Fuente: Álbum Familiar
Bienvenidos amantes lectores de los relatos de suspenso. En cada oportunidad que se presenta, comento las características de mi viejo barrio J.M Ponce. Un barrio imposible de olvidar por todo lo vivido en él, en más de una oportunidad enfatice que los correntinos somos muy supersticiosos y es lo que hace que se seamos más propensos a estar frente a situaciones paranormales.
La diferencia está en aquellos que no creen y encuentran una forma de argumentar lo sucedido, los que creemos atribuimos cualquier ruido a algo relacionado con el mas allá o a las leyendas típicas de nuestra tierra.
El relato de hoy está relacionado con aquel viejo barrio y las historias de luchas que alberga la Provincia de Corrientes. Nuestra Provincia a lo largo de la historia ha participado en muchas batallas y guerras defendiendo nuestras soberanías
En cada guerra, batalla o lucha de nuestra ciudad, fueron las personas que tuvieron que pagar las consecuencias, a causa de ellos murieron muchos inocentes, algunas defendiendo la ciudad y otras por estar en el lugar incorrecto. Nuestros abuelos eran de la teoría que si una persona perdía la vida trágicamente, sus almas deambulaban por la tierra en busca de vengar su muerte dramática.
En aquella época los habitantes de nuestra provincia eran personas mayormente acaudaladas, hijos y herederos de grandes poseedores de tierras y animales vacunos, a diferencia de hoy que predomina la clase media baja.
La holgada situación permitan a los habitantes tener todo tipos de utensilios fabricados en plata y oro, era la principal razón para que los militares invasores, visitaran los hogares de nuestros hermanos correntinos y saquearan todo lo que había de valor, aquellas personas que se negaban, pagaban por sus pertenecías muy caro. La Muerte.
El hecho que una arteria principal pasara por el corazón de las tierras en donde habitúa el barrio, hacia al lugar muy transitado. Mientras las batallas se llevaban a cabo, los habitantes migraban de pueblo en pueblo, utilizando los caminos reales para transitar con sus carretas en el que llevaban las cosas de valor.
Aquellos que eran intersectados sufrían saqueos y los que se negaban a entregar los objetos terminaban perdiendo la vida. En aquella época los ¨caminos reales¨ eran muy utilizado si se quería viajar más rápido, también eran las más peligrosas de quedar en medio de feroces batallas por el encuentro de ejércitos enemigos.
Así fue como en el corazón de las tierras en donde emerge el barrio, se libró unas de las peores batallas, tomando las vidas de muchos soldados y transeúntes que quedaron en medio de la feroz lucha, quedando en el lugar cientos de almas perdidas y se manifestaban una vez al año, cada año.
A pocos meses de habernos mudado al barrio, nuestros vecinos nos comentaban de las extrañas situaciones que se vivían en el lugar, era como si nos preparaban para alguna situación trágica que estaba por suceder.
Transitábamos los últimos días del mes de octubre, las noches comenzaron a ponerse tenebrosas, escuchábamos ruidos extraños, eran como si una muchedumbre transitaba por las calles, con mi madre observábamos por una pequeña ventana que daba hacia el callejón de tierra, pero la densa oscuridad no permitía ver nada.
Otras noches escuchábamos unos silbidos muy finos, notas imposibles de llegar por un ser humano, algo que erizaba la piel. Con mi madre nos encerrábamos en nuestra casa antes de que oscureciera y no salíamos por nada en el mundo hasta los primeros rayos del sol.
A medida de que se acercaba los primeros días del mes de noviembre los ruidos se intensificaban, cada día eran más tenebrosos, con mi madre nos preguntábamos que estaba sucediendo y si los demás vecinos vivían la misma situación, fue entonces que comprendimos que para esta situación nos estaban preparando los vecinos.
Una mañana en que me encontré con un nuevo amigo que hice en el barrio, se dio la oportunidad y comente lo que estaba sucediendo en las noches, el me aconsejo que hablara con su madre, ella tenía mucho conocimiento del tema. Fue quien me hizo saber sobre las muertes trágicas que albergaba el lugar y estuviéramos preparado para el día de los muertos.
En mi país se celebra el día de los muertos el 2 de noviembre, la noche anterior a ese día, vivimos una experiencia horrorosa, del miedo que nos provocaba lo que escuchábamos con mi madre poco más infartamos, de solo contarlo se eriza mi piel, los ruidos eran muy diferentes a otras noches, gritos de personas pidiendo auxilio, corridas y trotes de caballos, errajes que chocaban entre sí, como si dos esgrimas libraban batallas.
Esa noche era diferente, más oscura de lo normal, como si las estrellas y la luna supieran lo que iba a suceder. Una intensa oscuridad provocada por una enorme nube cubría a la luna y las estrellas, la profunda oscuridad intensificaba nuestro temor, un olor desagradable ganaba el ambiente, el olor percibido una mezcla de fuego, pólvora, sangre y algo nauseabundo.
Los minutos del reloj pareciera estar en complicidad, caminaban muy despacio como si cada uno de ellos fueran horas, provocando que la noche se hiciera eterna, tal como suceden en las películas de terror. Los ruidos que se podían percibir, eran propios del infierno, como si una gran puerta se abriera dejando escapar a todas las almas en pena en busca de vengar sus trágicas muertes.
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Feliz noche amigo @jlufer tiempo sin conversar con usted por este medio de Steemit. Saludos
Muchas gracias querida amiga @franciscana23 por esta agradable visita.
Te deseo una hermosa tarde
Hola querido @jlufer. Hece tirmpo que no padaba por aqui
Muy bueno tu relato. Es propio de los pueblos apartados este tipo de experiencias. Y se debe a que la gente guarda en sus recuerdos las trágicas historias, en su imaginación las reviven como un un hecho irreversible.
Un fuerte abrazo
Hola querida amiga @yaleal feliz de leer tu comentario.
te deseo muchos éxitos en este nuevo regreso