Relatos de amor sin locura ni muerte

in #spanish6 years ago

Los días se llenan de un caos infinito y una paciencia inagotable. ¿Hacia qué lado recurrir? Soy fiel creyente de que el amor es la solución de todos los males del mundo, y la transmisión de él por medio de cualquier medio. Así que, siendo esto una introducción de ello, utilizaré el medio más convencional y sencillo para representar aquel sentimiento tan noble que yace en el corazón humano: La percepción del encanto femenino ante los ojos de un hombre... (enamorado), y como lo hizo alguna vez Bécquer en sus cartas, aunque de forma más breve, quise relatar un poco de mis ilusiones.

Siempre que me siento ante la página en blanco me pregunto qué rellenará el espacio generado entre mis ideas y la conectividad de las palabras. Tal incertidumbre no suele extenderse cuando recurro hacia aquel espacio que constantemente lleno está. Se preguntará cualquier lector de estas palabras cuál puede ser. No es tan complicado; es la ilusión. Aquel vacío que se forma entre la cotidianidad desaparece con los recuerdos de su sonrisa. Y ni hablar de su mirada. Muchas veces alguien ha descrito el efecto de la luz y el brillo, ¿por qué habría yo de describir aquel que en sus ojos reside? Tal vez más que por temor a caer entre lo cotidiano sea la incapacidad de mis ideas para describirlo. Es luz y brillo, conceptos arraigados desde nuestros más básicos orígenes; sin embargo, nacen en ella como una cualidad aunque intrínseca incluso entre la aparente tristeza que rodean los días, genera sensaciones tan distintas cada vez que habría a mis espaldas la formulación de infinitas descripciones entre los distintos días; incluso, entre los distintos instantes. Cada uno genera un latido distinto, y para mí, cada latido es nueva vida que se forma en mi interior. ¿Cómo describir la vida si estoy ocupado tratando de sentirla?

Parece he desviado un poco las palabras con el sólo mencionar su mirada… y algunos latidos. ¡Así de complejos pueden ser los sentimientos! Así de sencillo se me hace comentarlo, y a pesar de todo, existe algo más que la pureza del alma cuando entre sus ojos se refracta. Sí, bien lo he dicho, se refracta, no se refleja. La razón es simple, los mensajes de su alma entre sus tristes ojos se desvían; y cuando sonríe, soy incapaz de mirar (con un poco de mucha admiración) esos maravillosos ojos, sino más bien me pierdo en el sencillo gesto curvo dibujado entre sus labios. ¡Habré enloquecido! El rango visual suele alcanzar para admirar enteros paisajes; ¿por qué no es suficiente para concentrarme en su sonrisa y a la vez en su mirada? Ha de ser por lo magnífico de ésta. El rango visual es tan amplio para lo ínfimo de los detalles; y si mi lógica no me traiciona, encajando un poco las piezas, pienso yo que todos los detalles se concentran en su sonrisa, y es nada más (si es que es suficiente para admirarla por completa) lo que mi rango visual es capaz de asimilar.

He vuelto a fallar en el enfoque. ¿Podría usted, quien esto esté leyendo disculparme por la ambigüedad de mis palabras? Espero ella también sepa comprender la ambigüedad de mis acciones; confuso vivo constantemente decidiendo cuál de esos detalles (incluídos los de su sonrisa) es el que más me gusta más. Claro está, los pensamientos vienen a mí cuando me despido de su persona; entre su cercanía, mi mente sólo se concentra en vivir (y en la vida de esos latidos que nacen). ¿Será más prudente o sencillo centrarme en detalles más simples? Si es que hay algo simple en ella. Podría usted, quien estas palabras lee, estar pensando de la adulación abuso, pero es que si usted la viera… y si por fortuna la dueña de estas palabras es la misma quien las lee, le pido al destino, los cristales que la luz reflejan estén cerca de ella y pueda entender lo que intento describir.

Ocasionalmente, más de ocasión que de la mente, las palabras utilizadas gozan de más tecnicismo, elocuencia, y podría decirse, utilizando lo que se vociferan entre los pasillos de la imaginación, complejidad. Me disculpo de antemano si mis palabras no gozan de la gracia y el manejo necesario. Tengo una razón, claro está. ¿No es ya bastante complejo para mí tratar de describir mis sentimientos? Podría alguien decir que sólo he hecho referencias hacia una mujer; sin embargo, pienso yo es uno de los infinitos sentimientos que nacen (como latidos tal vez) en mí cada vez que intento hablar de ella. Así que, aunque tal vez falle en mi cometido original, dejaré que la sencillez con la que sus ojos envuelven mis latidos, su sonrisa atrapa mi mirada y (aunque no mencionados anteriormente) sus suspiros recogen mi nostalgia. Descritos ya los suspiros me atrevo yo a hacer una petición, petición tal vez sólo válida si es la dama mencionada entre las líneas quien por fortuna llega a leer esta carta:

Ha de asir usted, con el timbre de su voz, todos los suspiros que alguna vez al aire arrojé en busca del amor.

Espero la discontinuidad entre las palabras y los párrafos no sea un problema; siempre es para mí, saltar entre recuerdos, escudriñar entre instantes, y dar así sin mucho esfuerzo con nuevos sentimientos. Por esa razón, todo el esfuerzo que sobra lo utilizo para mantener la coherencia en mis palabras; sin embargo, es insuficiente en… la mayoría del tiempo. ¡Y aquí estoy nuevamente rayando entre la ambigüedad! Continuaré, si es que de casualidad no le ha el aburrimiento dominado, hablando sobre los suspiros. ¿Qué son y por qué de mi pecho salen como aves de fuego puestas en libertad? Aves de fuego que dejan calidez cuando se escapan y viajan como la luz de un recuerdo distante, y aunque distante, una constante es de aquel instante que nos marcó. Eso es en resumidas palabras un suspiro: La libertad con la que fueron mis vivencias tratando de viajar entre los cielos y con algo de suerte, romper las barreras del espacio tiempo para acercarnos un poco más, aunque si se me permite admitirlo, nunca me sentí tan cercano a usted como ahora lo estoy, ignorando si la cercanía en este mundo físico es de 3 pueblos o 3 pisadas. Si lo habrá notado, y estoy seguro de que sí, hablo del mundo físico porque es en realidades oníricas el lugar donde acudo antes de siquiera pensar en tocar las puertas de su corazón.

No mencionaré detalles tan banales como el café de sus pupilas, o el elocuente danzar de su cabello. Tal vez innecesario sea hablar del suave tacto de mis dedos al conectar con su piel, o la frágil percepción de sus caderas. Sería innecesario incluso, hablar de aquellos labios que se acercan y distancian entre los días (al mismo tiempo aunque ilógico suene). Sería innecesario, porque incluso al apartarme del plano onírico y viajar hacia lo terrenal, retratando cada aspecto físico que le define, y dar así con un perfecto ideal de belleza humano, de nada serviría entonces lo anterior descrito. Aunque mis ojos se fascinen por lo aparentemente mágico de su figura, de nada serviría haberme dedicado (aunque sin tanto esfuerzo, usted tiene ese efecto) a describir el brillo de sus ojos y lo eterno en su sonrisa. ¿La razón? Es muy simple: Somos alma, no cuerpo, y estoy seguro, si acaso es en usted donde el amor he logrado encontrar, éste nació incluso entre siglos pasados, cuando tal vez habitando algún otro cuerpo, me topé con ese mismo brillo, en alguna otra mirada, saliendo como suspiro de un ave de luz, directo de su alma.

Gracias a todos por leer.

Sort:  

Por fin volviste amigo, extrañamos tus escrituras geniales, espero verte mas seguido.

Me alegra que lo hayas leído, Richard. Gracias a ti por siempre estar atento. Espero estar más seguido por aquí. Te mando un abrazo.

"¿Cómo describir la vida si estoy ocupado tratando de sentirla?" 💜 Me encanta. En sentirla es que debemos enfocarnos.

Que hermoso es leer cada palabra, cada sentir que nace desde el amor, desde el alma. Gracias por compartirlo D. Frare. Un fuerte abrazo.

¡Gracias a ti por leer! Vivir, amar, sentir y respirar; tenemos todo lo necesario :P

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