Como acercarse a padres de un niño con una discapacidad

Unos años más tarde, descubrí lo que se siente ser madre de una niña con una discapacidad. En diferentes oportunidades, se me han acercado familiares, amigos o conocidos para preguntarme por Barbarita y su condición. Percibo algunas veces cierta incomodidad al momento de preguntar, es como si esperaran de mí una respuesta desagradable, no sé exactamente como definirlo, pero sucede justamente cuando surge el tema de Bárbara y las preguntas típicas sobre su condición.

Claves para acercarte y preguntar lo que quieras a un padre o madre de un niño con una discapacidad

• Ten presente que, primero que todo, somos padres: Como cualquier mamá o papá, queremos las mejores oportunidades para nuestros hijos, queremos que se desarrollen socialmente como cualquier niño dentro de sus capacidades, y también queremos que nuestros hijos sean respetados.

• Evita palabras de lástima o compasión: Mi vida como madre es como la de cualquier otra madre, no sólo vivo para mi hija. También tengo sueños y metas personales, y esto va de la mano con la crianza de mis dos hijos.

• Usa palabras apropiadas para referirte al niño: El uso de palabras poco respetuosas como: mongólico, anormal, enfermo, invalido, minusválido, ciego, mudo, mocho o similares; no sólo puede lastimar al niño, también puede lastimar a los padres o familiares. Usar diminutivos para que suene mejor, puede empeorar la situación. La discapacidad es una característica y no definen a la persona que la tiene. Si no sabes cómo referirte al niño, pregunta cómo se llama y utiliza su nombre como referencia principal.

• Evita comparar al niño: las comparaciones que no te favorecen, pueden lastimar la autoestima. El niño que tiene una discapacidad, se esfuerza muchísimo para alcanzar cada meta que se le presenta.

• No dudes de las capacidades del niño por tener una condición: El hecho de que una persona tenga una discapacidad, no es sinónimo de que esté inhabilitado para llevar una vida como cualquier persona dentro de sus propias capacidades.

La empatía juega un papel fundamental en este tema. Recuerda que no importa el tipo de discapacidad, primero es una persona, y merece un trato digno. Debemos reflejarlo siempre en el lenguaje y en el trato hacia la persona con discapacidad. Sé parte de la ¡Inclusion!

Tú, apreciado lector, puedes hacer la diferencia utilizando un lenguaje de respeto para referirte a cualquier persona con discapacidad. La discapacidad no es algo que se puede evitar, solo llega sin avisar. Debemos reeducarnos al respecto y, en el caso de ser padres, también educar a nuestros niños para que adquieran este aprendizaje.

¿Lo intentarías?