El penalty (Cuentonano)

Coloca el balón en el punto penal, situado a 12 pasos de la portería, en el centro de ella.

En las gradas el público grita enérgicamente, como fieras furiosas que esperan con esto acobardar a su enemigo.

Le ha tocado a él, el disparo definitivo, el que pudiera marcar la victoria o la posterior derrota.

Tiene poco tiempo en el equipo y también jugando a alto nivel, por lo que su corazón está desbocado.

Ante la supuesta superioridad del adversario, la estrategia del entrenador ha sido llegar a esta instancia, aprovechando la experiencia de su portero, que corroborando lo esperado, ha logrado detener uno de los cinco disparos del contrario, mientras que ellos han acertado los cuatro.

Los abrazos de fortaleza y las palabras de aliento de sus compañeros es lo último que posee.

Acertar les colocará a un paso del campeonato, el primero en su corta carrera de futbolista.

La adrenalina inunda su cuerpo e intenta crear un espacio aislado en medio del jolgorio.

Han practicado esto infinidades de veces y posee la ventaja que es un desconocido para el portero, por lo que deberá adivinar su engaño.

Aún resuenan las palabras de su entrenador en el entrenamiento previo.

-Para engañar al portero debes quebrar la cintura y darle la certeza que dispararás a tu lado habitual que es la derecha. Al final haces una pequeña pausa y eso te dará unos segundos para adivinar hacia donde se lanzará.

-No lo mires a la cara antes de patear –Agrega uno de sus compañeros mas experimentados.

-¿Por qué? – le preguntó.

-Hay unos que pueden leer la mente si lo haces.

Le pareció estrambótico, pero igual en los escasos minutos que ha estado allí no lo ha hecho.

De repente, como formando parte de un guión preestablecido, los asistentes al estadio quedan en silencio.

Su vista queda perdida en un punto lejano del lugar.