olviden que el tiempo corre y no hay quien lo devuelva -aún-. Aprovechen cada minuto. ¡Saludos!