Este año debe ser un año decisivo. Y disculpen la aseveración pero el 2018 fue demasiado relajo y estoy cansada de eso. Febrero empezó para mí con el impulso del concurso de fotografía que realiza anualmente la escuela de fotografía Roberto Mata desde la ciudad de Caracas, Venezuela, concurso que va en su séptima edición y en el que por primera vez me atrevo a participa.

Más que un concurso este es un verdadero reto, precisamente lo que necesitaba. Subir una foto respondiendo a una asignación diaria todos los días del mes de febrero, antes de las 12AM. Es el ejercicio perfecto para agilizar la creatividad y crear, a mí en lo personal me empuja a publicar mis fotografías, ya eso es un reto para mi. De verdad quiero crecer como fotógrafa y cómo artista, así que este es el año, el primer escalón de mis 20s es el año de ponerme las pantaletas, así que también compartiré el proceso de las fotografías del Reto por acá en Steemit, ya que también es una experiencia y me he dado cuenta de cosas en las que me gustaría reflexionar y han salido otras fotos que me gustaría compartir.

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DÍA 1: Una señal esperada.

Día uno y todo es posible. Acá arranca la carrera, y en mi caso me atreví a los autorretratos simplemente porque es mi acercamiento más próximo y conocido en la fotografía.

Para mí, una señal que estabas esperando siempre es un despertar, y aquí está. Buscando el movimiento y usando la técnica de ráfaga hice una serie de fotos tratando de simular un desertar, el llamado, que en este caso, lo hace la escuela Roberto Mata en el concurso. Es muy difícil para mi separar lo que hago con mi experiencia personal, necesito empezar a compartir más mi trabajo si es que quiero que sea considerado "trabajo" y no sólo un hobbie, y esta es mi señal.

Integrar todas las fotos en una única presentación, era el reto, pero creo que al final se logró de buena forma y pueden ver el resultado final acá

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DÍA 2: Una triscaidecafobia aguda.

Triscaidecafobia
Miedo irracional al número 13.

Bueno, esta fue una asignación divertida y la cual me costó tomarme en serio, la verdad. Tengo que admitir que, mientras leía de dónde venía esta fobia, sólo pude imaginarme fotografías irónicas al respecto. Luego, intentando seguir una mayor seriedad, intenté hacer que esa ironía se viera reflejada en personificar un personaje loco, porque sólo un loco podría tener una fobia así, igual creo que eso lo logré a medias.

La historia terminó siendo la de una mujer que le borra el rostro a Cristo en la última cena, imagen que ejemplifica el miedo al número 13, al encontrarse este número de personas en la imagen.
Cuando continúe leyendo vi que muchas de estas personas se referían al número 13 como 12+1, y claro que tuve que hacer un meme al respecto.

Pero claro que no me parecía lo más correcto para una "competencia" de fotógrafos, así que quité los muñequitos de papel de la fotografía y publiqué algo un poco más serio. Pueden ver la fotografía seleccionada acá.

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DÍA 3: Una dote, moderada

Una dote
Cuando significa conjunto de bienes aportados por la mujer al matrimonio o por la religiosa al convento Según RAE

Una dote se refiere, sobretodo, a los bienes que aporta la mujer a una relación o a las capacidades de la misma. Hasta la fecha es el único día que he usado una fotografía vieja. Tomada en el Alba Caracas en Febrero del 2018, la fotografía para mí representa a esa dote como aquello que desnudamos de nosotros mismos cuando estamos en una relación, nuestro pasado, nuestros pesares, nuestras experiencias, lo que hemos recorrido y esa es nuestra ciudad, lo que hemos construido, lo que somos como edificación de espíritu y persona. La fotografía no fue tomada con esta intención, pero consiguió por fin un significado, luego de estar guardada por tanto tiempo, tiene un verdadero propósito y por eso fue una clara y definitiva opción para mí. No tuve dudas de que esta debía ser la fotografía.

Pueden ver la fotografía seleccionada en mi perfil de Instagram

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Gracias por leer!

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